11 y 12 de noviembre
La Feria Minga vuelve a reunir editoriales independientes, cultura gráfica y escritores en el CCU
El espacio se propone como una alternativa para resignificar los consumos culturales y acercar otros tipos de lenguajes. Con entrada libre y gratuita, el evento presenta una nutrida agenda de expositores, talleres, actividades y charlas.
El próximo fin de semana se reeditará la experiencia Minga, con la tercera feria de editoriales independientes, que tendrá lugar el sábado 11 y el domingo 12 de noviembre de 14 a 22 en el Centro Cultural Universitario (CCU), ubicado en Yrigoyen 662, con acceso libre y gratuito.
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Decenas de stands, más de veinte editoriales, dos librerías locales, feria gráfica, talleres y charlas-debate son parte de la nueva apuesta de un colectivo preocupado por romper con los discursos dominantes e invitar a la comunidad con otras propuestas por fuera del circuito habitual. El cronograma de propuestas y talleres puede consultarse en las redes de la feria, @minga.tandil, que mantendrá actualizada la información en torno a los horarios e inscripciones a las actividades.
La iniciativa surgió desde la biblioteca Juan Antonio Salceda, librería La Bullanga, Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Centro, Área de Género, Área de Cultura y Área de Medios Audiovisuales de la Unicen, y el año pasado se sumó la librería La Casa Azul.
Así, Minga vio la luz en 2019 como un rescate a toda una tradición contrahegemónica de la ciudad. En este sentido, la primera edición se materializó con base a tres aniversarios importantes para la cultura tandilense: los 50 años de la muerte de Witold Gombrowicz, el escritor polaco que vivió en esta ciudad; 30 años desde que Osvaldo Soriano dejara Tandil con la editorial que se llamó “Semana Chanta”; y finalmente el aniversario de la muerte de Jorge Di Paola Levin, de quien tomaron el nombre de la feria, en homenaje a su primera novela que fue lanzada por Editoriales La Flor.
Un circuito alternativo
La primera feria se llevó adelante durante la Semana Santa de 2019 y resultó un éxito de público. La pandemia interrumpió los planes en los dos años posteriores y en 2022 la organización decidió traerla de vuelta. No obstante, se desarrollaron diversas actividades en ese lapso para mantener el fuego encendido.
En sintonía, el evento se propone como un lugar de encuentro para “oír ladrar el lenguaje de la frontera”. La cita, parafraseada, pertenece a la escritora y activista Gloria Anzaldúa, y es el lema de la feria.
Así, el año pasado Minga volvió a habitar el espacio del CCU con una apretadísima grilla de actividades y repetirá la fórmula este año, con invitados como Walter Lezcano, Alejandro Ros, Juan Bautista Duzeide, Fernando Duclós, Patricia Ratto, Kekena Corvalán, Agustín Arzac, entre otros.
Organización y propuestas
En diálogo con El Eco de Tandil, Manuel Díaz Vigo y Martín Di Lisio, parte del equipo organizador, compartieron algunos detalles del encuentro que busca brindar respuestas por fuera del esquema mainstream de los grandes grupos editoriales multinacionales, con otros dispositivos de publicación y distribución.
“Decidimos no hacerla el fin de semana largo pero mantener noviembre, que es una fecha en la que no hay tantas ferias en el calendario. Además, el año pasado fue un caos de financiamiento pero este año tenemos el apoyo del Programa de Ferias del Instituto Cultural de la Provincia”, explicó Di Lisio.
Vale reseñar que la feria es autogestiva y recibe aportes de la Unicen, del Instituto Cultural de la Provincia, Banco Credicoop y el acompañamiento del Banco Provincia con ofertas y descuentos para impulsar las ventas.
De esta manera, es posible atenuar los costos de los feriantes -que no abonan ningún canon para instalar su puesto- y cubrir los gastos de los invitados, posibilitando que todas las actividades sean gratuitas para ampliar el abanico de público.
En esta edición se habilitará también una cantina con el objetivo de que los visitantes puedan permanecer en el lugar y disfrutar del espacio. Las actividades se van a desarrollar en el Salón de los Espejos, y el predio ferial y la cantina se instalarán en el gimnasio. La propuesta contempla stands, artistas pintando en vivo, fanzines, peña poética, festival gráfico Volcancito, ilustradores serranos, talleres, charlas, radio en vivo, entrevistas, presentaciones y más.
“Queremos destacar el esfuerzo para que vengan los invitados, que son diversos, que le hablan a diferentes públicos, que permiten que la feria sea amplia en cuanto a propuestas y público. Tener editoriales, artistas gráfico, poesía, abre un gran abanico de opciones para atraer a la comunidad”, valoró Díaz Vigo.
Por su parte, Di Lisio refirió que “por las experiencias pasadas también buscamos que la gente permanezca, que haya lugar para sentarse, comer, recorrer, ir a escuchar una charla y volver”.
En este marco, la jornada del sábado finalizará con una fiesta en el centro cultural Arte y Parte, con entrada libre y gratuita.
Repensar las ferias
Este año se van acercar a Tandil una veintena de editoriales independientes. Las que no lleguen, estarán representadas por las librerías La Bullanga y La Casa Azul, que cuentan con un amplio catálogo de títulos y editoriales.
En tanto, los organizadores apuntaron que, al revisar el formato feria y festivales en las provincias y ciudades intermedias, visualizaron que antes era más fácil que una editorial participara, vendiera libros a un precio razonable y equilibrara sus gastos.
Ahora, la tendencia es distinta. “Hay una revisión de que no vengan 60 editoriales y poder cubrirlas con librerías locales, para que viajen los editores relacionados con las actividades propuestas. Hoy en día hay que vender muchos libros para justificar toda la movida de traer un stand por los costos, y eso es un aprendizaje”, señaló Di Lisio.
Por su lado, Manuel Díaz Vigo, desde su rol de ilustrador, hizo referencia a la cultura gráfica y sostuvo que “hay una relación recíproca entre la imagen y el texto”.
“Como laburantes de la cultura gráfica pensamos que nuestro espacio son las ferias del libro, somos lectores, generamos contactos, nos encontramos con otros. Descentralizar y poder tener invitados y participantes de la región, amplía la base de gente”, cerró.