La demanda en el comedor de Cacha se incrementó notablemente
Tal como había ocurrido a mediados del 2020, la demanda en el comedor de Cacha Cena se incrementó notablemente y, en estos días, están entregando alrededor de 800 viandas. Además, asisten a las familias con vestimenta y esperan poder brindar asistencia con ropa de abrigo para el próximo invierno.
Si bien ya a mediados del año pasado la propia Stella Maris Cacha Cena había informado a este medio que en su comedor, situado en el barrio Las Tunitas, habían pasado de entregar entre 200 y 300 viandas a 800, lo cierto es que con la mejora en la situación sanitaria y la flexibilización de las restricciones que se dio a principio de año, la demanda había vuelto a bajar. No obstante, en el último tiempo alcanzó nuevamente los valores del 2020.
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“Nosotros estamos como siempre, con la demanda a full. Había bajado un poco pero ahora vemos que está subiendo otra vez. Nos estamos preparando con todas las precauciones, al igual que hemos hecho todo el año que pasó y lo que va de este 2021”, expuso Cacha en comunicación con El Eco Multimedios.
Refirió que todos los que colaboran en el comedor se están cuidando y están instando a que las personas respeten los protocolos para evitar contagios. De cualquier forma, recordó que todavía siguen entregando viandas, ya que no pueden permitir el ingreso de chicos, “y eso implica que se acreciente la producción”.
En ese sentido, explicó que mientras antes cocinaban para uno o dos chicos, ahora deben hacerlo para más personas debido a que es todo el grupo familiar el que se lleva el alimento.
“A mí nunca me gusto contar la cantidad de personas que vienen, pero son muchas. Ahora creo que estamos arriba de 800, porque en estos momentos estamos dando el almuerzo y la cena”, informó y completó: “Deben ser 800 raciones por día”.
Recordó que antes de la pandemia el número era decididamente inferior, “eran 200 o un poco más”, pero señaló que solo eran los menores los que iban al comedor y no los adultos. Empero, con la crítica situación sanitaria y económica del país, hoy son muchos más los que requieren un plato de comida.
“Además, los precios se acrecentaron y la inflación esta terrible con los alimentos, entonces se complica todo. La gente está sin trabajo, atravesamos una pandemia… Es muy complicado”, advirtió.
Las ayudas que reciben
Destacó la propia Cacha que en el comedor reciben un aporte de alimentos secos por parte de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat del Municipio, y también cuentan con la asistencia del Banco de Alimentos y de vecinos de Tandil que colaboran.
“Tengo que reconocer que el Banco de Alimentos es fundamental, porque si no, no podríamos sostenerlo tanto”, reconoció Cena y agregó que también es de vital importancia el apoyo de los socios, “ya que sin ellos no podríamos mantener este espacio en el que es muchísimo lo que se hace”.
Por otra parte, contó que lo que advierten en el lugar es que algunos rubros, como la albañilería, habían logrado repuntar en el último tiempo, luego de lo que fueron las estrictas medidas del 2020, pero que ante la incipiente segunda ola de contagios “otra vez no hay trabajo; no hay changas”.
Y eso implica que muchos ciudadanos se queden sin su dinero de todos los días, lo cual se torna muy complejo, teniendo en cuenta que el valor de los alimentos aumentó marcadamente.
“Yo lo que veo es que tampoco hay un control, porque vas a un lado y hay un precio y vas a otro y hay otro precio. Y yo soy de recorrer, por eso lo sé. Pero bueno, es la situación que nos toca vivir hoy”, clamó.
Entrega de vestimenta
Además de la asistencia que brindan con la comida para las diferentes familias que se acercan, destacó Cacha que también entregan vestimenta para todos aquellos que lo requieran y expuso que están recolectando ropa de abrigo.
“Nosotros tenemos roperitos y siempre entregamos alguna vestimenta. Pero por ahí lo que veo es que ahora en invierno lo que se va a necesitar van a ser mantas, frazadas y demás abrigos. Porque el frío de Tandil es terrible y siempre hacen falta estos elementos en las casas donde hay muchos chiquitos”, expresó.
Resaltó que, a pocos meses de que inicie el invierno, las garrafas están muy caras como así también la leña: “Todo implica más gastos. Y si a eso le sumamos la pandemia que tenemos encima, se complica mucho”.
Finalmente, aseguró que seguirán trabajando de la misma forma en la que lo vienen haciendo desde hace ya dos décadas, pero focalizándose en hacerlo de igual manera que el año pasado: “Esperamos estar acordes a la situación”.