La responsable de la hostería Ave María manifestó su alegría por recibir a la Reina
La actividad oficial de Margarita II culminará en la Hostería ubicada en las afueras del caso urbano de la ciudad. La dueña se dijo agradecida por la oportunidad y brindó detalles de lo que será el menú para la ocasión.
La visita que llevará a cabo este miércoles en Tandil la Reina de Dinamarca, Margarita II, y el príncipe heredero Federico, despertó el interés de la comunidad por cada una de las actividades que desarrollará la jefa de estado del país europeo.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa última de las actividades que realizará la Reina será en la Hostería Ave María, donde se ofrecerá una recepción a la comunidad danesa y a algunas autoridades, a cargo de la casa real.
La propietaria de la Hostería, Asunción Pereyra Iraola, ubicada en el camino del Circuito Turístico que se accede por la Ruta 30 hacia Benito Juárez, dialogó con El Eco de Tandil y aseguró que recibirá a la Reina con “alegría y con honor”.
“Si bien es la segunda vez que viene a Tandil es la primera que irá a Ave María”, dijo Pereyra Iraola y agregó “para nosotros es una gran alegría que fuésemos seleccionados luego de que hayan recorrido muchos lugares en Tandil, Tres Arroyos y Necochea. Realmente le ponemos el hombro todo los días a este lugar con mucho esfuerzo y amor”.
Para Pereyra Iraola “hace más de 20 años que venimos trabajando con mucho tesón. Realmente recibir a la Reina Margarita es un verdadero premio. Le damos a gracias a la vida que nos brindó esta oportunidad. Plantaremos un haya púrpura latifoliada en recuerdo de su visita”.
La preparación
Quien conoce el lugar sabe que se trata de una Hostería a la que se accede luego de un largo camino arbolado. La propietaria de la Hostería resaltó que durante la estadía de Margarita II se brindará una conferencia de prensa con los medios acreditados, luego se verá bailar a la colectividad danesa y también se presentará la Peña El Cielito.
El menú preparado para la ocasión combina las tradiciones de Tandil y del país. La entrada será picada tandilense con fiambres de Cagnoli y quesos de Escuela Granja. Habrá también empanadas de carne de Telesco -conocido local gastronómico lugareño-. Para el plato principal se espera matambre de cerdo con salsa criolla, chorizo bombón, mollejas, asado de costilla, tapa de asado y vacío. La guarnición será ensaladas y papas al romero. El postre preparado para la ocasión serán “rogelitos”, postre comisario -como el vigilante pero con dulce de frambuesa en vez de dulce de leche- e higos en almíbar. Todo realizado íntegramente en la Hostería.
“Quiero compartir con todos esta enorme alegría que tengo. Ser la anfitriona de una Reina, nunca me lo hubiera imaginado. Espero que me salga bien la reverencia”, señaló Pereyra Iraola.
Un lugar tradicional
La historia de la Hostería Ave María se detalla en la página web del lugar a través de un texto que la propia dueña redactó. Señala que “en 1997 me animé a emprender un sueño que tenía desde muy chica: tener un hotel. Un hotel con edredones de plumas, cortinas de plumeti español, un lugar de paz y afecto y comida casera, como había en casa. Busqué aquí, mi lugar (ya vivía en Tandil desde que me casé), un lugar donde construiría. Busqué, busqué hasta bajar los brazos. Mi marido, al verme tan abatida, le preguntó a un amigo de mi suegro donde había un terreno para construir una casa. Yo no quería decir que quería hacer un hotel. Así fue como Patocho nos trajo a conocer “Ave María””.
Pereyra Iraola destactó además que el terreno “pertenecía a la familia Santamarina, fue construida en 1962 por Tía Mecha o la Srta. Mercedes con su refinado gusto francés. Todo negro y blanco. Los colores vinieron después. Había mucho trabajo por hacer en la casa, el parque, el gallinero. Era un proyecto grande. Nos mudamos el 28 de mayo de 1998, el día de cumpleaños de mi tío Matías y empecé. Había que hacer mucho más de lo que calculé. Finalmente estaba emprendiendo mi proyecto. Apenas dormía. Motosierra, pincel, pinza y taladro en mano, puse manos a la obra. No se me veía el pelo”
“Una vez decorados los cuartos, sorteamos con mis sobrinos los nombres de cada uno. Siete hermanos y mi marido que si no le pongo la “Y” parece un hermano más. “Y José” es el octavo cuarto. El fin de semana largo de octubre de 1999 nos lanzamos al ruedo. Una amiga me llamó pidiendo lugar para siete matrimonios que tenían un casamiento en Tandil. ¿Está abierta la Hostería? Porque queremos ir. Por supuesto dije que sí y fue una inauguración improvisada llena de expectativas, nervios. Era nuestro bautismo. Todos los bronces lustrados, el agua bien caliente, las medialunas recién horneadas y el menú preparado. Salió bien y no paramos más. Todos los que trabajamos sentimos que es nuestra Hostería”, señaló.