Nuevo decreto
Las farmacias ya pueden vender medicamentos recetados por veterinarios
Se actualizó el decreto y ahora los farmacéuticos pueden aceptar recetas de veterinarios sin problemas.
A través de la publicación del decreto 185/2023 en el Boletín Oficial de la República Argentina, que lleva la firma del presidente Alberto Fernández y que modificó una normativa vigente, ahora los farmacéuticos están autorizados a vender medicamentos recetados por médicos veterinarios.
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El nuevo decreto, que se publicó el pasado miércoles y que también fue rubricado por el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y la ministra de Salud, Carla Vizzoti, generó cierta polémica por el hecho de que fue malinterpretado por algunos periodistas y la noticia se tergiversó.
Laura Denzoin, presidente de la Sociedad Argentina de Oncología Veterinaria, quien participó en las discusiones para poder cambiar la norma que regía desde noviembre de 1968, dialogó con El Eco de Tandil para aclarar los alcances y el espíritu de la nueva reglamentación, teniendo en cuenta que se difundió información errónea.
En concreto, la publicación reza que se sustituyó el inciso c) del artículo 25 de la ley 17.565 y que ahora quedó redactado de la siguiente manera: "c) vigilar que en la farmacia bajo su dirección solo se acepten las recetas extendidas por las personas autorizadas por la Ley Nº 17.132 a efectuarlas, así como por todo médico veterinario matriculado y toda médica veterinaria matriculada ante la autoridad jurisdiccional competente según lo establezca la normativa vigente”.
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Presiones de un laboratorio
El principal problema que desencadenó todas las modificaciones fue la presión ejercida por un laboratorio que produce medicamentos veterinarios que consiguió la aprobación de cuatro drogas para el tratamiento del cáncer.
No obstante, explicó Denzoin que el cáncer es una enfermedad súper compleja que no puede ser tratada únicamente con cuatro fármacos y que, por ello, suelen emplear drogas de uso humano.
“A nivel quirófano, nosotros usamos cantidad de medicación que es de humanos porque los laboratorios veterinarios no las producen. Y si no usamos eso, no podríamos operar a ningún paciente ya que el nivel de complejidad que tenemos en medicina veterinaria hoy no nos permitiría hacer nada”, clamó.
Lo que hizo el laboratorio en cuestión fue iniciar acciones legales aludiendo que no podían utilizar medicamentos humanos. Así, se allanaron diferentes veterinarias y farmacias para buscar recetas emitidas por veterinarios.
En respuesta a ello, Denzoin contó que los oncólogos comenzaron a trabajar con el resto de las entidades y consiguieron el apoyo de toda la comunidad veterinaria: colegios, federaciones, Senasa y el Consejo de Decanos.
En primer lugar, consiguieron hace ya algunos meses una aclaratoria del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria que decía que estaban facultados para recetar y utilizar medicamentos de uso humano.
“Y por otro lado, había un decreto del año 1968 que decía que las farmacias solamente podían extender sus medicamentos bajo receta de médicos o de odontólogos. Faltaba que dijera veterinarios, y de eso se agarró el laboratorio”, indicó la presidente de la Sociedad Argentina de Oncología Veterinaria y agregó: “Desde el punto de vista de los pacientes era gravísimo, porque si eso progresaba, nos dejaba sin herramientas para hacer los tratamientos”.
Lo que se logró
Finalmente, consiguieron que el Presidente firmara un decreto para modificar el anterior y que se agregara el hecho de que los farmacéuticos también pudieran, a partir de ahora, aceptar las recetas de los veterinarios.
“Esto protege a los pacientes y hace que el veterinario pueda trabajar tranquilo, sin ninguna presión o sin que venga un laboratorio y te persiga”, celebró Denzoin.
En ese sentido, reveló que lo que hacía el laboratorio era instar a todos los médicos veterinarios a tratar con las cuatro drogas que produce los diferentes tipos de cáncer. “Y eso es imposible, te dejaba a los pacientes sin tratamiento”, remarcó.
Además, contó que también emitían comunicados a las familias para decirles que si los veterinarios estaban tratando sus mascotas con medicamentos humanos, lo tenían que informar porque era ilegal.
La malinterpretación
Lamentablemente, la publicación en el Boletín Oficial del nuevo decreto causó cierto malestar entre los veterinarios porque en algunos medios de comunicación se malinterpretó la finalidad de la norma.
“El espíritu de la norma es que los veterinarios podamos recetar un medicamento y que el farmacéutico lo pueda aceptar. Que, de hecho, históricamente se hizo”, aclaró Denzoin y añadió: “Lo que estamos tratando de hacer entre todos los que estuvimos involucrados, que sabemos al finalidad del decreto y lo que abarca, es aclarar para que los colegas tampoco se alarmen o para que la gente no crea que puede ir a una farmacia a comprar una pipeta, por ejemplo”.