La cruzada que inició el carpintero solidario para Navidad fue un éxito y ayudó a unas 250 familias
Miguel Ponce y su familia lograron generar un verdadero entramado de buenas voluntades. El canje de figuras de fibrofácil a cambio de alimentos excedió todos los propósitos, ya que se sumaron muchas manos caritativas y lograron sueños impensados. Terminó fabricando 9 mil figuras, que entre ONGs, instituciones y familias individuales llegaron a muchos hogares tandilenses.
“Fue una experiencia gigante, nos superó ampliamente”, asintió con orgullo Miguel Ponce, el carpintero solidario que a lo largo del 2020 puso su corazón a disposición de los que más lo necesitan, con diferentes iniciativas y propósitos que terminaron creando un entramado lleno de amor.
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Luego de una exitosa cruzada para el Día del Niño, para este fin de año se propuso intercambiar un kit de figuras navideñas hechas con fibrofácil a cambio de alimentos no perecederos para luego repartir entre familias que estén transitando realidades difíciles, a la vez que puso en venta pinos navideños de madera a un valor muy razonables y con el dinero recaudado compró verduras para agregar a esos bolsones.
Llegó un momento en que la demanda de los vecinos que se acercaron a colaborar con la cruzada fue tal que terminaron fabricando hasta 240 figuras por día, y cuando el objetivo era hacer un total de seis mil, finalmente hicieron nueve mil. “En un momento cortamos la cadena solidaria de intercambio, pero la gente se siguió acercando a donar”, explicó el precursor.
Gracias a eso recaudaron cientos de kilos de alimentos que, junto a las verduras y otras donaciones, pudieron llegar a 246 hogares tandilenses, instituciones, colegios, jardines de infantes y espacios que trabajan con ancianos.
Todos dieron una mano
Una de las cosas que más le importa a Miguel Ponce, además de ayudar a otros, es que todo lo que se hizo con esas donaciones y productos sea dado a conocer para que la campaña solidaria “sea transparente” y todos los que ayudaron vean el resultado de su esfuerzo.
“Se generó una voluntad impresionante”, aseveró colmado de orgullo y precisó que solamente de harina recibieron alrededor de 600 kilos, mientras que de azúcar fueron más de 200 y así sucesivamente con otros artículos no perecederos.
Pero eso no fue todo, ya que verdaderamente la propuesta generó un entramado de caridad, porque al enterarse de la iniciativa también se acercaron personas con productos de elaboración propia.
Uno de los casos fue el de Ariel y Alicia Mansilla, quienes desde hace años hacen pochoclos y los venden en las ferias del Hipódromo. Ellos se acercaron hasta lo de la familia Ponce y llevaron a donar más de 100 paquetes de pochoclos para incluirlos en las bolsas a repartir.
Otro de los ejemplos que compartió el carpintero fue el de una emprendedora que se dedica a hacer panificados y, con algunos paquetes de harina que le dio Ponce, cocinó un montón de panes y prepizzas caseras que también formaron parte de las entregas.
Finalmente, con el dinero recaudado con la venta de pinos de fibrofácil, el propio creador de la iniciativa se dirigió a un mercado al por mayor de verduras y compró papas, zanahorias y cebollas.
“Como el vendedor estaba al tanto de la campaña, nos dejó los alimentos a un valor mucho más barato”, contó con entusiasmo.
Pero, además, el espíritu solidario también se contagió en otros sectores, ya que desde una reconocida casa de muebles le donaron semanalmente restos de madera para seguir fabricando figuras, así como también pintura para decorarlas. En tanto reveló que desde el Sindicato de Madereros también recibió el apoyo y manifestaron emoción.
Contagiar y redoblar la apuesta
Miguel, junto a sus hijos y su mujer, se ocupó de cortar las figuras, pintarlas, recibir y almacenar los productos alimenticios, gestionar con las organizaciones, armar y llevar personalmente las bolsas a los hogares individuales.
Lo recaudado le alcanzó para armar dos bolsas con un total de 15 productos para cada familia, muchas fueron entregadas a Flor de Murga, otras a Jano por Todos, al Taller Protegido y otras instituciones, y en casas particulares.
Los últimos días del año fueron para terminar la entrega, con el reparto de 36 núcleos que faltaban.
“Para uno es tan normal poder trabajar y comprar sus alimentos, pero hay gente que la pasa realmente mal. A mí no me sobra nada, no tenemos lujos, pero siempre se puede ayudar al otro”, reflexionó dando un nueva lección de conciencia social.
Otra de las metas de este tipo de acciones es que se contagien en la comunidad y se repliquen cada vez más. “Hay tanta gente que tiene talento, es cuestión de dedicarle un rato”, incentivó.
Por último, lejos de conformarse con lo realizado en 2020, anticipó que para este 2021 ya tiene en mente la idea de que el desafío sea distinto, “mucho más grande”.
“Todo esto fue el resultado de la voluntad de la gente que vino hasta acá, hizo cola y colaboró”, señaló agradecido.
Flor de Murga y su reconocimiento al artesano
El referente de Flor de Murga, Dardo Casal, hizo público su agradecimiento para con Miguel Ponce y familia. “El año que termina nos deja recuerdos imborrables. Año de grandes sufrimientos, pero también de grandes gestos de solidaridad. Y de esos gestos, hoy quiero destacar uno en especial: el de Miguel Ponce, artesano, vecino del barrio de Las Ranas”, sintió compartir el murguero.
Recordó que fue por el mes de abril cuando se acercó a contarle la idea que tenía para ayudar a mucha gente que la estaba pasando mal por no poder trabajar durante la pandemia.
Entre otras sentidas palabras y recuerdos del proceso que vivieron, Dardo aseguró que el resultado de esta campaña superó todas las expectativas. “Muchísima gente acudió al taller de Miguel con alimentos. Y así fue que pudo entregar bolsones a cinco instituciones, entre las cuales Flor de Murga recibió una tanda de alimentos no perecederos, papas, zanahorias y cebollas, que ya fue distribuida”, contó.
“También fuimos testigos de que Miguel, enterado de alguna necesidad puntual, fue personalmente a distintos barrios de la ciudad con bolsones de alimentos para asistir a familias”, especificó.
Por todo esto, los integrantes de Flor de Murga buscaron destacar el gesto solidario de Miguel Ponce, su esposa Patricia Fernández, sus hijos Agustina y Ezequiel, y de todas las personas que se acercaron a colaborar con esta campaña de alimentos.