Internos del Penal de Barker confeccionaron un mapa para personas no videntes
En el marco del proyecto Mirmidones, internos de la Unidad Penal 37 de Barker propusieron comenzar a generar productos y artículos para donar a instituciones que trabajen con personas con visión reducida o no videntes. En ese contexto, confeccionaron un mapa de la Argentina en braille.
Internos del Pabellón 1 de la Unidad Penal 37 de Barker armaron días atrás un mapa de la Argentina que podrá ser usado por personas con disminución visual o no videntes, una iniciativa que surgió de los propios reclusos.
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Esta acción se enmarca en un proyecto de braille que se está generando en el grupo Mirmidones, que se suma a los otros tantos que ya llevaron a cabo, como por ejemplo la confección de barbijos durante las etapas más restrictivas del aislamiento social en la Argentina.
“La iniciativa surge por una idea de unos internos que venían de traslado de otras unidades y habían aprendido a escribir y leer en braille. Entonces, llegaron con la propuesta de hacer algunos mapas”, explicó Juan Martín Aroztegui, uno de los integrantes del proyecto de Mirmidones, en comunicación con el programa Buenas y Santas, que se emite por Tandil FM 104.1.
Contó que si bien comenzaron con la realización de mapas, la idea es también avanzar hacia otros productos y objetos para donar a instituciones que trabajan en la enseñanza a personas no videntes o con visión disminuida.
“Nosotros recibimos el proyecto, nos gustó y comenzamos a trabajar para apoyar a los chicos, que son quienes tienen el conocimiento. Lo que hicimos fue involucrarnos e investigar un poco más para ver de qué forma podíamos colaborar”, señaló y agregó que, en concreto, lo que hicieron fue buscar a la gente idónea para que los guíe.
Por el momento hicieron un mapa de la Argentina, otro de las provincias, otro de países limítrofes y otro de las regiones. De todas formas, están buscando materiales para darle forma al proyecto.
En el caso de los planos, los hacen con telas y utilizan diferentes texturas para distinguir cada provincia o región. Además, para marcar los límites de cada una o de los propios países se realizan distintos tipos de nudos, “y después se escribe en braille cuál es cada provincia”.
Para confeccionar los artículos que luego donan a los establecimientos utilizan unos punzones y unas tablas, que desde la organización de Mirmidones están tratando de conseguir, como así también hojas específicas.
“La idea es que los chicos que están, que ya tienen algún conocimiento, compartan su experiencia con los demás y, a medida que se vaya renovando el plantel, porque la población carcelaria es muy rotativa, el proyecto de braille quede instalado, se sostenga y se transmita entre todos”, reconoció Aroztegui.
Unos 30 internos participan
Contó que los reclusos que tienen conocimiento de braille y que coordinan el proyecto son dos, pero que se sumaron otros 30 chicos que están con ganas de participar.
Si bien saben que todo lo que generen lo van a entregar a instituciones de la ciudad, aún no tienen definido a quién se lo darán. “La Escuela 501 trabaja con chicos con visión disminuida, así que probablemente le hagamos una entrega, pero no lo tenemos definido. La idea es donárselo a algún establecimiento que le haga falta”, explicó.
En lo que respecta al conocimiento y la capacitación en el braille, contó que los internos “saben bastante” y que la característica que tiene este sistema es que se escribe para un lado y se lee para el otro, es decir en espejo.
“Tiene algunas particularidades que nos vamos enterando a medida que nos interiorizamos, porque no teníamos ninguna capacitación. Pero en lo que podemos colaborar, lo hacemos. El proyecto nos gustó y lo abrazamos como Mirmidones. Entonces ahora tratamos de buscar gente que nos dé un soporte, porque una cosa es saber leer y escribir, pero otra es saber enseñarlo”, indicó.
Por otra parte, destacó que si bien ellos siempre tratan de buscar nuevas ideas para compartir, es bueno que sean los propios internos quienes propongan nuevas iniciativas.
“Es bueno también para ellos, porque una donación o trabajar en cuestiones solidarias es reparador. Más allá de haber roto en algún momento una regla y estar pagando una condena, estas acciones son renovadoras”, expuso.
Mirmidones, un proyecto de inclusión
Con el objetivo de cambiar la conducta y ayudar a que los reclusos del Penal de Barker salgan con mayores oportunidades y puedan tener una mejor reinserción, un grupo de voluntarios inició años atrás el proyecto de Los Mirmidones, que busca emular la tarea que realizó Eduardo Oderigo en la Unidad Penal 48 de San Martín.
Con el rugby como bandera, pero también como excusa, los asistentes apuntan a transmitir enseñanzas, valores, el compañerismo y la disciplina, ofreciendo, además del deporte, talleres de huerta, de teatro y de carpintería.
“En principio éramos jugadores y exjugadores de rugby que llevábamos el deporte al penal, pero ahora también hacemos otras actividades. Nuestra idea es que se pueda formar un grupo, que lo hemos hecho, que se sostiene y se va renovando, pero que sigue teniendo características de equipo”, reveló.
Añadió que, a partir de ello, lo que buscan es llevarles formaciones en oficio para que cuando los internos recuperen su libertad puedan tener más herramientas para reinsertarse y no vuelvan a delinquir.
“Nuestra función o nuestro objetivo es que no reincidan las personas que pasan por nuestro proyecto”, completó.