GESTION DE RESIDUOS SOLIDOS URBANOS
La Mesa Girsu advirtió que el sistema de contenedores está mal diseñado, genera desigualdad, dudas y es costoso
Ante la inminente instalación del servicio de contenedores para residuos domiciliarios por parte del Municipio, desde la Mesa criticaron numerosos y diversos aspectos del sistema. “Genera más dudas que certezas”, aseveraron. Desglosaron así cuestiones de costos, presupuesto, funcionalidad, alcance, efectividad y, fundamentalmente, lo que esto significa para los recolectores y la transformación socioambiental.
Días atrás el Gobierno local confirmó la puesta en marcha de un sistema para la provisión, recolección, carga, transporte, descarga y mantenimiento de contenedores en distintos sectores de la ciudad, para favorecer la gestión de residuos domiciliarios. Se trata específicamente de 128 recipientes a distribuirse en 51 puntos del área periurbana, con miras a descongestionar la demanda que generan los lugares más poblados.
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Ante esta noticia, la Mesa Girsu no demoró en dar a conocer su postura crítica advirtiendo que se trata de un sistema que profundizará “el Tandil para pocos”, ya que se arribó a la decisión de manera aislada, sin consensuar, generando finalmente más dudas que certezas.
Desde el grupo avisaron que esto no impedirá que se sigan juntando residuos, mezclados con camiones compactadores que recorrerán decenas de kilómetros antes de ser enterrados en un relleno sanitario “que ya ni siquiera sabemos si cumple bien su función”.
Consideraron entonces que se intenta dar una solución parcial a un problema superficial, que está en realidad relacionado con la falta de ordenamiento territorial urbano en una ciudad que crece de manera difusa “porque se privilegian los intereses individuales”.
“La situación ambiental, relacionada al cambio climático, al uso del suelo, a la alteración de los ciclos biogeoquímicos y al consumo de agua dulce, entre otros, nos plantea un desafío sin precedentes”, postularon y, en ese sentido, consignaron imperante realizar transformaciones concretas en los modos de producción y consumo, para lo cual se necesita “por sobre todas las cosas” compromiso político.
Recursos hay
Como para poner en contexto, los integrantes de la Mesa recordaron las reiteradas afirmaciones del Municipio sobre la falta de recursos para mejorar la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), sin embargo ahora se anunció la privatización de una parte del servicio de recolección, sumado a un sistema de contenedores.
Expusieron que esto, por lo menos, “hace pestañear un largo rato” a los Recuperadores Urbanos de Tandil, responsables mayoritarios del reciclaje en la ciudad, quienes evitan que cientos de toneladas de residuos vayan cada mes al relleno sanitario y desde hace un año les dicen que no hay dinero para aumentar el subsidio que reciben. También así a los recolectores del área de Servicios, a quienes repasaron que se les negó sistemáticamente reparaciones de camiones y la compra de nuevas unidades.
Sin embargo, lamentaron que el gobierno decida pagar más de cuatro millones y medio de pesos por mes a un privado para un sistema de contenedores. “Es decir, aproximadamente un camión compactador o más de 40 subsidios a la Cooperativa, por mes”, calcularon.
Pero, anticiparon que eso no es todo, y repasaron que la mejor oferta al pliego de condiciones ofreció 5.433.600 pesos por mes. “Es decir, un 17,44 por ciento más de lo que ofreció el Municipio, y a ser actualizado por inflación cada cuatro meses”, detallaron.
Mejores condiciones para pocos
Al respecto del anuncio, el secretario de Planeamiento Urbano y Obras Públicas, Luciano Lafosse, brindó declaraciones a este Diario revelando que el objetivo de la medida es el de “modernizar” el sistema de gestión de residuos, y “ponerse a tono con las nuevas tendencias que están surgiendo en distintas ciudades del mundo”. “Hace un tiempo estamos tratando de encontrar la manera de mejorar las condiciones”, había señalado el funcionario.
Al respecto, desde la Mesa cuestionaron a quién verdaderamente beneficiaria y pusieron a disposición un mapa georeferencial que muestra el detalle de dónde se van a colocar los contenedores, cuántos son y con qué frecuencia se van a recolectar.
Allí puede verse claramente que el sistema cubre, a excepción del Procrear y Cerro Leones (18 de 128 contenedores), zonas de cabañas, hoteles, barrios privados y casaquintas.
“Pagaremos a una empresa privada para que vaya a las zonas más residenciales de la ciudad a vaciar cuatro contenedores regularmente tres veces por semana, mientras en barrios como Palermo o Villa Cordobita e incluso Graduados, la recolección es con suerte dos veces por semana y en días y horarios nunca bien definidos”, se quejaron.
Muchas confusiones, poca claridad
Por otro lado, ahondaron en observaciones sobre el pliego de condiciones que formuló el Municipio, señalando que “deja muchas preguntas sin responder”. Las confusiones en primer término tienen relación con si las zonas en las que va a haber contenedores tendrán también recolección puerta a puerta o no.
Asimismo, queda poco claro el tipo de residuos que podrán ser depositados en dichos recipientes, si orgánico o inorgánicos, a la vez que se prohíbe se tiren “cacharros” y residuos de cortes de pasto o de poda, sin especificar qué deberían hacer los vecinos con ello.
Además, el documento exceptúa de esta condición a quienes estén en sitios alejados de la ciudad o en lugares que, siendo urbanos, no cuenten con el servicio de recolección manual tradicional. Sin embargo, no define qué sería cercano. “Así planteado se trata de una medida subjetiva y cualquiera podría interpretar que un contenedor le queda cerca con respecto, por ejemplo, al relleno sanitario”, esbozaron.
Una particularidad que consideraron “mayor” del pliego es que, si bien es un contrato por 30 meses, la oferta debía realizarse por mes, pero la facturación de la empresa será por un precio unitario y por día. Con esto, entendieron que al tratarse de 128 contenedores que estarán todo el mes en la vía pública, la empresa debería facturar 1.415 pesos diarios por cada uno, adecuándolo cada cuatro meses al índice de precios mayoristas del INDEC.
“Si bien esto debe querer evitar pagar por días en los cuales por alguna razón no esté disponible algún contenedor, resulta llamativo que este precio se fije con respecto a esta “primera etapa” en la cual sin dudas el sistema es menos eficiente por la baja densidad poblacional (mayores recorridos por contenedor). Es decir que si el sistema se amplía en zonas de mayor densidad, el precio por contenedor será muy alto respecto a los costos logísticos reducidos que tendrá la ampliación”, alertaron en su análisis.
Un mal diseño
Por último, entre otras cuestiones a las que referenciaron, la Mesa Girsu expuso su conocimiento sobre la literatura científica relativa a los sistemas de recogida y recolección de residuos sólidos urbanos, que aconseja el uso de contenedores para residuos mezclados solo para zonas de alta densidad poblacional.
“Todo lo contrario de lo que sucede en este caso”, criticaron. También se sugiere que el contenedor no esté a más de 50 metros del hogar, y no a 250 metros como en este caso. Entonces, señalaron que un sistema con estas distancias, llamado generalmente de áreas de aportación, es adecuado para residuos que no se generan diariamente o para los reciclables.
“¿Quién y cómo se deciden las cosas?”, cuestionaron, recordando las numerosas reuniones en busca de un “Plan Integral de residuos” a las que frecuentaron en el marco del Acuerdo del Bicentenario, pero en las cuales este año no se les dio espacio para pensar y discutir la gestión de residuos de la ciudad.
En paralelo, el Gobierno local avanzó “sin consultar” en este nuevo sistema de recolección, y la pregunta se volvió inevitable: “¿Por qué el Municipio desarrolla espacios participativos si en realidad los actores no son consultados a la hora de desarrollar acciones concretas?
Finalmente, rechazaron que en ninguna parte del pliego se incluye una cláusula relativa al posible reciclaje de residuos, dejando de lado la posibilidad de encaminarse hacia ese sentido.