Gestión de residuos
La contenerización reeditó el debate por el uso del relleno sanitario y la separación en origen
Organizaciones ambientales apuntaron contra el nuevo sistema de contenedores y la escasez de soluciones a los problemas de fondo, vinculados a la falta de recolección diferenciada y a los magros incentivos al reciclaje. Los cuestionamientos tildaron al servicio de fragmentado, caro e ineficiente.
El próximo lunes la ciudad tendrá el inicio del nuevo sistema de recolección de residuos que establece la colocación de contenedores en diferentes puntos del ejido urbano, tarea a cargo de la empresa Malvinas Argentinas SRL, firma en la que la administración comunal tercerizó el servicio.
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La decisión gubernamental de implementar contenedores para resolver la problemática de la recolección de residuos no resultó indiferente y generó voces a favor y en contra de la medida.
El sector ambientalista, encarnado en actores como la Asamblea por las Sierras y la Mesa Girsu, planteó una discusión en torno a la propuesta, que no contempla una mirada amigable con el entorno ni un cambio sustancial en la gestión de residuos.
Relleno sanitario
En tal sentido, desde la Asamblea consideraron que el Ejecutivo va a destinar más de cinco millones de pesos por mes a un servicio de contenedores en las zonas periurbanas, que en gran parte abarcarán el área serrana, y objetaron que “lo hará privatizando, sin hacer recolección diferenciada y aumentando los ingresos de material en el relleno sanitario”.
Esta arista disparó nuevamente la discusión por el uso del relleno sanitario y la vida útil que le queda. Al respecto, la asamblea vecinal detalló que esta situación queda expuesta “en la altísima contaminación que reflejan los análisis de muestras de agua en puntos cercanos a sus efluentes”.
De este modo, destacaron que es urgente reemplazar la “ineficiente” y “cara” gestión ambiental por una gestión pública “integral, racional en términos ambientales y económicos”.
Asimismo, la agrupación criticó también que el plan de modernización del Municipio no constituye un modelo de gestión inteligente y no se basa en la separación de residuos en origen, aunque desde la comuna pregonaron que la contenerización planificada es la antesala hacia este nuevo paradigma.
Más residuos, menos propuestas
Además, los ambientalistas refirieron que existen valiosas iniciativas con participación ciudadana e inclusión social, pero que se mantienen de forma “marginal”. Es decir, si bien hay, por ejemplo, recuperadores urbanos y puntos limpios para reciclar material, el grueso del problema no se resuelve y estas alternativas quedan relegadas a acciones periféricas y aisladas.
En esta línea, argumentaron que “a las empresas privadas que manejan el relleno sanitario o prestan el servicio de recolección basado en contenedores, les conviene que haya más residuos. A la ciudad, que haya menos, y que lo que aumente sea la proporción que se reutiliza y recupera, minimizando de este modo la cantidad de residuos a ser dispuestos en un relleno. Esto sería modernizar de verdad”.
Al respecto, explicaron que urbanizar las zonas serranas no sólo degrada el patrimonio natural de Tandil, sino que contamina la principal área de recarga del acuífero y cambia la cobertura natural, aumentando el riesgo de inundaciones en otras zonas de la ciudad.
En tanto, también acusaron que este fenómeno dispersa espacialmente el uso residencial y amplía la necesidad de servicios públicos en zonas donde los costos para proveerlos son elevados y los encarece para el conjunto de la comunidad. En este orden, reclamaron que “los costos diferenciales por la recolección de residuos en zonas periurbanas de alto poder adquisitivo sea erogado por los actores privados y públicos que realizaron y permitieron esa expansión”.
Crónica de una privatización anunciada
Por su parte, la Mesa Girsu (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos), que en numerosas oportunidades ha advertido sobre el colapso del relleno sanitario, sobre la falta de políticas públicas en materia de tratamiento de desechos y la aparición de basurales a cielo abierto, también objetó el proyecto de contenerización implementado por el gobierno local.
Así, desde el espacio sopesaron que “el Ejecutivo planificó con tiempo la privatización del sistema de recolección de residuos, que logró tener consenso luego de los problemas que se registraron durante la pandemia con la recolección de residuos, en septiembre de 2020. La desinversión en el área no pareció casual, en los últimos meses se pudieron observar cómo quedaban camiones sin prestar servicio, zonas de la ciudad con mucha basura acumulada, y la falta de respuestas a los recolectores”.
De esta manera, la mesa vecinal aseguró que “nunca” estuvo en los planes del Municipio avanzar en una gestión de residuos con mayor participación ciudadana y un mejor cuidado del ambiente.
En la misma línea, citaron al presidente de la Asociación de Cabañas, José Baena, quien en una nota publicada en este Diario indicó que "desde hace años que venimos solicitando, incluso en el Acuerdo del Bicentenario, una ciudad con separación en origen y nunca se tomó la idea para implementarla. Deseábamos que además de lo orgánico pudiéramos depositar cartón, vidrios, etc. Lo que se licitó es la misma recolección que teníamos con la diferencia de que ahora se pondrán contenedores. Hay prestadores que van a tener que caminar más de 500 metros para llevar los residuos al contenedor”.
Por último, pusieron en tela de juicio el éxito de la campaña para instalar en la ciudadanía la utilización de los contenedores rigurosamente distribuidos y alegaron que ni los prestadores, ni los vecinos, evidenciaron aún una gran aceptación del nuevo método.