Aumento de servicios
Los clubes sociales empiezan a sentir el impacto de los tarifazos
Ante el incremento de los servicios, las entidades sociales de la ciudad buscan aplicar políticas para seguir funcionando sin generar otro impacto en el bolsillo de la gente. Con un pequeño apoyo del estado local, los clubes tienen el objetivo de seguir cumpliendo con su rol social dentro de la comunidad.
Con el comienzo de abril, empezaron a llegar las boletas de luz y gas con aumentos considerables. Gracias a la eliminación de los subsidios por parte del Gobierno nacional, las tarifas de servicios comienzan a presentar aumentos cercanos al 200 por ciento. En este contexto, los clubes sociales sufren un nuevo impacto a su estructura económica que ya viene debilitada al no escapar de una realidad general: los precios aumentan, la gente recorta gastos y las cuotas de los clubes, muchas veces, son de los primeros descartes familiar.
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Las instituciones tandilenses empiezan a sufrir complicaciones económicas a partir del tarifazo propuesto para el cuarto mes del año. Las boletas con aumentos considerables empiezan a llegar a las oficinas de todos los clubes y, como efecto dominó, obligan a una respuesta dirigencial para hacer frente a gastos que no estaban presupuestados e impactan en la economía de los mismos. Con esta situación, El Eco de Tandil charló con presidentes de distintas instituciones de la ciudad que comentaron cómo hacen para afrontar este escenario.
Si bien todos los clubes todavía no han recibido facturas con los aumentos, una de las cuestiones en las que coinciden las dirigencias consultadas es en el trabajo intenso para evitar que estos incrementos impacten en el valor de la cuota social. Algunos intentaron hacerlo de antemano, tratando de ahorrar la mayor cantidad de horas del uso de las luces, y otros con eventos para recaudar fondos sabiendo lo que se venía.
Marcelo Ferreyra, presidente del Club Social y Deportivo Tandil, comentó a este medio que de alguna forma va a haber una suba en el valor de las cuotas pero a su vez remarcó que “tratamos de no tocar eso porque también entendemos la situación económica del país y vamos por el lado del esfuerzo de los dirigentes y no golpeando la cuota social mensual que a todos se les complica para pagar”.
Por su parte, Favio Salgado, quien está al frente del Club Juventud Unida, confirmó que cuando tenga los aumentos se verá si hay que retocar la cuota social y remarcó que “intentamos acompañar a las familias que no pueden pagar la totalidad de una cuota o tiene más de un hijo en la institución. Básicamente nuestra función es social, entendemos que estamos para educar desde el deporte y que nadie que quiera participar en nuestro club puede quedar afuera”.
En la misma sintonía, Gustavo Leanes, de la Sociedad de Fomento Unión y Progreso, confirmó que el golpe económico fue fuerte y sorprendente, sobre todo por el lado de la luz ya que no es una época de mucho uso de las luminarias. “Nosotros somos un club muy de barrio, de una cuota muy baja que por ahí muchas veces no llegamos a salvar los gastos por eso hacemos algunas cosas extras desde la comisión para recaudar y seguir luchándola”, afirmó.
Desde la política está claro que la idea a nivel nacional no es ser benevolentes con las asociaciones civiles sin fines de lucro, de hecho uno de los puntos de la Ley Omnibus impulsaba el desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas, las cuales atentan directamente con el trabajo de los clubes sociales. A nivel Provincial, la ayuda apareció a la hora de afrontar obras. Mientras que desde el Municipio hay un apoyo que en todos los casos ayuda pero no llega a cubrir todas las necesidades.
Según contaron a este medio, el Municipio otorga un subsidio a los clubes que tienen todos los papeles en regla donde también se tiene en cuenta los gastos y la cantidad de disciplinas que tiene la institución, entre otras cuestiones. Esto es gracias a una ordenanza sancionada hace más de diez años impulsada por Marcos Nicolini. Al mismo tiempo, desde uno de los clubes consultados, comentaron que también hay una devolución de alrededor de un 20 por ciento de la factura de servicio pagada.
Las tarifas no son lo único que tuvo un aumento, en lo que va del año el combustible tuvo subidas mensuales y esto también afecta a los presupuestos competitivos de las instituciones. Los equipos de la ciudad, de casi todas las disciplinas, viajan cada quince días a alguna localidad de la zona para afrontar sus certámenes.
En este sentido, Ferreyra comentó que desde el club se busca pagar a los chicos que no llegan a costear el viaje y destacó que a finales del año pasado el pasaje terminó costando 2 mil pesos y que este año hay que cobrarlo 5 mil. Por su parte, desde “La Juve” afirmaron que se realizan rifas o eventos para solventar el costo de los traslados. Mientras que Leanes explicó que en Unión las subcomisiones de los deportes tienen un rol fundamental en la búsqueda de sponsors y en la realización de eventos para recaudar fondos de cara a competencia.
Con toda esta realidad descrita, todas las dirigencias consultadas remarcan la importancia de seguir cumpliendo con el rol formativo. La prioridad es mantener a los chicos en las instituciones por más que las familias no puedan afrontar los aumentos en las cuotas sociales y el costo de las competencias deportivas. Para eso trabajan todas las comisiones directivas.
La importancia de los clubes no sólo está marcada por logros deportivos, en gran parte estas instituciones cumplen un rol fundamental a la hora de la contención y formación de los jóvenes. Hoy les toca convivir con un contexto adverso, donde se apela a un esfuerzo atípico desde las comisiones directivas y una ingeniería desde las subcomisiones de deportes para generar recursos y poder seguir funcionando como hasta ahora.