Participarán tres escuelas de Tandil
La Técnica 3 disputará la final provincial de la Feria de Ciencia con un proyecto de snack proteico
Tras superar dos etapas, estudiantes de sexto año de la institución educativa representarán a la ciudad en el certamen que nuclea a decenas de proyectos de investigación científico-tecnológica de toda la Provincia. El mes próximo expondrán en Mar del Plata su innovadora idea, basada en el desarrollo de un snack saludable, vegano y proteico, apto para comercializar.
Gracias a una buena idea, un grupo de alumnos de sexto año de la Escuela Técnica 3 viajará el próximo mes a la ciudad de Mar del Plata para participar de la instancia provincial de la Feria de Ciencia y Tecnología, tras haber superado dos instancias previas. Además de ellos, otras dos instituciones locales también serán parte del evento representando a Tandil en el certamen organizado por la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense.
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La idea que los llevó más lejos de lo que pensaban se trata del desarrollo de un snack proteico apto para veganos y con amplias posibilidades de comercialización, que los adolescentes diseñaron en el marco de sus actividades pedagógicas con la guía de los profesores del establecimiento.
De este modo, Melany Santillán, Rocío Batista, Lautaro Sosa y Franco Guglielminotti expondrán el proyecto en la etapa provincial, que habilitará el pase a la final nacional.
En conversación con El Eco de Tandil, los alumnos explicaron cómo se gestó la idea, y mostraron su entusiasmo por el camino recorrido y por lo que vendrá. Vale referir que la etapa distrital tuvo lugar el pasado 11 de julio y la instancia regional se llevó a cabo en Necochea el 23 de septiembre.
La iniciativa
Hasta aquí llegaron los jóvenes con su iniciativa: un snack adaptado para que resulte comercial y constituya una opción saludable a la alternativa industrial, a base de frutos secos y semillas.
En este sentido, Melany tomó la voz cantante para contar que trabajaron en la propuesta de manera transversal con todas las materias y que a fin de año deberán presentarla en la evaluación por capacidades para aprobar el clico lectivo. “Todas las materias se adaptan y los profesores te ayudan a realizar la investigación, así empezamos en marzo y trabajamos hasta que llegó la exposición en la Feria”, señaló.
Además, utilizaron en su investigación un gelificante vegano derivado de algas marinas, llamado agar-agar -ampliamente difundido en la cocina- y atendieron que la idea fuera ejecutable, rentable e innovadora. El trabajo incluyó, asimismo, un muestreo en análisis de proteínas a través del método Kjeldahl, que realizaron en un laboratorio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unicen.
Aparte, la joven refirió que “hicimos el estudio de costos y es necesario invertir alrededor de 100 mil pesos para los análisis (además de la materia prima). Quizás podría surgir un emprendimiento el año que viene, no lo pensamos pero tampoco lo descartamos”.
Alimentos naturales
Aunque el snack no fue el primer producto imaginado por los chicos, sí fue la alternativa que les pareció, finalmente, más viable. Al respecto, Franco reseñó que “teníamos un proyecto de mermelada vegana con stevia, pero lo cambiamos porque no nos llamaba la atención y armamos esto a partir de unas barritas que vimos sin conservantes”.
“Al ver ese producto lo más natural posible, nos dimos cuenta de que era eso lo que se venía, los alimentos sin conservantes ni procesar. Pensamos que como futuros técnicos nos tenemos que adaptar a ese mercado y no quedarnos siempre en lo mismo”, completó Melany.
Asimismo, los adolescentes, que el año que viene egresarán de la institución como técnicos en tecnología de los alimentos, expresaron que una circunstancia que les despertó el interés fue observar la inclinación por la vida sana de muchos de sus compañeros, que a pesar de eso a las 7 de la mañana compraban papas fritas en el kiosco.
Con la premisa de generar un cambio real, evaluaron que debían ocuparse de un producto que se pudiera comer en cualquier momento del día, que aportara proteínas y que fuera fácil de consumir, es decir, un snack.
La Feria
En consecuencia, la investigación tomó forma hasta que el proyecto fue expuesto en el marco de la Feria de Ciencia y Tecnología, un evento que ha crecido en los últimos años de manera cuantitativa y cualitativa, y que funciona como una usina/vidriera de ideas.
En este devenir, compartieron que dos profesores de una universidad de Santa Fe se mostraron interesados en la propuesta para efectuar un desarrollo comercial y convinieron concretar una entrevista a la brevedad para conversar sobre el tema.
Para participar de la actividad y no ser descalificados, los adolescentes deben respetar el reglamento y cumplir con ciertas pautas.
En esta línea, detallaron que “hay reglamento para todo”, desde cómo armar el stand hasta cómo presentar el tema, pasando por la entrega de una carpeta de campo e informes.
Así, Melany precisó que “está todo bien organizado y no tuvimos inconvenientes”, y compartió que el jurado a cargo de la evaluación efectúa las correcciones pertinentes a cada proyecto para lograr que cada grupo despliegue su máximo potencial.
“No podés poner todo como vos querés porque te pueden descalificar, hay que escribir el póster de una manera, por ejemplo”, agregó Rocío.
Ser mejores
Consultados sobre sus vivencias en torno a la experiencia de participación en un evento así y lo que ello implica, los estudiantes coincidieron en que se trató de una experiencia que les permitió “mejorar”.
“Adelantamos prácticas del año que viene y nos llevamos grandes aprendizajes, todo fue por nuestra cuenta, nos ayudaron los docentes y nos motivan, pero nosotros hicimos todo”, destacó Melany,
A su turno, Lautaro indicó que “es algo de no creer que un proyecto que preparamos para fin de año llegue a la Feria de Ciencia, estar en Tandil, pasar a Necochea y ahora seguir avanzando”. Por su lado, Rocío valoró que el proyecto les sirve para acreditar las materias escolares, pero enfatizó que más allá de eso “llegar a otras ciudades es una locura”.
En sintonía, Melany remarcó que la experiencia les sirvió para conocer nuevas personas y socializar con otras escuelas, además de que suscitar el interés de la gente que se acercaba a preguntar sobre el proyecto.
“Nos gustó explicarles a los más chiquitos y adaptarnos a ellos para que entiendan de qué se trata. Se iban contentos, eso estuvo bueno”, resaltaron.