Los detalles de la pelea de los pitbulls que terminó con la dueña hospitalizada por mordeduras
Una pela de dos perros pitbull terminó con una mujer hospitalizada por mordeduras en la mano y en el pie. Todo se desencadenó en la mañana del sábado en una casa ubicada en Moreno 1532.
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El Eco de Tandil pudo reconstruir lo que sucedió en el interior de la vivienda que originó la pelea de los pitbull.
La mujer, identificada como Florencia Belén Morales López de 26 años, tiene tres perros de la misma raza en su hogar: una hembra y dos machos. Ya había consultado en su momento a un especialista que le había recomendado separar a los mismos y que entregue a uno de ellos, además de realizar la castración correspondiente. Nada de eso sucedió.
La hembra entró en celo y los dos machos, al intentar montársela desataron una feroz pelea. La dueña, al visualizar la situación, intentó separar a los animales que la atacaron a ella, provocándole serias heridas en ambas manos.
En el lugar se dio cita rápidamente el personal policial alertados por la propia mujer y la unidad número 11 del SAME trasladó a Morales Lopez al Hospital Ramón Santamarina donde le realizaron curaciones y posteriormente, le dieron el alta con medidas de prevención.
“Es una cuestión de tenencia responsable”
El Eco de Tandil dialogó con el director de Bromatología, el veterinario Federico Sánchez Chopa, sobre la situación en concreto que se registró en el domicilio citado. “Lamentablemente sufrió heridas porque los perros se la agarraron con ella. Al suceder en un ámbito privado desde Bromatología no deberíamos dar intervención excepto por una cuestión de control antirrábica de los perros”, dijo.
El funcionario destacó que “cuando hay una persona mordida por un animal hay que observar durante 10 días a ese animal para chequear si los mismos presentan algunas cuestiones similares a rabia. En estos casos uno podría imaginarse de antemano que es por la pelea que estaban ocasionando entre los perros y por eso la mordida a la mujer, entonces se podría descartar de antemano, aunque el seguimiento se debe hacer”.
Sánchez Chopa contó además que “Franco Filipeti, que trabaja en Bromatología, encargado del Área de Adiestramiento e Inserción de los Perros, fue al domicilio de la persona para ver la situación y tratar de colaborar con la mujer. Nosotros no podemos intervenir ya que los perros tienen dueño y esto sucedió en ámbito privado. Es una cuestión de tenencia responsable”.
El responsable de Bromatología remarcó que “se le habían dado recomendaciones previas sobre la situación, fue un accidente que se pudo evitar si se tomaba en cuenta lo que se le dijo”.
Además confirmó que “se le sacará uno de los perros momentáneamente y se quedará en un hogar de tránsito hasta definir con la dueña el proceso a seguir dado la gravedad del caso”.
“Vamos a hacerle cumplir con la Ordenanza 9740 que es el chipeo de los animales y la identificación de los mismos”, puntualizó.
La ordenanza
En la ordenanza 9740 se establecen las indicaciones que debe cumplir el dueño de un perro potencialmente peligroso.
Se consideran animales potencialmente peligrosos todos los que pertenecen a especies o razas que tengan capacidad de causar la muerte o lesiones a las personas o a otros animales y daños a las cosas. En particular, tendrán la calificación de potencialmente peligrosos, los animales domésticos o de compañía que la Federación Cinológica Argentina determina en el Grupo II, entre los cuales están razas como Rottweiler, Doberman, Pittbull, Bullterrier, Dogo Argentino,como así también aquellos animales que, sin pertenecer a las tipologías antes descriptas, tengan conductas agresivas.
La ordenanza establece que la tenencia de cualquiera de los animales clasificados como potencialmente peligrosos requerirá la previa obtención de una licencia, que será otorgada por la autoridad de aplicación.
Los propietarios, criadores o tenedores de los animales a que se refiere la presente ordenanza, deberán realizar la identificación de los mismos mediante la colocación de un microchip.
Normas de seguridad
Los propietarios, criadores o tenedores deberán mantener a los animales que se hallen bajo su custodia en adecuadas condiciones higiénico-sanitarias y con los cuidados y atenciones necesarios. Las viviendas o instalaciones donde habiten los animales deberán cumplir con las siguientes normas de seguridad: las paredes, vallas o cercos perimetrales deberán ser suficientemente altas y consistentes y estar fijadas de manera tal que puedan soportar el peso y la presión que ejerza el animal.
Además, las puertas deben ser de tal resistencia y efectividad como el resto del contorno y estar diseñadas para evitar que los animales puedan desencajar o abrir ellos mismos los mecanismos de seguridad. En caso de que la instalación o vivienda tenga rejas, las mismas no deben permitir que la boca del animal la atraviese. El lugar debe estar perfectamente señalizado con la advertencia de que hay un perro peligroso.
Los perros potencialmente peligrosos deben circular por la vía pública con una correa o cadena no superior a los 2 metros, collar de ahorque y bozal homologado y adecuado a su raza. El dueño, tenedor o paseador no podrá circular con más de dos perros potencialmente peligrosos a la vez.