Religión
La comunidad cristiana se congregó una vez más para reivindicar la figura de San Cayetano
Con el pedido de Paz, Pan y Trabajo como estandarte, decenas de fieles recorrieron las calles del barrio, y cumplieron el rito en la parroquia que lleva el nombre del Santo.
Dando inicio a la jornada eclesiástica a las 8, con la bendición del padre Antonio en la santa misa, comenzaron a acercarse los vecinos del Barrio San Cayetano a la parroquia ubicada en San Francisco 2148 y compartieron sus plegarias.
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Al mismo tiempo, integrantes de la comunidad religiosa, junto a representantes de los grupos Caritas y Cruz Roja, se encargaron de la logística del evento parroquial.
La directora de Caritas de la sucursal de la Parroquia de San Cayetano, Silvia Borda comentó sobre la participación del grupo solidario dentro de la jornada que “siempre estamos recibiendo y compartiendo lo que la gente generosamente nos da. Con atención en roperos y recibiendo alimentos”, y agregó “también mediamos con algunas facilidades por arreglos de vivienda, con estudios, y distintas necesidades que van surgiendo e intentamos dar respuestas todo el año”.
Sobre esta fecha en particular, Borda expresó “se da algo muy especial porque viene gente de toda la ciudad, que aparte de rezar, también tienen esa generosidad de traer algo para compartir, eso va sumando y nos permite brindar ayuda”.
La representante de la organización resaltó que “el fuerte siempre es la colecta de Caritas en el segundo fin de semana de junio, pero todos los 7 de cada mes la gente colabora con alimentos y ropa”, y subrayó que “se puede acercar los martes de 15 a 17 y los jueves de 15 a 17.30 en San Francisco 2148, este nuestro sector al cual nos remitimos, ya que cada parroquia tiene su Caritas”.
Por su parte, el párroco Argentino en diálogo con esta Redacción, brindó algunas apreciaciones acerca de la jornada. “Podemos resaltar que desde la organización se notó mucha entrega, y que lo hicieron de manera muy simple” y agregó que fue “linda la convocatoria, aunque menos que el año pasado, respondiendo a todo el movimiento de la religiosidad que convoca San Cayetano”.
El padre reflexionó sobre la participación de la comunidad en general de la bendición el padre Antonio en la misa de las 8, la cual fue una celebración calma, serena, pero con alegría. Respecto al número de concurrentes expresó que “tal vez mucha gente empezó a tener otro tipo de visión. Dejó de venir porque carece de sentido la imagen de sentido San Cayetano, o la Iglesia. Es una frustración en algún punto porque esperan un tipo de salvación o de solución que no les llega por ejemplo” y resaltó “ante esto no les doy ningún mensaje, ni planteo ninguna salvación mágica, solo intento testificar”.
“Yo la salvación la planteo como el orden que tiene la realidad y la vida, como dones de Dios realizados en la experiencia humana, entonces cuando nosotros en Cristo Jesús recuperamos y nos tonificamos por la fuerza de la verdad o por los tonos armónicos saludables que tiene la vida, el hombre se pone de pie, el camino viene por ahí y no por otro lado”. De este modo, el padre Argentino motiva a la comunidad a permanecer en la fe, y promueve que el movimiento sea desde el interior de cada uno, sin depositar la esperanza por fuera.
Considerando el escenario desalentador que vive la sociedad, puntualmente en el ámbito laboral y en este día, el párroco destacó “el hombre se pone de pie, cuando uno descubre que esta creado, sustentado, conservado, agraciado, glorificado, justificado, perdonado y santificado por la verdad, la vida y la gracia que viene de Dios, y yo creo que nos salvamos de esa manera, de ninguna otra. Hay muchas otras salvaciones que se prometen a nivel religioso, o a nivel mundo que tienen otro tipo de características”.
El efecto del milagro
La comunidad se acercó a la parroquia de San Cayetano, para depositar una vez más su fe en la figura del Patrono del Pan y del Trabajo, y allí la mayoría plasmaron sus necesidades, mientras que muchos otros compartieron su profunda gratitud.
“El milagro no es más que una acción de Dios que recupera un tono normal de la vida terrena. Puede que eso se dé o no” expresó Argentino, haciendo referencia a la mística que envuelve el vínculo entre las personas y la fe. “Por ejemplo, la posibilidad de que una persona consiga trabajo es constante, al igual que la posibilidad de no conseguirlo. Del mismo modo sucede con aquellas que lo conservan y viven bien, y otras que conservan su trabajo y viven en una injusticia increíble y permanente”, agregó el párroco.
“Entonces -continuó- cuando uno va descubriendo en el valor del trabajo porque lo consigue o porque lo vivís bien, muchas veces se tiende a creer que es un milagro. Sin embargo, es una realidad que la hacemos nosotros, que también te es dada por los otros, y por supuesto que es un don de Dios. Y del mismo modo, cuando no se da, se debe a distintos motivos, ya sea por pecados o por ser mala gente”.
El verdadero bienestar
El religioso continuó su reflexión haciendo una invitación a explorar aquellos caminos que nos conducen al vivir en paz y armonía interiormente y expresó “el signo más importante que demuestra que la persona es buena gente, es si la duerme y vive en paz es el ‘estar bien’ en la actualidad sobre todo, es según el éxito político o del poderío del mundo, y yo les diría que verifiquen si duermen”.
“Tenemos una cultura muy peligrosa, es la cultura de la apariencia y del éxito externo, y sobre todo el argentino, que no le gusta la verdad. Le encanta que le impongan fantasías y soluciones mágicas, a nivel de clero, de fútbol. El único equipo que sabe jugar es el equipo que sale campeón ¿o no?” enfatizó el párroco, y explicó su visión “vivimos del éxito de la apariencia y eso es estar lejos de la verdad, por eso no hay solución verdadera hasta que nosotros no veamos lo que somos realmente”.
Para consolidar sus argumentos el padre concluyó en que “cuando empezamos a conocer la verdad, no hay vuelta atrás. El espíritu está para eso, y es por eso se enferma tanto la gente, desde el cuerpo y el alma. Hay muchos corazones destrozados, plagados de esclavitud y de mentira. Es impresionante el peso que hay. Ese es el elemento para mí más complicado que atraviesa la humanidad. La mentira está totalmente normalizada, y el corazón del hombre solo se sana cuando empieza a ver y a vivir desde la verdad”.