Los comerciantes hicieron oír su disconformidad por la prohibición de ingreso de clientes a los locales
Comerciantes de rubros ligados a la venta de indumentaria, calzado, juguetes y afines, realizaron un "ruidazo" en pleno centro para expresar su rechazo a la medida que impide el acceso de personas al interior de los locales, a diferencia de lo que sucede en otros rubros considerados de primera necesidad. Esperan poder reunirse con las autoridades municipales para exponer su crítica situación. La restricción opera dentro del margen impuesto por la normativa que regula las actividades de la Fase 2, que comenzó a regir ayer.
Ayer al mediodía, comerciantes de la zona céntrica se manifestaron con un “ruidazo” para protestar por las nuevas limitaciones vigentes que, si bien no obligan al cierre, impiden el ingreso de clientes a los locales. Esta medida perjudica el normal funcionamiento de los comercios de cercanía que, sin acceso de clientes, verán resentidas sus ventas.
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Según la normativa provincial y municipal que oficializó a Tandil en Fase 2 -debido a la compleja situación sanitaria-, los negocios ligados a la venta de indumentaria, calzado, juguetes, electrodomésticos, librerías, servicios financieros, bazar, perfumerías, entre otros, sólo pueden realizar sus ventas en la puerta, atendiendo a los clientes en el exterior.
Se trata, puntualmente, de uno de los artículos del Decreto municipal 1531 del 2021, que lleva las firmas del intendente Miguel Lunghi y del jefe de Gabinete Oscar Teruggi y que se sustenta en la Resolución 1555/21 y su modificatoria 1715/21, ambas de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Provincia de Buenos Aires.
Atendiendo a esto, el personal de la Dirección de Inspección y Habilitaciones del Municipio se dedicó en la jornada de ayer a notificar a los comercios de la nueva medida, y seguirán recorriendo diferentes puntos de la ciudad durante los próximos días para recordar la normativa y protocolos actuales.
Oíd el ruido
Pero esta restricción de ingreso no aplica para los negocios considerados de primera necesidad, que siguen trabajando de forma habitual. La discriminación indignó a los titulares de comercios vinculados a otros rubros, que piden un trato igualitario a la hora de ejercer la actividad.
Por ello, desde el mediodía y por espacio de 15 minutos, los comerciantes salieron a la veredas de sus locales con baldes, tarros, botellas, tarteras, ollas y un sinfín de elementos improvisados, para expresar su disconformidad con las medidas y hacer oír sus voces.
Además, recibieron el acompañamiento de los automovilistas, que apoyaron el reclamo al compás de múltiples bocinazos y gritos desde el interior de los vehículos. Así, las principales arterias del microcentro; Rodríguez, 9 de julio, San Martín, Pinto, Sarmiento, Alem, se inundaron de distintos sonidos bajo una única premisa: “Todo trabajo es esencial”.
Desigualdad de condiciones
Mariano Abait, uno de los integrantes del grupo Comerciantes Unidos de Tandil, compartió que la iniciativa surgió de forma espontánea y que esperan ser escuchados por las autoridades municipales, en pos de reunirse para poder mejorar las condiciones actuales.
“Queremos que las autoridades tomen conciencia de que esto no da para más, entendemos que la parte sanitaria está colapsada y se habla de que se viene lo peor, pero nuestros bolsillos están vacíos”, expuso y, en este sentido, detalló que aguardan que el Gobierno comunal los convoque para sentarse a dialogar sobre el arco de demandas del sector, que contempla desde el acceso de personas a los locales hasta la cuestión impositiva.
Al respecto, esgrimió que “los hipermercados venden productos esenciales y no esenciales, no tienen probadores como nosotros, pero tienen afluencia masiva de gente y el público se amontona. Esto no es para los cierren a ellos, sólo consideramos que el trato tiene que ser igualitario para todos”.
Asimismo, argumentó que “aguantamos esto desde hace un año y hay un gran porcentaje de negocios que no lo va a poder sostener, no hay una solución a futuro. Queremos que nos dejen trabajar a todos, comprendemos lo que pasa en salud pero tenemos que vivir, somos pequeños comerciantes y no es sólo el centro, es igual en todo Tandil”.
“Queremos trabajar”
La dueña de Indiana, una tradicional regalería ubicada sobre la calle Rodríguez, expresó su descontento por las medidas de restricción, a las que consideró “irrisorias”.
“Un negocio no funciona así, acá hasta aritos tenemos, hay muchos artículos y no sirve trabajar así. Para eso hubiésemos cerrado directamente”, señaló.
Sin espalda para afrontar una nueva recesión en las ventas con los gastos fijos intactos, remarcó que “lo único que pedimos es poder atender a la gente adentro del local”.
Según indicaron, el aforo en los espacios comerciales nunca ha sido un problema y siempre se respetó lo establecido, además de los protocolos en torno al ingreso obligatorio con tapabocas, desinfección con alcohol y demás pautas de cuidado.
“Pedimos poder atender con una capacidad mínima, como lo veníamos haciendo. Comprendemos la situación sanitaria y sabemos que es muy dolorosa, pero esto no tiene sentido, todo debe ser en su justa medida” opinó.