La Granja los Pibes recibió 83 tortugas recuperadas que iban destinadas al tráfico ilegal

A pesar de los reiterados avisos de las agrupaciones ambientalistas respecto del daño que el tráfico ilegal de animales produce en el medioambiente, aparte de  la vulneración de los derechos de los mismos, este tipo de comercio continúa vigente, generando millones de dólares a lo largo del todo el planeta. 

Muchos ejemplares son retirados de su hogar natural, siendo cruelmente maltratados por los comerciantes, escondidos en jaulas y escasamente alimentados, en un proceso que culmina cuando son comprados en un exuberante precio por las familias, quienes en su gran mayoría vuelven a encerrarlos en jaulas o pequeños patios, limitándoles la libertad al mínimo posible, por el mero hecho de tener una atracción diaria.

En este contexto, hace un poco más de un año, en un allanamiento realizado por la Policía Federal en la localidad de Tres Arroyos, tras una denuncia por maltrato animal de perros, los efectivos se llevaron una gran sorpresa al abrir el garaje de la vivienda denunciada, y encontrarse con 135 tortugas de tierra, que se encontraban en un pésimo estado de salud, y que estaban siendo criadas para la venta. 

Luego de un extenso proceso judicial que duró cerca de un año, 52 de estos ejemplares lastimosamente perdieron la vida, y los 83 restantes fueron recibidos el pasado miércoles por la ONG tandilense “Granja los Pibes”, para su cuidado, estudio y posible liberación futura.

"Están en un estado deplorable"

En comunicación con El Eco de Tandil, el director del centro de rescate de fauna silvestre de dicha institución, Emilio Fernández, enumeró los pasos a seguir luego de esta numerosa recuperación, y dio algunos detalles del tráfico animal en el país. 

“Llegaron el miércoles a la mañana a nuestro centro, ya estamos haciéndoles los estudios, y la verdad que nos llevamos una sorpresa muy mala porque están en un estado deplorable, cuando pasa esto de que se tarda mucho tiempo en lo judicial, es más lenta la recuperación de estos animales”, aseguró.

A su vez, contó que la organización ya tenía en recuperación a 27  tortugas, pero que por lo pronto nos las juntaran con las recién llegadas, ya que se debe respetar un protocolo de cuarentena, en las que se las analiza para corroborar que no tengan una enfermedad contagiosa, que afecte a la preexistentes. 

“Les tenemos que hacer un chequeo de sangre que sea hace de manera aleatoria a 20 o 30 de ellas, y de ahí vemos si hay alguna patología contagiosa, después a todas individualmente se les realiza un chequeo clínico veterinario para ver si tienen alguna lesión o enfermedad”, indicó el Director.

Respecto del tipo de especie que se ha recuperado, explicó que en Argentina hay solo dos, que a simple vista no se pueden identificar, una en Río Negro y gran parte del sur, y otra en el norte de Córdoba y Santiago del Estero. “Nosotros para identificarlas tenemos que llevar a cabo un estudio de genética que acá en el país no se hace, así que todavía no sabemos a cuál pertenecen”.

Por lo pronto, los trabajadores del centro adaptaron una dieta especial para que estos reptiles puedan tener las proteínas necesarias para un crecimiento apto y un metabolismo que trabaje lo mejor posible.

Una vez terminada la cuarentena, analizaran cual es el paso a seguir. Teniendo en cuenta la abultada cantidad, la idea de la ONG es generar un proyecto en conjunto con centros de rescate de otras provincias para su liberación. “Esto lleva tiempo porque tenemos que hacer primero el estudio de genética y otros más que nos piden liberarlas, y si están aptas para su reinserción se puede llegar a hacer en un futuro” desarrolló Martínez.

Trafico Ilegal

Por otro lado, sostuvo que la tortuga de tierra está en peligro de extinción, por dos motivos, uno es la disminución de los espacios naturales donde conviven, que son zonas semidesérticas donde hay vegetación como gramíneas o pajonales, donde el 70 por ciento de su dieta son cactus y suculentas. Y el otro es la captura para tráfico ilegal.

“Hay tres animales que son los que más se comercian en Argentina”, manifestó, “los monos carayá y caí, después el loro hablador y la tortuga. “Respecto a las tortugas es muy loco por que todo surgió cuando los médicos de antes decían que para el asma no era conveniente tener perro ni gato, y sugerían a estos animales, justamente por la falta de pelo”. 

A partir de allí, se empezó a masificar la noticia, hasta el punto en el que se creyó que directamente curaban esta enfermedad. Por la facilidad para capturarla, creció muchísimo el comercio ilegal, llevándola al peligro de extinción. Hoy en día, un ejemplar para la venta cuesta entre 20, y 40 mil pesos.

Por último, el rescatista invitó a la reflexión a toda la comunidad, refiriendo que de cada 10 animales que se retiran de su hábitat, nueve pierden la vida. “Es un dato a tener en cuenta, porque además de lo morboso que es sacarlo de su hogar natural y llevarlo a nuestra casa donde seguramente terminará en una caja o jaula, lo que estamos haciendo es perjudicial para nosotros en cuanto a ambiente, porque estamos quitando eslabones de las cadenas tróficas”, afirmó.

“Cuando retiramos a un mono estamos capturando a un dispersador de semillas que son los que mantienen la selva con plantas nativas, cuando lo hacemos con la tortuga lo mismo, porque también son el alimento de algunos depredadores, vamos cortando el ciclo natural y esto ya tiene, y va a seguir teniendo consecuencias, que vamos la humanidad va a ir sufriendo de a poco”, finalizó.