Balance de un año atravesado por la pandemia
La Biblioteca Sarmiento impulsó en 2021 cambios y actividades para revalorizar el rol de estos espacios
La institución se propone como un faro cultural de Villa Italia y la ciudad, atendiendo a la función de documentación, encuentro, estudio y acceso a la información que tienen las bibliotecas populares. Este año reformaron el edificio, habilitaron nuevos espacios, compraron más libros que nunca y retomaron diversas iniciativas. No obstante, aún les adeudan dos meses de subsidios y se lamentaron por la falta de aplicación de la Ley Provincial de Bibliotecas.
La Biblioteca Popular Sarmiento, el tradicional espacio cultural de Villa Italia, se apresta a trassnitar el último mes de un año que también estuvo atravesado por la pandemia y que los obligó a seguir reinventándose para ofrecer lo mejor a la comunidad barrial y a toda la ciudad, que encuentra allí un lugar de referencia para desarrollar diferentes actividades.
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En este sentido, el presidente de la institución ubicada en Quintana 450, Braian Urban, conversó con El Eco de Tandil y destacó que “para nosotros es importante pensar la biblioteca como un espacio de encuentro, que habilita la palabra, y que en definitiva contribuye a construir vecindad y a estrechar los lazos sociales. Esto último es fundamental para pensar la salida de los efectos que nos deja la pandemia”.
Más allá de los logros institucionales, el atraso en los pagos de subvenciones y la falta de implementación de la Ley Provincial 14.777, destinada a fortalecer el sistema de bibliotecas boanerenses, son pendientes que preocupan a los integrantes de la comisión, que buscan subsanar estos inconvenientes para defender como una trinchera a la entidad.
-¿Cómo fue el año 2021 respecto a las actividades que han desarrollado en contexto de Covid-19, que golpeó sobre todo en el primer semestre?
-Fue un año complejo en términos del Covid-19 en general, y para toda la sociedad, no sólo para la biblioteca. En ese sentido tuvimos que, por un lado, postergar o redireccionar algunas de las actividades planificadas, por otro, y en el marco de lo que los protocolos permitieron, pensar el rol de la biblioteca y los servicios que debíamos prestar en pandemia, con la convicción de que debíamos acompañar a nuestra comunidad, socios y usuarios. Tanto es así que pusimos un sistema de delivery de libros para llegar a las personas que demandaban nuestros servicios.
Por otra parte entendemos a la biblioteca como, además de un espacio de promoción de lectura y la escritura y formativo, una institución que promueve el acceso a la información y la promoción de derechos. Intentamos que la persona que entra a la biblioteca se vaya con la información que vino a buscar, a veces está en los libros, en revistas, en internet, o a través de especialistas, o de un organismo, lo importante es que la biblioteca cumpla ese rol.
En relación a esto último, y con mucho esfuerzo, este año pusimos a disposición de toda la comunidad una sala de acceso informático con ocho computadoras y una sala de estudio para acompañar a los estudiantes y trabajadores que no cuentan con internet para realizar tareas escolares, formativas, de nivel secundario, superior, universitario. Fue una demanda que teníamos a diario, muchos estudiantes y familias nos planteaban “no tenemos un lugar para estudiar, para cursar online, o para enviar trabajos prácticos”.
-¿Qué otras acciones se impulsaron para pluralizar el alcance de la Biblioteca?
-Otro bloque de acciones estuvo vinculado a brindar información y asesoramiento en diversos temas a nuestros socios y usuarios, en ese marco llevamos a cabo un acuerdo de cooperación para que la Defensoría del Pueblo de Tandil atienda una vez por mes en la biblioteca.
En relación a la redirección de proyectos, implementamos muchas acciones virtuales, por ejemplo hicimos un ciclo de entrevistas a viajeros de nuestra ciudad con la coordinación de Graciela Gargiulo y la colaboración de Jonathan Etcheverry; desarrollamos la etapa II de “Lectubers”, promoción de lectura a través en redes sociales con la coordinación de Helena Ardanch y la participación de más de 50 estudiantes de la EES n°1 de Villa Cacique; hicimos la etapa I de @tecuento, con la coordinación de Lucía Ruleri y Marta Ledesma, donde personas mayores hicieron videos con lecturas para compartir en redes sociales.
También fue un año en que pudimos realizar algunas reformas edilicias pendientes. Y en este último tiempo, desde agosto, llevamos a cabo un par de actividades presenciales como fueron el café literario intergeneracional, presentaciones de libros, entre otras.
Además, continuamos con la internacionalización de la biblioteca a través de nuestro Programa de Hermanamiento Internacional de Bibliotecas desarrollando diversas actividades virtuales, con la colaboración de Luciana Demeo, Rosario Sansoni y Araceli Ruleri.
-¿De qué manera terminan el año?
-Terminamos con mucho trabajo, volviendo a actividades presenciales y con algunos resultados importantes para nosotros. Por ejemplo, el 2021, a través de diversas gestiones y el apoyo de Conabip, fue el año en qué más libros compró nuestra institución desde que hacemos estadísticas; cambiamos casi todo el mobiliario de la biblioteca; hemos obtenido apoyo para la creación de un espacio de promoción del cómic, manga e historietas. Por otra parte, también terminamos el año con algún atraso del pago de la subvención provincial (dos meses) y la no implementación de la Ley Provincial 14.777, aprobada desde 2015 por ambas Cámaras del Poder Legislativo de la provincia de Buenos Aires.
-¿Se toman vacaciones en verano?
-La Biblioteca cerrará por receso estival durante el mes de enero del 9 al 29, allí aprovecharemos, entre otras cosas para planificar el expurgo y hacer tareas de mantenimiento en el edificio.
-Por último, ¿qué proyectos tienen para el 2022?
-Para el año que viene tenemos varios proyectos e ideas, las que están más avanzadas son la implementación del proyecto de “Comicteca”; la ampliación del Programa de hermanamiento Internacional de Bibliotecas -estamos en conversaciones con otros dos países-, que una vez se concrete lo comunicaremos.
También pensamos ampliar los servicios de información ciudadana que brindamos, de derechos de los consumidores, espacios de información para la realización de trámites, entre otros; volver al dictado presencial de talleres como oferta anual; continuar los proyectos de promoción de lectura y comunidades virtuales como son “Lectubers” y “@tecuento”; volver con el ciclo “Viajeros” de manera presencial. Por último, estamos viendo la posibilidad de realizar un proyecto de bibliotecas humanas.