Día del Periodista
La Unicen agasajó a los periodistas en su día, y se leyó un documento sobre la situación del sector
Fue en el rectorado, con presencia de las autoridades de la casa de estudios.
En el marco de un nuevo Día del Periodista, a nivel local se llevaron a cabo un conjunto de actividades institucionales en las cuales se reconoció a los trabajadores de prensa de la ciudad.. La primera fue poco después de las 10 en la Municipalidad de Tandil, y la segunda organizada por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires en el salón del Consejo Superior del edificio de Rectorado.
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Tanto el rector Marcelo Aba como la vicerrectora Alicia Spinello brindaron su agradecimiento a los periodistas de la ciudad por su labor, en particular en relación al acompañamiento de la visibilización del reciente reclamo por la actualización presupuestaria de la casa de estudios. También se hizo entrega de un presente conformado por una maceta elaborada por una cooperativa surgida en la Unicen y una planta también producida por personal del lugar.
En el lugar se leyó además un comunicado que emitió la Federeación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), en el que se señaló la compleja situación económica para los trabajadores del sector, así como alertando por los avances sobre la libertad de expresión.
La periodista Florencia Pendas fue la encargada de compartir la lectura de la solicitada “En defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información”. En la misma se puso de manifiesto los “incesantes agravios y ataques a periodistas de parte del presidente Javier Milei” en sus primeros seis meses de gestión, así como la “represión en coberturas de noticias, restricción a trabajadores y trabajadoras de prensa”.
La solicitada incluyó la referencia al cierre de medios públicos, así como se hizo mención al “contexto de precarización laboral y salarios de pobreza, que hacen que ejercer nuestro oficio con calidad sea cada vez más difícil”.
El texto completo de la solicitada
La República Argentina asiste a uno de los peores momentos para el ejercicio de la libertad de expresión de los últimos 40 años de vida democrática. En estos primeros seis meses la relación del gobierno nacional con el periodismo y los medios de comunicación se destacó por incesantes agravios y ataques a periodistas de parte del presidente Javier Milei, una violenta represión en coberturas de noticias, restricción a trabajadores y trabajadoras de prensa en el acceso a eventos de interés público -como en la asunción presidencial sin reporteros gráficos o jura de ministros sin acreditados-, ahogo a los medios privados comerciales y sin fines de lucro a partir de la eliminación de la pauta oficial y la parálisis del FOMECA. A esto se suma una política declarada de destrucción de los medios públicos, el intento de cierre de Télam como caso paradigmático y la baja de los sitios web y redes de Radio Nacional, TV Pública y Contenidos Públicos S.E. y en particular un ataque a su rol federal, a las emisoras de la radio pública y las corresponsalías de la agencia. También se produjeron ataques cibernéticos paraestatales coordinados a comunicadores.
Los hechos enumerados van en sintonía con una política de ataque más general a la cultura, que incluye el desguace del INCAA, el vaciamiento del ENaCom y la prohibición de toda discursividad orientada a no reproducir la desigualdad de género.
Quienes trabajamos en prensa estamos viviendo una grave afectación de la libertad de expresión y el derecho a la información, que están consagradas en la Constitución nacional y son la base de la democracia que logramos construir en estos 40 años. El proceso democrático tuvo errores, tiene deudas, pero destruirlo no hará mejor la vida en este país. El periodismo es una herramienta fundamental para mejorar la sociedad democrática en base a una ciudadanía bien informada y no puede ser reemplazado por las redes sociales, que cumplen otra función. Esto se da en un contexto de precarización laboral y salarios de pobreza, que hacen que ejercer nuestro oficio con calidad sea cada vez más difícil, destruyendo la profesión.
Todas las evaluaciones de libertad de expresión de universidades, sindicatos, foros y asociaciones de periodistas y comunicadores demuestran que en estos seis meses se han incrementado los ataques a la prensa y que la mayoría de ellos provienen del Presidente de la Nación o de sus políticas públicas, con el intento de cierre de Télam como la más grave pero no la única. Las obligaciones de abstención de censura de parte del Estado y el compromiso con las políticas públicas de fomento de la cultura y la comunicación inclusiva son parte necesaria del resguardo de una sociedad que no derive hacia el autoritarismo.
A contramano de todas estas políticas, el Estado Argentino firmó -en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa- una declaración promovida por UNESCO junto a más de 30 países a favor del respeto de la libre expresión. Las y los abajo firmantes exigimos que se reviertan las políticas que detallamos aquí, que niegan rotundamente lo firmado por el gobierno argentino, y hacemos saber al mundo de lo que sucede en nuestro país con el periodismo, la comunicación y la libertad de expresión.