Unicen
“Hay que generar un núcleo diferente de conciencia social”
La doctora Analía Umpierrez, coordinadora del programa “Universidad en la Cárcel”, se refirió al taller denominado “Coberturas periodísticas y punitivismo”, a cargo de la doctora Claudia Cesaroni.
La doctora Analía Umpierrez es directora del Núcleo de Actividades Científicas y Tecnológicas “Estudios sobre Sociedad, Acceso a Derechos y Cárceles” (ESADyC), miembro fundador del Programa Educación en Contextos de Encierro (PECE) de la FACSO (Facultad de Ciencias Sociales-Unicen) y coordinadora del programa “Universidad en la Cárcel” (dependiente de la Secretaría de Extensión-Unicen). Desde estos espacios y en forma conjunta con otras instituciones se organizó el taller denominado “Coberturas periodísticas y punitivismo”, a cargo de la doctora Claudia Cesaroni que comenzará el jueves 20 (Tandil) y el viernes 21 del corriente (en Olavarría) bajo una modalidad híbrida (presencial y virtual).
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Desde la participación y creación de diversos espacios a partir de los cuales la Universidad ha diseñado propuestas de abordaje, investigación y construcción colectiva de agendas de trabajo en contextos de encierro, Umpierrez enumera en esta entrevista algunas razones por las cuales es necesario repensar y revisar la mirada que se construye desde los medios en relación a las cárceles, a quienes viven en ellas y a la justicia.
“El taller que va a dictar Cesaroni surgió a partir de una propuesta que hacemos desde la Facso, con el fin de abordar temáticas específicas vinculadas al derecho penal de la ejecución de la pena desde una perspectiva de protección y defensa de los derechos humanos, con una orientación antipunitivista para pensar y revisar algunos conceptos junto con estudiantes, docentes y periodistas interesados en compartir estas discusiones que nos permiten buscar otro enfoque desde el cual mirar la cárcel, las condenas y el rol de la justicia. Cómo nos imaginamos una sociedad más justa, más igualitaria, con una ciudadanía más articulada e integrada, incluyendo también el propósito desde el cual realizamos nuestro trabajo en contextos de encierro: ampliando la mirada no solo de las personas detenidas sino del conjunto de la sociedad y de nosotros mismos como comunidad académica”, anticipa.
-¿En qué consiste la oferta de talleres que propone la Universidad en las unidades penales?
-La actividad extensionista es amplia y variada y se ha ido ajustando a los requerimientos y necesidades que la población detenida ha planteado desde las aulas pero también desde las que llegan por parte de la comunidad.
En la actualidad, funcionan talleres permanentes de teatro, cine, informática, producción literaria y un Laboratorio de Artes Plásticas que se desarrolla en una de las unidades de Sierra Chica a cargo de un docente de Arte que aporta el Municipio. Además, se suman propuestas de los estudiantes que se realizan durante los recesos (invierno y verano) además de los talleres de corte académico (preparatorios de cursos de ingreso) de formación (historia, sociología) y otros como música, RCP y primeros auxilios.
La Facultad de Derecho ofrece un taller de Teatro Leído y la Facultad de Ciencias Sociales tiene un programa de radio, “Telarañas” (que este año cumple 10 años al aire) producido y editado por estudiantes en contextos de privación de libertad que reúne a las 5 unidades, inclusive a personas que ya están en libertad. Por su parte, la Facultad de Ciencias Humanas ofrece un Taller de Formación en Alfabetización, una instancia de capacitación en el campo de la educación popular que ha generado un núcleo amplio de personas que desarrollan esa actividad en los pabellones de las unidades penales.
-¿Cómo se adaptan las prácticas institucionales a la dinámica de los contextos de encierro?
-La actividad en la cárcel es compleja porque siempre genera novedades: son estudiantes que no son la matrícula tradicional de la Universidad y presentan requerimientos específicos de sostenibilidad porque tenemos que trabajar proveyendo todos los recursos. No podemos presuponer que los asistentes disponen de ellos para llevar adelante la tarea, en un escenario donde las condiciones de vida son muy duras y no solo escasean los insumos para un taller sino también los alimentos, la atención en las demandas de la salud, etc.. A esta situación de arranque hay que sumar la falta de espacios, el hacinamiento y la lejanía con la familia, de modo que existen muchos condicionantes que hay que tener presentes a la hora de armar una clase.
Derechos garantizados, dentro y fuera de la cárcel
-¿Cuál es el balance de estos años de trabajo?
-Creemos que la creación de un grupo que se dedica a investigar sobre prácticas en contextos de privación de libertad y de la vida cotidiana de la cárcel, además de indagar sobre el respeto y el acceso a los derechos fundamentales (a la educación, al trabajo, al disfrute) ha sido fundamental para reajustar permanentemente las pautas de trabajo porque nos ha permitido pensar, diseñar y elaborar mejores estrategias: tener más claro quiénes son los destinatarios de nuestra tarea identificando aspectos propositivos de la presencia de la Universidad.
Trabajamos sobre el impacto que genera en las personas privadas de libertad su tránsito por la Universidad y, afortunadamente, podemos reconocer resultados extraordinarios vinculados al impacto subjetivo, a la formación de ciudadanía y la conciencia de los derechos que nos asisten como ciudadanos y ciudadanas.
El único derecho que tienen restringido los detenidos y detenidas es el de la libertad ambulatoria pero, en general, no se vive así al interior de la cárcel. No obstante, las personas privadas de su libertad que han transitado por la Universidad han podido reconocer una mayor capacidad de análisis crítico sobre la sociedad, sobre su condición, sobre su antes, su durante y la posibilidad de proyectarse hacia un futuro de regreso en su comunidad.
Otro de los propósitos que nos hemos trazado es no solo impactar al interior de la cárcel sino en la comunidad académica y en la sociedad en su conjunto. Desde los programas -ya sea desde los proyectos de investigación o los diferentes espacios- entendemos que hay que generar un núcleo diferente de conciencia social en relación a la cárcel: las personas encarceladas son sujetos de derecho que van a regresar a la vida libre, por tanto es necesario trabajar con ellos para que tengan otras oportunidades y accedan a mejores condiciones de vida.
Entendemos también que es una manera de cambiar las condiciones de pensar la seguridad: cuanto mayores oportunidades existan en el conjunto social, cuanto mejor y mayor es la lectura crítica que se promueva, mayores son las posibilidades de ofrecer un marco de seguridad acompañado con acceso real a derechos como la vivienda, alimentos, educación y salud.
En ese conjunto, las personas privadas de la libertad podrán tener mejores condiciones vinculadas al derecho al trabajo y a la cultura en términos amplios.
-En esa línea se inscribe el taller que va a dictar la Dra. Cesaroni …
-Exactamente, en ayudarnos a pensar de qué modo la construcción mediática del abordaje de temáticas jurídicas y de cuestiones penales se convierten, en más de una oportunidad, en una “arenga” para ciertos sectores de la sociedad que piden “justicia por mano propia” o condenas de por vida.
Todas las personas debemos tener los derechos garantizados, dentro y fuera de la cárcel y la sociedad debería pensarse o revisarse en esas condiciones de exclusión que suelen enunciarse tácitamente como “justicia para algunos”.
Creo que este taller nos coloca ante el enorme desafío de revisar nuestros supuestos y concepciones desde las cuales solemos opinar aunque no estemos del todo informados. Afortunadamente, somos varias las organizaciones que estamos sosteniendo esta actividad para que sea de acceso gratuito y abierto, de modo tal de brindar a todos los interesados e interesadas la posibilidad de someter a análisis el extremo punitivismo que parece avanzar conjuntamente con las derechas.
Creemos que este taller es una buena iniciativa para empezar a dar batalla a esas cuestiones desde el campo cultural.
Cómo inscribirse
El taller continuará el 28 de abril y 5 de mayo, desde las 18, bajo la modalidad virtual. La propuesta es organizada de manera conjunta por el Programa de Educación en Contextos de Encierro (PECE) y el Núcleo de Actividades Científicas y Tecnológicas “Estudios sobre Sociedad, Acceso a Derechos y Cárceles” de la Facultad de Ciencias Sociales (Unicen), la Facultad de Derecho, el Programa Integral "Acceso a derechos en cárceles", el Programa “Universidad en la Cárcel”, el Sindicato de Prensa de Tandil y Azul y la Amafutan (Asociación de Magistrados y Funcionarios de Tandil).
Los/as interesados/as en inscribirse deberán completar el formulario disponible a partir del link https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfwteyCwhfQEwQMl7XcQuORgjcTmbu8v8M1FV058l6e-41oIw/viewform; quienes deseen obtener mayor información podrán contactarse al correo cursos@virtual.soc.unicen.edu.ar.