Llegó a su fin el conflicto en la exLoimar y los 35 trabajadores despedidos serán indemnizados
El problema que empezó en octubre de 2019 tuvo su punto final ayer en las oficinas locales del Ministerio de Trabajo bonaerense y se celebrará una audiencia de cierre el lunes. Los empleados desvinculados y la patronal arreglaron el pago de las indemnizaciones pertinentes. La planta seguirá funcionando bajo el control operativo del fideicomiso TandilCeram. Pese a la voluntad que se habían esgrimido en un momento, no se acordaron nuevas incorporaciones a la fábrica y el grupo que estaba en lucha se retirará del acampe en el predio.

Después de un año y cinco meses de conflicto en la compañía ceramista, finalmente se logró arribar a un acuerdo que permitió poner fin a un sinuoso camino de lucha y desavenencias.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn la mañana de ayer, en la sede de la delegación local del Ministerio de Trabajo de la Provincia, fuentes del caso indicaron que se pudieron firmar los acuerdos de indemnización de los 35 trabajadores de la exLoimar que mantenían el acampe en el acceso a la planta fabril, y que el lunes habrá una audiencia de cierre para oficializar el arreglo, del que se desconocen los detalles.
Aunque en ciertos momentos la asamblea de trabajadores despedidos decidió negociar bajo el lema “Todos adentro”, las partes en discordia lograron acercar posiciones y los exoperarios aceptaron las indemnizaciones que la patronal puso a disposición. Con este arreglo, no será reincorporado ningún exempleado de este grupo ni tampoco los delegados gremiales de la Focra (Federación Obrera Ceramista de la República Argentina), que se atendrán a los despidos y las correspondientes indemnizaciones.
En tanto, el equipo que se desempeña ahora bajo el nuevo fideicomiso denominado TandilCeram continuará trabajando en la reactivación de la producción de ladrillos y cerámicos en el predio que funciona en el camino de acceso a la VI Brigada Aérea, lugar que supo ser el epicentro de numerosas manifestaciones y encontronazos.
No habrá más pena ni olvido
El problema generó cuantiosas páginas de información en los diarios y en los espacios radiales y televisivos, y tuvo varios capítulos en diferentes dependencias gubernamentales.
El conflicto saltó el 17 de octubre de 2019, cuando diez obreros recibieron el telegrama de despido y sus compañeros junto a los representantes sindicales encararon medidas de fuerza para pedir la reincorporación de los mismos.
Esto no fue posible y los meses pasaron, la pandemia de coronavirus congeló las acciones tendientes a resolver el inconveniente, y mucha agua corrió bajo el puente.
En esta puja hubo desde acampes en la explanada municipal hasta el sostenido actualmente en la fábrica; negociaciones en la oficina central de la cartera laboral, en el Municipio con el Intendente y en la sede ministerial local; movilizaciones en la vía pública; un proyecto para expropiar la firma presentado en el Congreso por la diputada nacional Romina Del Plá; y reuniones con diversos referentes políticos y gubernamentales.
En el tramo final, volvió a tomar las riendas la delegación laboral a cargo de Ezequiel González Godoy y durante el último mes el diálogo pudo avanzar hasta llegar a este desenlace satisfactorio para ambos bandos.
La irrupción de TandilCeram
Un punto de inflexión fue la conformación del nuevo grupo inversor que decidió retomar las tareas en la compañía. Para llevar adelante esta iniciativa contrató a varios extrabajadores y al personal jerárquico y administrativo que supo desempeñarse en lo que era Loimar, y quienes fueron convocados por TandilCeram sí pudieron arribar a un arreglo económico previo a la reincorporación.
En la jornada en que estaba prevista la reapertura de la planta productiva, un grupo de trabajadores encabezó el 3 de diciembre último una protesta frente al ingreso del edificio con miras a obtener una respuesta de los nuevos responsables de la ladrillera y el acceso se mantuvo obstaculizado.
A partir de ahí, quedaron tres partes en pugna. Los titulares de la exLoimar, la empresa que supo ser de Juan Loitegui; los 35 obreros desvinculados en lucha por resolver su situación; y el plantel de TandilCeram que se desligó del desacuerdo anterior y expuso su voluntad de volver a trabajar.
En febrero, integrantes del equipo de trabajo de la novel firma entraron de noche a la fábrica y tomaron posesión del lugar con la firme convicción de iniciar sus tareas, y desde entonces los turnos y las labores diarias se desarrollan sin sobresaltos. En tanto, el otro grupo continuaba con el acampe sin perturbar la realización de actividades pero atentos al devenir de la lucha.
En este escenario pasó el verano con avances y retrocesos. En el medio quedaban siempre los empleados despedidos: sin trabajo, sin saber si podían ser tomados nuevamente por la nueva firma operativa y sin cobrar los montos pertinentes en el caso de acatar los despidos.
Con la rúbrica de los convenios bajo el amparo estatal, por fin ahora habrá borrón y cuenta nueva para todos, y se dejará atrás el desgaste innegable de tan adverso recorrido.