Fiesta estudiantil
Los adolescentes recibieron la primavera con el tradicional picnic en la Plaza de las Banderas
En la tarde de ayer, a pesar del pronóstico desfavorable, se realizó el festejo por el comienzo de la estación del florecimiento. Los jóvenes, y también algunas familias, se juntaron en la Plaza de las Banderas para festejar en un picnic que tuvo música, sorteos y mucha camaradería entre los participantes.
La celebración del comienzo de la primavera es una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad de Tandil. El sector joven de la sociedad aprovecha la jornada para pasar un rato entre pares en un escenario que generalmente es el aire libre, como símbolo del comienzo de una época del año con un clima más agradable.
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Con la organización de la Dirección de Juventud, en la tarde de ayer, la Plaza de las Banderas fue una vez más el lugar elegido para la reunión de los chicos que cursan los últimos años de la escuela Secundaria, pero también para distintas familias que se acercaron a pasar la tarde entre música, juegos y ofertas gastronómicas.
A pesar de que el inicio de las actividades estaba señalado para antes del mediodía, un clima nublado con una amenaza de lluvia latente hizo dudar a muchos a la hora de acercarse al terreno ubicado entre las calles Rondeau y la diagonal Illia. Los primeros en llegar fueron algunas familias y recién pasadas las 13 el público adolescente empezó a ganar la escena. Con los buzos que identifican a cada una de las agrupaciones, se fueron acomodando a lo largo de todo el terreno en distintos círculos.
La planificación del evento tenía un escenario principal, por donde pasaron DJs en toda la tarde. DJ Benja abrió la jornada, luego estuvo el intervalo de Chispa para que finalmente le ponga un cierre a la jornada nuevamente DJ Benja. Al costado que daba a las banderas, se ubicaron tres foodtrucks dedicados a la gastronomía. Del otro lado, sobre la diagonal Illia, había un espacio de juegos para los más chicos, maquillaje y glitter para los adolescentes y un puesto de ventas de pochoclos y otro de recuerdos.
La oferta gastronómica arrancaba en los $ 2.500 para un súper pancho o un cono de papas fritas y se iba hasta los $ 5.500 para unas papas fritas con cheddar. En el medio, opciones como choripan, tostados y bondiolas. En el rubro bebidas, se vendía agua caliente para el mate, café, gaseosas, licuados y exprimidos. Al ser un evento dedicado a la familia y los adolescentes no se comercializaron bebidas alcohólicas.
Pegado al escenario principal se ubicó un gazebo dedicado a la Dirección de Política de Género y Diversidad Sexual, donde la directora del área, Agustina Goñi, y otros ayudantes ofrecían merchandising dedicado a la concientización sobre el respeto a las elecciones sexuales de cada persona. También hubo un espacio dedicado al Punto Limpio al cual se invitaba a todos los presentes a dejar su reciclable para dejar la Plaza de las Banderas en las mismas condiciones en que se encontró.
Cada actividad realizada en los stands o foodtrucks repartía un número para los varios sorteos que se desarrollaron durante toda la tarde. Emprendedores de la ciudad aportaron distintos vouchers para acompañar a la movida y de paso promocionar sus proyectos. Entre lo sorteado hubo picadas, cortes de pelos, cenas, ropa deportiva y mucho más. En total se regalaron más de 60 premios gracias a la colaboración de cerca de 30 empresas.
El buen clima de los chicos
Pese a ser una jornada gris, con pronósticos de lluvias e incluso alguna posibilidad de ráfagas intensas de viento que hicieron dudar a la organización de llevar adelante el evento, la decisión de realizar de todas maneras el picnic fue un acierto. Las nubes solamente amenazaron y pesar del día gris e incluso la coincidencia con el Superclásico, los chicos se hicieron presente para tener un ritual habitual de toda etapa estudiantil.
Apenas minutos pasada las 15, arribó el Intendente Miguel Lunghi. Acompañado por Matías Martínez Marini, Director de Ceremonial y Protocolo, el Jefe Comunal se acercó hasta el escenario principal y a pesar de no brindar ningún tipo de discurso disfrutó por más de una hora del evento. El Intendente entregó un premio de los sorteos que se fueron realizando a lo largo del día y luego continuó con su recorrido por todo el predio.
Exactamente al mismo tiempo que llegó Lunghi, el picnic se convirtió en un boliche bailable improvisado. Animados por la conducción de Emmanuel González Acosta, los chicos se fueron acercando al escenario principal para llevar adelante una competencia de baile por importantes premios. Los que rompieron el hielo fueron los que integran la Comisión Organizadora de Eventos Estudiantiles (COES) y luego se sumaron los chicos de otras escuelas.
Comenzaron con “El meneaito”, un clásico que no pasa de moda a pesar de tener casi dos décadas de vida. La típica coreografía incluyó a casi 50 jóvenes que cantaron efusivamente mientras ensayaban los pasos. Luego se armó un trencito entre todos los presentes en el baile que recorrió gran parte de la plaza buscando adeptos entre los jóvenes que no se animaron desde un principio.
A pesar del inicio del Boca vs. River por la Liga Profesional de Fútbol, la gente no dejó sus lugares. Las familias siguieron disfrutando de los juegos propuestos por la Ludoteca para los más chicos y los adolescentes continuaron bailando y participando de los sorteos propuestos por la organización sin mediar ningún inconveniente.
Con el correr de los años, el picnic de la primavera fue modificando su fisonomía. En un evento que en años anteriores requería de la presencia policial, donde las escenas de jóvenes con un estado etílico avanzado se hacía habitual, las generaciones actuales han establecido nuevas normas, tal vez más saludables, para celebrar un día destacado para toda etapa estudiantil.