Decisión de Nación
Con la renuncia al boleto subsidiado, en Tandil la tarifa plana triplicaría su valor
La medida alcanzará inicialmente a las líneas que operan en el AMBA, pero propondrán que se extienda a las 53 localidades que tienen el sistema SUBE. Los usuarios podrán elegir si quieren pagar la tarifa sin subvención y el objetivo es que la población valore el esfuerzo del Estado para mantener los servicios públicos. En Tandil, el precio del boleto sin subsidios podría irse a 550 pesos como mínimo.
El Gobierno anunció que pondrá en marcha un esquema de “renuncia voluntaria” a los subsidios al transporte, para que los usuarios del sistema público de trenes y colectivos paguen la tarifa plena si consideran que no necesitan subvenciones del Estado. Lo anunció este lunes el ministro de Transporte Diego Giuliano y será implementado a partir del viernes.
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Si bien la medida alcanzará a las líneas de colectivos y trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), una vez que se oficialice, el Gobierno invitará a las provincias a que implementen un registro similar. Actualmente unas 53 jurisdicciones, entre ellas Tandil, cuentan con el sistema SUBE, por lo que podrían incluirse en el sistema de renuncia voluntaria que implemente la Nación. De este modo, en la ciudad el boleto de colectivo sin subsidio podría costar alrededor de 550 pesos en primera instancia.
En tanto, la medida para el Conurbano bonaerense se oficializó ayer en el Boletín Oficial para armar un registro que posibilite a los usuarios de transporte que utilicen la tarjeta SUBE a rechazar la subvención estatal. Para mantener el subsidio no será necesario hacer ningún trámite.
“La acción de registro para la renuncia al subsidio al transporte es sólo para las personas que no quieran continuar abonando una tarifa subsidiada sino pagar la tarifa correspondiente sin subsidio, o tarifa ‘plana’. En una primera etapa también se podrá solicitar pagar la tarifa plena sin subsidio a los conductores de colectivo”, indicaron desde Transporte.
La renuncia al subsidio implicará, ampliaron, la pérdida de todos los beneficios asociados a la SUBE, que habilita el beneficio de la tarifa social a través de la cual se subvenciona el 55 por ciento del pasaje a un universo de usuarios como jubilados, veteranos de guerra, beneficiarios de AUH, entre otros.
“Aquellas personas que optan por no continuar con el subsidio también perderán el acceso a los beneficios que tiene SUBE: Atributo Social Federal a grupos sociales con 55 por ciento de descuento en la tarifa y a la RED SUBE para quienes realizan trasbordo, en el primer viaje se paga el valor total del pasaje, en el segundo un 50 por ciento menos y a partir del tercero un 75 por ciento menos. Como así también a todos los atributos locales definidos por las jurisdicciones donde la tarifa se abona con SUBE”, mencionaron desde la cartera que dirige Giuliano.
El peso de los subsidios
Según estimaron fuentes oficiales, un boleto mínimo de colectivo en el AMBA sin ningún subsidio costaría unos 435 pesos y el rango de precios iría hasta los 700 pesos. A nivel local, el pasaje plano se fijó en 198 pesos a partir de este mes, pero ascendería a más de 500 para quien llegado el momento elija abonarlo sin la masa subsidiaria estatal que las empresas de transporte reciben.
Este mecanismo, que es opcional y permite al usuario decidir si recibe o no subvención estatal, pone de relieve la cantidad de recursos que el Estado dispone para solventar el transporte público y cómo la política subsidiaria incide directamente sobre el bolsillo de los pasajeros.
Los subsidios al transporte son aquellas transferencias realizadas por la Administración Pública a empresas o consumidores para permitir que determinados servicios sean provistos a un costo inferior al necesario para cubrir los costos de producción.
Las seis líneas de colectivos que operan en el distrito reciben subsidios de Nación y el Fondo Compensador provincial, que absorben parte del costo real del boleto. La tercera parte de la estructura es lo que abona el usuario con el valor del pasaje.
En el mismo sentido, vale destacar que entre marzo de 2022 y marzo de 2023, el Estado nacional aportó 299.277.253,24 de pesos en carácter de subsidio al transporte de Tandil y que dispone de más de 17 millones de pesos mensuales para subvencionar los atributos federales de la tarjeta SUBE, en aras de atenuar el impacto en el bolsillo de los usuarios.
Asimismo, la desigual distribución de fondos que Nación otorga al AMBA y el interior del país, en favor del Conurbano y la Capital Federal, ha sido motivo de disputa entre las entidades camaristas y la Unión Tranviarios Automotor (UTA) con el Estado. La zona de CABA y AMBA recibe subsidios a la demanda, por ejemplo, un ítem que en el interior de la provincia y el país no se tiene en cuenta.
El grueso de los subsidios al transporte se destina a empresas del AMBA: según los datos oficiales para 2022 (último período con información completa), del total de 235 mil millones de pesos otorgados, el 78,2 por ciento se concentró en la región metropolitana y sólo el 21,8 por ciento fue para el interior. No obstante, en más de una ocasión, la Cámara de Transporte expuso que el Estado demora el goteo de fondos y ello complejiza el equilibrio económico.
Boleto local
En los primeros meses del año, el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) entregó su informe de costos al Ejecutivo municipal, que arrojó un número similar al de la entidad empresarial, con una tarifa plana de 550 pesos, a la que se le restaron las subvenciones para arribar al precio definitivo del boleto. En junio, los empresarios pidieron un boleto plano a 187 pesos y la suba finalmente otorgada por el Concejo el mes siguiente fue de 169 pesos, cuando la cámara ya hablaba de un pasaje a 220 pesos para que resultara rentable.
Tras la aprobación de la fórmula de ajuste tarifario del transporte público de pasajeros, ahora la tarifa se actualiza semestralmente y en octubre se incrementó a 198 pesos con base en dichos parámetros. La fórmula de ajuste automático se aplicará también en diciembre y febrero, y luego el Legislativo deberá decidir su continuidad o modificación.
La fórmula en cuestión toma como insumo la estructura de ponderación estandarizada que surge del estudio de costos presentado por la Dirección de Estudios de Costos Mesoeconómicos (Decom) del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) en mayo de 2023. El mes de aplicación es a partir del cual entra en vigencia la nueva tarifa y el mes base es sobre el cual se actualiza.
A la par, se utilizan los índices oficiales del mes anterior al de aplicación, para cada uno de los rubros que componen la estructura de ponderación de costos (salarios, combustible, repuestos, gastos fijos).