Preocupa la falta de médicos psiquiatras en el sector publico y la atribuyen en mayor medida a la brecha salarial con el privado

Desde hace algunos años, y de manera progresiva, la visión general que tiene en la sociedad en lo que respecta a la salud mental está en constante cambio. El tema ha dejado de ser un tabú, o algo que sólo involucra a unos pocos que necesitan ayuda, para transformarse en un aspecto esencial del ser humano, que hay que cuidar y mantener estable, porque sin dudas afecta, ya sea de manera directa o indirecta, en muchos de los padecimientos que puede tener la persona. 

Actualmente no es necesario llegar a un episodio de gravedad para consultar a un especialista y ha aumentado notoriamente la gente que asiste con regularidad a terapia para solucionar problemas de lo cotidiano que tienen que ver con el miedo, la propia inseguridad, o la falta de respuestas para comprender lo que pasa por la mente, o simplemente para tener alguien con quien expresarse o hacer catarsis. 

En ese sentido, son incontables las personalidades públicas que han manifestado la importancia que la salud mental ha tenido en sus vidas y eso ha colaborado con un cambio de visión sobre la temática que se puede observar en el incremento de la demanda. 

Guardias activas

Bajo este contexto global, y a tres meses y medio de la incorporación de las guardias activas en el Hospital Ramón Santamarina, El Eco de Tandil dialogó con el director de Salud Mental, Walter Ríos, para conocer la actualidad sobre el tema a nivel local, donde preocupa la falta de profesionales psiquiatras para la atención pública. 

Primeramente, indicó que las guardias vienen funcionando muy bien, trabajando con la demanda que antes observaban preocupados desde la atención pasiva, y que actualmente se intensificó, pero con la capacidad de darle respuesta a través de la presencia activa.

“Estamos muy contentos porque fue un acierto implementarlas, veníamos analizándolo el año pasado y en este se nota la necesidad que había de tenerlas. Por lo general, la demanda es muy diversa, puede haber algunos casos que se resuelve en el momento, se les da un turno cercano o con ciertas indicaciones de cuidado, no todos son para internación”, explicó.

Señaló que hoy puede ver con alegría una actitud de cuidado general hacia la salud mental que es muy positivo. “La gente se acerca mucho y eso está bueno, no se llega al extremo como uno pensaría tiempo atrás, se hacen consultas de todo tipo y una gran cantidad no son urgentes”, dijo.

A su vez, indicó que se sigue trabajando en los centros de salud, donde cada uno tiene su recurso respectivo a la problemática con un psicólogo, pero están buscando que no sea solamente ese profesional el capacitado, sino que todo el equipo pueda realizar al menos una primera atención en ese aspecto.

Falta de profesionales

En cuanto a lo ambulatorio, destacó la eficiencia y rapidez del equipo de admisión del Centro de Día Tita Brivio, aunque hizo hincapié en un problema que se viene arrastrando desde hace algunos años, como es la falta de profesionales psiquiatras.

“Tuvimos momentos mejores, otros más flojos, pero actualmente se siente más porque aumentó la demanda. A su vez, tuvimos la no renovación de un cargo por parte de un profesional que no va a seguir más con nosotros, la verdad es que se nota y está complicado conseguir incorporaciones”, relató.

Aclaró que es una situación que se da a nivel nacional en el sistema público, y también en los alrededores de la ciudad. Localidades cercanas como Azul, Olavarría, Ayacucho, Rauch, Benito Juárez, están sufriendo las mismas carencias que Tandil, “de hecho muchos de los que trabajan acá viajan a atender a esas ciudades”.

Una gran cantidad de los psiquiatras está activa en el ámbito privado, también con una altísima carga de trabajo, y la realidad hoy, como desde hace mucho tiempo, es que la cuestión salarial evidentemente no se compara, “nunca lo público ha logrado equiparar a lo privado”, aseguró Ríos.

“La demanda del público también es otra, porque todo lo que venga lo atendemos, no sé el privado cómo se maneja exactamente, pero pueden admitir algunas cuestiones y otras no, y nosotros tenemos que responder a lo que sea”, expresó el director, analizando las causas de la merma de personal. Opinó que también existe un descenso en la cantidad de graduados para la especialidad, aunque afirmó que la principal causa es sin dudas la diferencia de salarios con el sector privado.

Además, refirió que la pandemia marcó un antes y un después en lo que hace a las consultas, con un importante crecimiento en situaciones de padecimiento subjetivo, como así también del consumo problemático, “que es un factor fundamental, que nos cambió el perfil de la demanda”.

“No es tampoco una cuestión de presupuesto, porque a principio de año de consiguió financiar puestos full time, es decir profesionales con dedicación exclusiva, que eso nos vendría muy bien, pero evidentemente no es una modalidad que impacta en la profesión y no es tentador porque implica un bloqueo de matrícula”, narró.

En esta línea, comentó que se han reunido con autoridades del SISP y se ha analizado reconvertir esos cargos, ofrecer otras alternativas, para que el profesional que acepte tenga cierta comodidad o condiciones que hagan que se sienta bien en el puesto. “A la vez, tenemos que cuidar a los que tenemos, que le están poniendo el hombro de una manera impresionante, son gente de muchos años en esta labor y es esencial que se sientan acompañados”, sostuvo.

Por último, agregó que en las obras sociales los turnos para psicología o psiquiatría se dan con meses, ya hay muy pocos que adopten esta modalidad, por lo que el grueso de las consultas terminan en el sistema público. “Somos conscientes de eso y no queremos repetir el esquema que se utiliza en lo privado, así que hay que buscarle la vuelta para que esté bien cubierto, ya tengo algunos contactos y gente que se ha comunicado a raíz de esta situación, así que espero para la semana que viene tener novedades sobre alguna incorporación”, concluyó.