La dueña del campo donde rescataron al dogo se desvinculó del caso y dijo que allí se prohíbe cazar
“Está prohibido cazar en La Colorada”, aseguró Marcela Elissondo. La titular del establecimiento rural se mostró sorprendida por lo sucedido e hizo su descargo. Días atrás, integrantes del Movimiento Activista Animal rescataron un perro dogo que sería utilizado para la caza de jabalíes.
Días atrás, integrantes del Movimiento Activista Animal recibieron el alerta y fueron a buscar a un perro dogo de unos diez años de edad, que estaba atado a un alambrado en un campo ubicado en el camino a La Patria.
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Cuando la información tomó estado público a través de estas páginas, la titular del establecimiento, Marcela Elissondo, salió a desvincularse del caso y aseguró que “está prohibido cazar en La Colorada” puesto que se encuentra emplazado frente al gasoducto de Camuzzi.
Sorprendida pero también enojada por las acusaciones, enfatizó que en la propiedad sufre “14 robos por mes” y que “en lugar de seguridad, me plantan una prueba de maltrato animal”.
Tal cual se publicó en la edición del martes, luego del rescate el presidente de la ONG, Ezequiel Escudero, radicó la denuncia en la delegación de Patrulla Rural en la que describió que el perro se encontraba atado a un alambre de púas, con un collar de ahorque y una soga de sólo un metro de longitud.
También dejó constancia que un integrante del Movimiento Activista Animal recibió la primera denuncia, y que el último jueves, cerca de las 11, fue al lugar, junto a una adiestradora de la asociación, para constatar el hecho y asistir al perro.
Al llegar al establecimiento rural, dieron con el ejemplar de la raza dogo argentino, de unos 8 ó 10 años de edad, blanco y con un peso de 25 kilogramos. El rescatista manifestó que el perro estaba “en total estado de desnutrición y deshidratación”. Además, se había enroscado con la soga y permanecía con el cuello al borde del alambre de púa.
El descargo
Según aclaró Marcela Elissondo a El Eco de Tandil el perro “no pertenece al campo” y argumentó que allí “está prohibido cazar porque pasan cuatro tubos de Camuzzi que transportan gas a Necochea y Mar del Plata”, por lo que “una bala podría provocar una explosión enorme”.
En tanto, dijo que “los jabalíes son de un vecino”, y que “cada vez que veo uno le aviso para que lo busque”.
“Fue algo armado; no pusimos un perro de la calle, desnutrido y lastimado en un campo donde está prohibido cazar”, expresó con indignación y agregó que desconoce de quién es el animal. “Es de la calle, lo plantaron”, insistió.
No obstante aseguró que la incriminaron por una actividad que “está prohibida” por el tendido de gas. “Les salió mal”, remarcó, y aprovechó la oportunidad para reclamar más seguridad a la Patrulla Rural ante los reiterados robos que sufre en el establecimiento rural de su propiedad.
Vale destacar que en la denuncia, los integrantes de la ONG deslindaron de cualquier responsabilidad a los propietarios del campo y al personal que allí trabaja.
El caso
En la denuncia radicada, Ezequiel Escudero dejó constancia que el perro fue trasladado a una guardería canina, donde le dispensaron las curaciones por las heridas recientes, además de alimento y resguardo.
También, refirió que sumadas a las lesiones por las ataduras, “presenta varias cicatrices en sus lados y espalda, posiblemente por haber sido utilizado para la caza de jabalíes”, y describió que “también posee un fuerte golpe en su ojo derecho, lo cual le ocasionó un derrame”.
El presidente de la asociación sostuvo que ignora quiénes abandonaron al can en ese campo, aunque estimó que de no haber sido hallado, hubiera muerto en pocos días.
Sumado a lo anterior, señaló que “el animal resulta ser adulto, con poca dentadura y muy maltratado, razón por la que quizás fue abandonado a su suerte en el lugar, ya que no se encuentra en condiciones para cazar”.
Por otro lado, manifestó que “este tipo de actos son los que intentan prevenir en la asociación, ya que son actos totalmente crueles contra los animales, realizados por personas que no valoran la vida de estos animales” y se puso “a total disposición de la Justicia a los fines de prevenir estos actos”.
“Detrás del maltrato animal hay falta de presencia del Estado en todos sus niveles, hay falta de compromiso social, hay una cantidad de ausencias que repercute en el castigo que estos animales reciben por la desidia del hombre”, remarcó.