Educación superior
La Unicen apuesta a la presencialidad plena en 2022 con una amplia oferta educativa
Las facultades que conforman la Universidad Nacional del Centro apuntan a un ciclo lectivo en el que el foco esté puesto en las clases presenciales y las plataformas virtuales sirvan como apoyo. Todas las unidades académicas recuperaron en 2021 algún tipo de actividad presencial cuidada para garantizar la continuidad pedagógica, y trabajan para retornar gradualmente a la masividad de acuerdo a los protocolos necesarios.
Luego de dos años inéditos de virtualidad, la comunidad de la Universidad Nacional del Centro se prepara para encarar el ciclo lectivo 2022 de manera presencial, capitalizando los aprendizajes de la coyuntura inaugurada a partir de la irrupción de la pandemia de coronavirus. De este modo, la universidad pública iniciará un nuevo capítulo en su historia pero siempre con el objetivo de formar profesionales de excelencia.
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En este sentido, el Consejo Superior de la Unicen emitió, con el consenso de todos sus claustros, un comunicado en donde -sin perder de vista la situación sanitaria actual- se propone “iniciar 2022 con la presencialidad plena de sus docentes, no docentes, y estudiantes”, en las sedes de Olavarría, Azul, Tandil y Quequén, donde cada una de sus diez facultades dictan carreras de pregrado, grado y posgrado.
Con las inscripciones abiertas o por abrirse, las facultades que forman parte de la casa de estudios apostarán con fuerza a las clases presenciales con apoyo virtual, invirtiendo el esquema adoptado en este tiempo, enfocado en lo digital pero con soporte presencial para los casos en los que es necesario.
No obstante ello, en las unidades académicas se mantiene en este momento la opción virtual para todos los estudiantes que lo requieran, ya sea porque no pueden retornar a las clases presenciales que comenzaron a dictarse, o por cuestiones de salud, por vivir lejos y no estar instalados de nuevo en Tandil, o algún otro motivo.
En una conferencia de prensa desarrollada en el Rectorado, las autoridades de las cinco facultades con asiento en Tandil ofrecieron detalles sobre el nuevo rumbo que plantea la favorable situación sanitaria. Estuvieron presentes el vicedecano de Ciencias Veterinarias, Eduardo Castro; la decana de la Facultad de Humanas, Mónica Blanco, el titular de la Facultad de Ciencias Económicas, Alfredo Rébori; la decana de Ciencias Exactas, Silvia Stipcich; y la vicedecana de la Facultad de Arte, Claudia Castro.
Sobre el tema, la decana de Exactas, Silvia Stipcich, expresó que hay una gran expectativa de retomar la presencialidad e indicó que en el área ya han tenido varias actividades desarrolladas en presencia por la necesidad específica de las carreras que allí se dictan. En este sentido, explicó que ahora hay un ingreso gradual de estudiantes con miras a recuperar la masividad perdida en marzo de 2020.
“Vamos a continuar acondicionando las aulas para mantener los cuidados, porque los protocolos vigentes implican restricciones de infraestructura en cuanto a la cantidad de personas por espacio y no vamos a poder tener esa masividad que había antes en las aulas, así que tendremos que ver cómo disponemos los turnos o qué otras alternativas pensamos”, detalló.
De lo virtual a lo presencial
Por su parte, la titular de Ciencias Humanas, Mónica Blanco, consignó que trabajan de igual manera que en todas las facultades con una mixtura entre lo virtual y lo presencial, para favorecer aquellas materias que requieren de actividades físicas para su acreditación.
Al respecto, la decana señaló que están trabajando en presencia en algunas materias prácticas de finalización de cursada, con apoyo en lo virtual. Para ello, ya están preparadas en gran medida las aulas híbridas para cuando sea preciso abordar las dos modalidades.
“Pensamos un 2022 cambiando el eje nuevamente, con el foco puesto en la presencialidad con apoyatura virtual y la primera experiencia va a ser el curso de ingreso que empieza el 14 de febrero. En las mesas de examen tenemos ahora una primera experiencia presencial, siempre con la opción virtual, pero en febrero se irá armando una dinámica diferente para que se pueda rendir en presencia pero sin la cantidad de estudiantes en los pasillos y aulas que suele aglomerarse”, graficó.
Asimismo, la vicedecana de la Facultad de Arte, Claudia Castro, reseñó que desde el año se cumple con los protocolos planteados por el comité de crisis en su momento y que conforme mejoraban las condiciones se fueron pidiendo excepcionalidades para desarrollar físicamente las asignaturas de índole práctica per se, que en Teatro y Realización Audiovisual no pueden hacerse de otra forma.
En este sentido, sostuvo que “nuestras carreras son presenciales con una fuerte apoyatura en lo virtual. La Universidad invirtió en aulas híbridas y vamos a convivir con esta modalidad de realizar actividades de forma virtual en carrera netamente presenciales”. Además, apuntó que el curso introductorio próximo seguramente se hará de manera desdoblada para que no se desborden las aulas y espacios.
Desafíos y dificultades
El pase abrupto al dictado de clases virtuales y la obligación de sostener la continuidad pedagógica de los miles de alumnos de la Unicen fue un escollo que las autoridades y el plantel docente debieron sortear para garantizar la educación en el nivel universitario.
En tal línea, Castro enfatizó que desde 2015 la Facultad de Arte trabajaba con una plataforma de educación a distancia que debió aggionarse y ampliarse, lo que permitió que existiera una experiencia previa incipiente que en estos dos años se actualizó y fortaleció en la preparación de recursos para la virtualidad.
Pese al agotamiento notable de las pantallas y las dificultades instauradas por el nuevo paradigma, la deserción fue baja, lo que resultó una grata sorpresa. “Era complicado pensar en la virtualidad plena y lo pudimos sostener, se trata de un sector muy complicado inclusive desde lo económico, como es el artístico, pero nos volvimos más creativos en esto de buscar alternativas y también hubo cosas maravillosas como hacer eventos con gente de distintas parte del mundo”, completó.
En tanto, Blanco reparó en que la virtualidad fue una experiencia “más larga de lo esperado”, pero que dejó muchos aprendizajes. “En Humanas tuvimos que disponer de un campus virtual que estaba preparado para las carreras a distancia y rápidamente se pudo aplicar a las presenciales, capacitando a los docentes que hicieron un gran esfuerzo para ello. Nos queda como un aprendizaje que se puede capitalizar positivamente, porque todo ese bagaje de información queda”, expuso.
A la vez, desde lo institucional la comunidad universitaria brindó múltiples asistencias para garantizar la conectividad de los estudiantes, un tema que resultó complejo porque no todos tenían las mismas posibilidades de acceder a internet e incluso a dispositivos electrónicos para cursar. “El balance tiene matices importantes”, resumió.
Por otro lado, la decana Stipcich valoró que Exactas no registró un número significativo de deserción, sino que la media fue comparable a la de otros años sin pandemia. No obstante, también debieron atender de modo urgente la continuidad pedagógica a partir de las becas de conectividad y la distribución de dispositivos para los estudiantes y el personal no docente.
Por último, destacó que uno de los cambios implementados a partir del escenario pandémico y la imposibilidad de asegurar durante este proceso las actividades presenciales, se adoptó la modalidad virtual para la defensas de tesis, estrategia que permitió que muchos estudiantes se graduaran en tiempo y forma.