La producción orgánica se diversifica ante el aumento de la oferta y la demanda en el partido de Tandil
En el marco de la Semana de los Alimentos Orgánicos, se realizó en el Campus de la Unicen un taller enfocado en conocer, compartir y acercar a los distintos actores locales de la agroecología. Referentes tandilenses en este tipo de producción contaron sus experiencias y desafíos. Los participantes trabajaron en un taller donde analizaron los productos, mercados y tecnología.
Ayer cerró la Semana de los Alimentos Orgánicos, una iniciativa de la Secretaría de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agricultura que incluye ferias y actividades en todo el país. Y en ese marco, se llevó a cabo en Tandil un taller regional sobre “Diversificación de la producción orgánica”, que generó un encuentro con productores, elaboradores, asesores y comercializadores de la zona.
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La convocatoria tuvo lugar en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional del Centro (Unicen) y estuvo encabezada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), acompañados por la Subsecretaría de Agricultura Familiar local del Ministerio de Agroindustria y el Municipio.
La jornada se desarrolló con el objetivo de dar a conocer la propuesta de ambas instituciones a los actores de la producción orgánica de la región Pampeana, como también persiguió la posibilidad de estrechar vínculos con los diferentes productores y operadores, a la vez de lograr validar las necesidades relevadas en la región y así generar desafíos para articular acciones que permitan agregar valor.
“Buscábamos una vinculación más fuerte que nos permita construir y conocer en qué aspectos podemos ayudar a que la producción orgánica genere nuevos productos y se posicione mejor en el mercado, con calidad asegurada”, destacó Mónica Campanaro, directora técnica del INTI Buenos Aires.
Además, destacó la intención de escuchar a los actores locales y poder acercar los lazos de ellos con las instituciones públicas. En ese contexto también compartieron un relevamiento que se hizo a nivel nacional, donde queda en evidencia la creciente demanda de los consumidores que se inclinan hacia este tipo de producciones. Asimismo, se evaluaron las necesidades, oportunidades, desarrollos de nuevos mercados y acceso a la tecnología para poder acompañar en el proceso de crecimiento.
Una revolución en sí misma
Además de la exposición de especialistas integrados al INTI y el MAPO, el encuentro contó con un panel de referentes agroecológicos locales que compartieron su experiencia de producción en la zona. Así, Damián Colucci y Mariana Magneres de Monte Callado, Pablo López y Mailén Barraza de Calma Tierra, Aldo Antonutti y Mariano Berenztein de Santo Padre, y Diego Fontenla como asesor del grupo Pampa Orgánico Sur, expusieron ante otros 60 productores e interesados en la modalidad su trayectoria, prácticas, desafíos y logros.
Algunos de ellos vienen de la producción tradicional, entonces revelaron los porqués de pasar a la orgánica y cuáles fueron las dificultades que debieron atravesar en ese camino de transición.
Tal como destacó Campanaro, a nivel local se replica lo que está ocurriendo en todo el territorio argentino, donde se han ido estableciendo algunas iniciativas que se fueron desarrollando hasta difundirse, como son las ferias verdes, el Mercado en tu Barrio o el programa Consuma Dignidad, además de proyectos privados. “El establecimiento de estos habla de un claro crecimiento de la demanda”, insistió.
El taller también contó con la exposición de referentes de INTI en la temática, que abordaron un abanico de cuestiones que envuelven a la diversificación de la producción orgánica, siendo uno de los más destacables su incidencia en la salud. “Lo agroecológico va aportando a una revolución que ya empezó, y es imparable, y tiene que ver con la responsabilidad en la manera de producir”, explicó Campanaro.
Con esos temas como disparadores, se dividió a los asistentes en tres grupos para comenzar con la parte práctica del taller. Cada equipo abordó tres ejes comprendidos por productos, procesos e innovación y desarrollo. Al finalizar un representante de cada grupo expuso las conclusiones, que luego serán incluidas a un informe que está realizando la institución estatal para poder definir líneas de trabajo y de apoyo a la producción agroecológica.
El futuro es orgánico
Según revelaron, Argentina es el segundo país del mundo en lo que refiere a extensión territorial para producción orgánica en cuanto a superficie ya implantada, con 3,6 millones de hectáreas certificadas, siendo Australia el primero.
Cabe recordar que Argentina adhirió a la propuesta de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, donde la Producción Orgánica focaliza de manera integral a la mayor parte de ellos, integrando el plan estratégico Argentina Orgánica 2030.
Actualmente la industria cuenta con 1138 productores; 399 elaboradores y 116 comercializadores certificados y se exportan 165.867 toneladas, de las cuales 1108 son de origen animal, principalmente miel. Casi el 99 por ciento de la producción es de exportación, teniendo a Estados Unidos como principal destino con el 43 por ciento de las ventas.
En este sentido, el trabajo de mapeo que viene realizando el INTI de la mano de Jésica Fernández, responsable del Departamento de Alimentos Pampeana, y Julio Ziolo, del Departamento de Tecnologías de Procesos y Servicios Pampeana, identificó que los operadores orgánicos representan el 11 por ciento del país.
El asesor Nicolás Apro sostuvo que “Argentina se encuentra muy bien posicionada para ganar mayor competitividad en la producción de alimentos orgánicos y crecer en competitividad. Es necesario fortalecer la calidad, la certificación de los productos y mejorar la logística de distribución”.
Finalmente, agregó que “la demanda del mercado internacional crece 10 por ciento al año y entre las regiones más demandantes se encuentran Estados Unidos, Japón y Europa”.
Por su parte, el especialista en cambio climático del INTI, Mariano Ortega, reforzó la necesidad de que crezca el producto bruto geográfico para consolidar el desarrollo local y el nacimiento de nuevas empresas.