“Como arquitecto y diseñador soy vanguardista. Pero si a mis manos llega algo de valor, lo preservo. Amo la continuidad de la historia porque todo lo que se hizo es de valoración”. Así lo definió Ricardo Braicovich, el arquitecto platense que guió la restauración de la fachada del exBanco Comercial en la emblemática esquina de Rodríguez y Pinto.

Fundado el 15 de junio de 1902, es un edificio de valor patrimonial protegido por la Ordenanza 11400/2010, norma que además se vincula con el Plan de Desarrollo Territorial.

El predio donde funcionó el Banco Comercial se encuentra incluido en el anexo 5 del Plan de Ordenamiento Territorial “Bienes Patrimoniales Catalogados”, por lo cual goza de un régimen de preservación especial y para efectuar cualquier cambio se exige la autorización previa de la autoridad de aplicación. Por este motivo, su fachada no puede ser intervenida y debe conservarse como bien patrimonial.

Bajo ese enfoque fue convocado por una marca de revestimientos para llevar adelante el proceso de recuperación y puesta en valor de la céntrica ochava en el marco del proyecto de la construcción del Paseo del Banco.

Con antecedentes en la materia, y reconocido por su estilo y por los detalles que completan sus proyectos, la propuesta le generó un entusiasmo inmediato. “Me gustó el desafío y venir me hizo ver un Tandil diferente a la que conocía”, destacó y elogió el encanto de la ciudad, de sus vecinos y su energía particular.

En noviembre tomó contacto con el inmueble y enseguida aceptó la propuesta. Además de hacerlo de modo profesional, Braicovich aseguró que disfruta el proceso y el reto de llevar adelante una obra de restauración. “Vine a ver si aceptaba o no el proyecto y, cuando llegué, el edificio me impactó. Y todo salió bien”, resumió.

En diálogo con El Eco de Tandil, compartió los lineamientos del abordaje, la apuesta por recuperar el carácter del histórico edificio y el desafío para que se conserve por las próximas décadas.

-¿Qué evaluación hace de toda la intervención?

-Salió todo perfecto, estoy muy contento. Y a nivel humano también porque las obras pueden ser frías, con la ejecución del trabajo técnico pertinente y listo, pero hay una buena conciliación y un buen clima.

El primer contacto

La primera parte del trabajo fue de diagnóstico. Junto a su equipo, analizó la estructura, su composición y determinó el plan de acción para intervenir la fachada y los materiales necesarios.

Presentó su propuesta y quedó a cargo de la dirección del proyecto, que se desarrolló en simultáneo a la obra del Paseo del Banco, pero de manera independiente.

Las tareas comenzaron en febrero pasado, cuando la construcción del shopping ya estaba avanzada a partir del nuevo impulso que recibió en el último tiempo. “Había que esperar que hicieran arreglos de albañilería y el hidrolavado de toda la fachada para que pudiéramos empezar” con las tareas, precisó.

Una vez que quedó en condiciones, se puso en marcha la intervención del equipo a cargo de Braicovich.

-¿Qué fue lo que le impactó del edificio?

-Me gustó el edificio, su fachada. En principio me pareció que estaba bastante entera, pero después empezaron a surgir cosas y vimos que faltaban muchas molduras que demandó el trabajo de escultores de La Plata y de Tandil. Se hicieron balaustres, rosetones y piezas faltantes que se crearon en La Plata, que después traía para Tandil. La instalación de eso se hizo con un escultor local, Fabio Santamaría. Para las guirnaldas hubo que hacer moldes, que fragüen, pegar y después revestir. La obra se extendió porque aparecieron un montón de cosas que demandaron reparaciones en el lugar.

-¿Cuál fue el enfoque aplicó para la restauración del frente?

-Normalmente, en Argentina se usa la vertiente francesa, que restaura para que no se note lo que es viejo de lo que es nuevo. En este tipo de edificios, se conserva una parte antigua con la fachada y con el resto se hace una refuncionalización. Las molduras que con el paso del tiempo se habían roto o desprendido hubo que rehacerlas. Todo el hierro que tenían en mal estado tuvimos que sacarlo y reemplazarlo por piezas nuevas.

-¿En el proceso respetaron la estructura original?

-Se respetó todo. No se cambió nada. Incluso, se restauraron las perforaciones que había por la instalación de aires acondicionados y se limpiaron los balcones y los pasamanos de las barandas de las ventanas. Y ahora estamos restaurando el zócalo de piedra natural martelinada que parece granito, que está cubierto de graffitis. Las aberturas se cambiaron por unas que son aptas para el diseño del shopping, que fue criterio del arquitecto de la obra, pero preservaron la forma. No tocaron la fachada.

-¿Había planteado algún objetivo para la obra?

-Mis objetivos son siempre que queden lo más cercanas a la perfección. Y esta quedó muy bien, se luce. Hicimos un montón de pasos, que son los que corresponden para que quede bien y dure. Y todo dependerá de las inclemencias.

Valorar el paso del tiempo

Independientemente del enfoque, Braicovich consideró que para llevar adelante la tarea de restauración es necesaria una cuota de sensibilidad. Desde esa base, adquiere otra dimensión, más aún si se observa su valor histórico, urbano y arquitectónico.

“Son esquinas emblemáticas”, resaltó y se enfocó en el relato que cuenta junto al edificio del Banco Nación, su posicionamiento frente a la Plaza Independencia y a la Municipalidad, centro cívico de la cuidad.

“Se dedican al restauro las personas que valoran el paso del tiempo, la historia, la cultura, la memoria colectiva. No se puede cambiar abruptamente el encuadre urbano del que habita tantos años un lugar porque es parte de su historia”, definió.

Pronto a concluir su intervención –el trabajo actualmente se encamina hacia su etapa final con la recuperación de la piedra de la línea de la vereda-, aseguró: “No creo en demoler y hacer, demoler y hacer. La mutación de las ciudades debería ser como un crecimiento orgánico y si querés algo futurista, debería ser como una ciudad satélite”.

Últimas Noticias

La restauración de la fachada del exBanco Comercial y el desafío de recuperar su carácter y valor histórico

La obra de restauro estuvo a cargo del arquitecto platense Ricardo Braicovich.