Urbanización
La avenida Don Bosco se convirtió en pocos años en un epicentro turístico, gastronómico y residencial
La zona se polarizó como un área de gran interés comercial, turístico y residencial por su inigualable entorno natural. En el último año florecieron los emprendimientos de todo tipo y se incrementó el dinamismo del sector. Entre el crecimiento urbano planificado y las polémicas por los avances sobre el faldeo serrano, Don Bosco es una cara de la ciudad perfilada hacia la exclusividad y una alta calidad de vida.
Las ciudades son entes dinámicos y mutables que, al calor de la modernidad, deben adaptarse cada vez más rápido a las necesidades de la población y el crecimiento demográfico.
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A nivel local, la zona de Don Bosco registró grandes cambios en los últimos años y es una radiografía del Tandil actual. La avenida que dobla el Dique y se adentra en una de las áreas más lindas de la ciudad, es testigo de la proliferación de decenas de emprendimientos turísticos, gastronómicos y residenciales a su alrededor, impensados décadas atrás, cuando todo allí era prácticamente campo.
Si bien el Plan de Desarrollo Territorial (PDT) que ordena la urbanización establece que la ciudad debe crecer hacia el otro lado, el norte de la Ruta 226, por la disponibilidad de suelo llano para la expansión demográfica, el mencionado sector del territorio resulta muy atractivo por múltiples razones. Asimismo, también es posible observar que el ejido urbano presenta patrones territoriales dispersos y muy disímiles entre sí.