Juan Battolla, el joven que tocó la fibra íntima de los tandilenses

La historia de Juan Ignacio Battolla irrumpió en los últimos días. El joven tandilense recurrió a las redes sociales en búsqueda del apoyo económico para cubrir los gastos de una onerosa intervención quirúrgica. A través de un video que se extendió por poco más de cuatro minutos, el país, y otras latitudes, conocieron su historia y la solidaridad se hizo presente para lograr el primer objetivo.

Mientras pasa unos días en Tandil, antes de realizar un nuevo viaje a la Ciudad de Buenos Aires para afrontar la operación más esperada en su tratamiento, Juan Ignacio habló con El Eco de Tandil y contó cómo atraviesa los días previos y las sensaciones luego de la viralización del contenido subido a sus redes sociales.

Juan Ignacio padece de una enfermedad hereditaria que estuvo presente desde su nacimiento. A partir de los cinco años inició una serie de distintos tratamientos pero ninguno pudo frenar el avance de la misma. El cáncer derivó en un tumor en la espalda alta, conocido como Fibromatosis desmoide. Tuvo más de 15 quimioterapias, recurrió a medicinas alternativas y la esperanza apareció en un complejo proceso quirúrgico.

Hoy, con 16 años, presenta una madurez atípica para un chico de su edad. El joven tuvo que convivir desde el primer momento de su vida sabiendo que la inestabilidad de su diagnóstico podía complicarse en un abrir y cerrar de ojos. Esa situación lo llevó a tener una entereza admirable para compartir su historia de vida con la sociedad.

“El objetivo se logró y estoy feliz porque saltaron todos de inmediato a ayudar. Eso estuvo bueno, porque uno no tiene la visión así de la gente de que puedan ayudar tan rápido con alguien totalmente desconocido”, explicó Battolla que también comentó que tras la publicación del video recibió mensajes de mucha gente desconocida y lo que más lo asombró es que muchos provenían de otros países, como Canadá, Puerto Rico o Chile. 

Lo que viene

Tras haber alcanzado el monto necesario para afrontar la operación, el próximo viernes se pondrá en manos de un prestigioso equipo de médico que lo intervendrá quirúrgicamente. “Va a ser en Buenos Aires y me quedó dos días dormido, me van a dormir. Después voy a estar una semana en terapia intensiva. Ahí no puede haber mucha gente, va a haber solamente un familiar”, explicó.

Como refleja su historia, sabe cada paso que va a tener que atravesar por eso es que contó que luego de esa semana lo van a pasar a una habitación normal, con controles médicos, por un periodo de una semana o diez días. Pasado ese periodo, el tratamiento continuará durante otros 15 días con revisiones constantes.

Toda esta situación obliga a la familia a instalarse por más de un mes en la ciudad de Buenos Aires, algo que también motivó la colecta realizada a través de las redes sociales. A los tratamientos médicos, hay que agregarle los gastos de un alquiler y pormenores mientras sus padres no podrán trabajar.

“Mis papás están como locos, pero yo ya tuve como tres o cuatro operaciones y la parte de la operación no es tanto mi problema, por más que es un riesgo grande. Mi mayor problema es el postoperatorio que me dijeron que va a ser doloroso y me dijeron que me puede quedar este brazo (el izquierdo) inhabilitado”, contó el joven.

En ese sentido, aparece la crioablación como una opción para tratamiento luego de la operación. El procedimiento en el que se usa una criosonda para congelar y destruir el tejido anormal, podría ser una solución para convertir en células muertas lo que quede del tumor. 

“Se ha hecho en tumores reducidos, pero mi tumor es extremadamente grande y se necesita hacer una cirugía para después, con los restos, poder congelarlos y convertirlos en células muertas para así exterminar el tumor. Después voy a tener que seguir con tratamientos, capaz que alguna quimio más, tengo para rato”, culminó.

El día a día

La enfermedad lo lleva a convivir con el dolor. Para soportarlo llega a tomar cerca de 20 pastillas, pero aun así hay jornadas donde el padecimiento se hace insoportable y lo limita para realizar sus actividades. “Ahora tuve que dejar de ir a la escuela por temas de dolor, hace una semana que no puedo levantarme del sillón, pero estoy con más medicación”, comentó.

A su vez, despreocupado por todo lo que se viene, comentó que en estos días en la ciudad quiere aprovechar para juntarse con sus amigos, divertirse y tomar alguna clase de Karate. Justamente este pasatiempo es el que lo ayuda a despejarse donde “la gente, el ambiente y también la energía es muy linda y ayuda un montón”.

El karate ocupa parte importante dentro de su agenda. El sábado a la mañana es ayudante en una clase para los más chicos y por la tarde toma sus propias clases. Incluso, algunos domingos, decide ir a cenar a lo de su maestro de artes marciales. 

En este día a día, el acompañamiento de sus amistades resulta fundamental para atravesar todo el complicado proceso. Uno de ellos, Nahuel, hijo de su sensei, fue el que lo ayudó a grabar el video que se viralizó e hizo conocer su caso a pesar de las pocas expectativas que tenía Juan Ignacio en un principio.

“Me imaginaba que iba a quedar en tres likes y cinco visualizaciones. Es una enfermedad importante, pero en internet hay otras cosas que le interesan más a la gente. Estuvo bastante bueno que se haya reproducido”, comentó.

Por último, respecto a la repercusión del contenido, se mostró agradecido y asombrado por la respuesta de la gente. “Estuve intentando responder todo lo que podía y dándole like a los comentarios porque todo fue un aporte para que sea más viral. Mi idea principal era ayudar y después surgió lo de la cirugía. Como dije en el vídeo, esto no termina acá y voy a necesitar la ayuda de los tandilenses, de todos los que me apoyaron, cuando tenga que hacer la crioablación y más tratamientos”, concluyó.