La aparición de más perros envenenados en el Barrio Golf renovó la preocupación de los vecinos
Asciende a 26 el número de canes muertos por envenenamiento. Los residentes temen que haya tóxicos en el entorno y sus peligrosas consecuencias. Solicitaron intervención municipal y policial para resolver la situación.
La problemática de los perros envenenados surgida la semana pasada, lejos de resolverse, se agrava con el correr de los días. Ya suman 26 los animales muertos en el Barrio Golf y crece la inquietud entre los vecinos por los residuos tóxicos que puedan quedar en el entorno, creando un potencial peligro para las personas, en especial los niños.
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En medio de una situación que lleva ya diez días, en la antevíspera se registró la intoxicación de un perro que aparentemente no ingirió carne -como se constató en otros casos-, lo que hace pensar que el veneno ingresó por otra vía. Además, los vecinos observaron la presencia de una cantidad inusual de pájaros muertos en las inmediaciones, posiblemente producto del residual tóxico.
La noticia trascendió el 13 de agosto, cuando los residentes de la zona encontraron 6 canes muertos sobre la calle Andrés Macaya, en cercanías de Mayoral Juan Goñi, en el corazón del mencionado barrio.
Desconcertados, los vecinos no saben a quién recurrir para solucionar el tema y prevenir futuros episodios. En su afán de hallar una respuesta, los residentes del Golf elevaron al Departamento Ejecutivo una carta con las denuncias y actas de Bromatología, para solicitar la instalación de cámaras y luminarias en la zona en pos de mejorar la seguridad y los controles. También se pidió la intervención de la Defensoría del Pueblo.
En busca de respuestas
Isabel Pereryra Iraola, residente del barrio, le expresó a El Eco de Tandil su preocupación ante el eventual alcance del tóxico presente en la zona y sus nefastas consecuencias.
Pereyra Iraola contó que se comunicó con el jefe de Gabinete, Julio Elichiribehety, quien se encontraba de viaje pero se reunirá con los interesados en estos días. También la defensora del Pueblo, Paula Lafourcade, expresó su preocupación y aseguró que se va a encargar del tema.
“Llamamos a la Policía, nos dicen que llamemos a los Bomberos, ellos a Bromatología. Pero Bromatología, más que tomarnos la denuncia, venir, mirar un poco y labrar el acta, no puede hacer. Si bien rociaron antes con agua no hizo efecto porque los perros se siguen muriendo, quien esté detrás de esto no tiene noción del daño que puede llegar a causar”, expuso, muy consternada.
La repetición de casos y el paso de los días no hacen más que incrementar la preocupación del barrio, que no tienen ningún indicio acerca de la génesis de esta serie de eventos malintencionados, y más allá de la carne envenenada, emerge el interrogante de si se ha derramado veneno en los espacios verdes del área.
La metodología empleada hasta el momento, según concluyeron los habitantes del Golf, consistió en arrojar carne emponzoñada desde un auto. “Igualmente nada impide que haya sido una bicicleta, una moto o incluso una persona caminando”, señalaron.
El dato que perturba a los vecinos es que en ese entonces se hallaron trozos de carne envenenada en los jardines de las casas, lo cual representa un riesgo enorme para varias familias que tienen hijos chicos.
Aumento de casos
Tras la aparición del último can muerto bajo esta modalidad, los residentes del barrio efectuaron una recorrida junto a integrantes del Foro de Seguridad, de la Dirección de Bromatología y de efectivos de la Policía bonaerense.
Desde el área municipal labraron las actas correspondientes y el Foro ciudadano manifestó su preocupación por los hechos y sus eventuales derivaciones.
Al respecto, la mujer explicó que llegó hasta el lugar la Policía para constatar el procedimiento y Bromatología se llevó al animal para efectuar las intervenciones correspondientes.
“La idea es que mañana hagan un rastrillaje la fuerzas de seguridad y Bromatología porque han pasado más de diez días y siguen apareciendo casos”, anticipó.
De este modo, esperan que se concrete una investigación precisa que permita rastrillar la zona y analizarla fehacientemente, con el fin de arrojar un poco de luz sobre el tema y aportar tranquilidad a las familias.
“¿Van a esperar a que muera una persona para hacer algo?”, cuestionaron con desazón.