Las embarazadas volverán a estar acompañadas en las salas de parto por una modificación en el protocolo
Considerando la inexistencia de casos comunitarios de coronavirus, la Ley de Parto Humanizado y la necesidad de muchas mujeres de la presencia de un vínculo cercano al momento de parir, Florencia Bruggesser y Jorge Gentile delinearon nuevas medidas. La atención estará puesta en cuidar que ese acompañante no forme parte de la población de riesgo.
La Nueva Clínica Chacabuco y el Sanatorio Tandil decidieron rever y modificar el protocolo de seguridad para los nacimientos, ya que consideraron la Ley de Parto Humanizado, la necesidad de la madre y la inexistencia de circulación comunitaria del virus Covid-19.
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Con este motivo, se reunieron los especialistas en infectología Jorge Gentile y Florencia Bruggesser, analizaron la situación y convinieron en volver a habilitar la entrada de los padres o acompañantes a las salas de parto en las dos instituciones privadas. Asimismo, esbozaron una serie de recomendaciones generales y un método de preguntas que permitirá descartar cualquier situación de riesgo.
Con el inicio de la pandemia por coronavirus se restringieron visitas, se suspendieron algunas cirugías y, entre esas cosas, también evitaron que los padres participaran del parto, con la intención de disminuir la cantidad de gente y, así, los peligros.
“Nosotros nos juntamos e hicimos un esbozo de las cosas que se deberían contemplar y cada uno lo aplicó en su institución”, informó Bruggesser, quien también recordó que la maternidad del Hospital Ramón Santamarina está funcionando en la Clínica por lo que se adapta también a la normativa. En este sentido, como ambos profesionales además trabajan en el nosocomio municipal, la médica aseguró que dicha reglamentación alcanza también al Sistema Integrado de Salud Público (SISP), aunque por el momento no se realizan partos en dicho espacio.
Por otro lado, sostuvo que si bien lo delinearon entre los dos centros privados, cada una independientemente realizó pequeñas modificaciones para adaptarlo a su propia realidad. “La idea es que quien quiera ingresar a acompañar a la embarazada pueda hacerlo”, señaló, considerando que la embarazada necesita estar acompañada y que hay una Ley que la respalda, por lo tanto indicó que “el espíritu es el mismo”.
Respaldando un parto humanizado y digno
“Nosotros volvimos a evaluar la situación y viendo que no tenemos casos, que están empezando a reactivas las consultas y cirugías, entre otras cosas, nos pareció que bajo una normativa podíamos volver a ingresar el acompañante”, explicó Bruggesser.
Asimismo, se refirió a que tuvieron en cuenta la Ley del Parto Humanizado o Parto Digno, que asegura que más allá de las restricciones el padre debe entrar. Se trata de la legislación 25.929, que protege a la mujer cuando va a dar a luz, donde se aclara que la mamá tiene derecho a que respeten sus tiempos biológicos, a estar acompañada en el parto y junto a su bebe desde el momento del nacimiento. Allí se aclara que es la embarazada quien elige si estar acompañada o no.
“Lo que hicimos más que nada fue poner un protocolo como para que ese acompañante no sea alguien de la población de riesgo, que no tenga síntomas y descartar que pueda llegar a tener coronavirus”, indicó la médica, detallando que se realizan un par de preguntas y se le toma la temperatura. Si ese primer paso sale bien, se le dan los elementos de protección como el barbijo, camisolín o bata, gorro y botas y directamente pasa a la sala.
Recomendaciones generales para el acompañante
Dado el contexto actual de la situación de pandemia, con una realidad en constante cambio, siendo la situación epidemiológica local estable con un número limitado de casos, sin circulación comunitaria y con el objetivo de asegurar la calidad de atención de la embarazada durante el parto y puerperio, así como garantizar el cumplimiento de la Ley 25.929 de Parto Humanizado, se emitieron las siguientes recomendaciones para el ingreso de acompañantes a salas de preparto y parto.
– Al ingreso a la institución se le realizara un Triage a la paciente y al acompañante para confirmar que no tiene síntomas (fiebre o síntomas respiratorios), ratificar que no ha estado en contacto con un caso confirmado de covid-19 o que no viene de viaje en los últimos 14 días.
– Se le toma la temperatura a la paciente y al acompañante. Si ésta es mayor a 37,5 grados, avisar a la gineco-obstetra actuante para que valore las posibles causas y decida la conducta.
– La paciente ingresará con barbijo quirúrgico al área preoperatoria, no deambulara por la institución y lo mantendrá colocado durante todo el procedimiento, según corresponda.
– El acompañante no debe ser mayor de 60 años, menor de edad o presentar comorbilidades preexistentes (Inmunosupresión, EPOC, DBT, Enf. Cardiovascular, etc.)
– Como preparación para el acompañamiento en la sala de partos, el acompañante debe retirarse todos los accesorios y elementos personales.
– Higienizarse las manos antes de ingresar a la sala de trabajo de parto o de cirugía.
– El acompañante permanecerá en todo momento con la paciente, no deambulará por la institución, ingresará con barbijo quirúrgico a quirófano y lo mantendrá colocado.
– Al ingreso, según disposición de quirófano, se colocará camisolín, además de gorro, botas y barbijo quirúrgico.
– El acompañante no debe desplazarse sin autorización por otras áreas del servicio.
– Limpiar con alcohol al 70 por ciento todo equipo de video y fotografía antes de ingresarlos a las salas de trabajo de parto, parto y cirugía, deberá solicitar autorización para su uso.
– En el caso de requerirse cesárea, el padre o acompañante, debe aguardar en la sala de espera hasta que la enfermera le indique el momento ingreso, según indicación del profesional actuante.