Fin de semana de locura en la ciudad por los ruidos molestos

Durante todo el fin de semana pasado los vecinos de Tandil vivieron una verdadera pesadilla por los ruidos ocasionados por un grupo de personas que recorrieron la ciudad en motos con caños de escape recortados y detonaciones explosivas a toda hora. 

El punto máximo de conflicto llegó el domingo por la tarde cuando en medio de un operativo sobre Diagonal Illia, un agente de Tránsito terminó hospitalizado en el Ramón Santamarina tras recibir un golpe. Además, hubo móviles destrozados y volaron piedras.

El director de Control Urbano comunal, Walter Villarruel, aseguró a El Eco TV que “el fin de semana estuvimos desbordados. La relación de fuerza era 50 a 1 entre las motos y nosotros”. 

Qué dice el Municipio

Tras los hechos de violencia del fin de semana, el funcionario municipal aseguró que los desmanes fueron causados por personas “que no captan órdenes, que no podemos controlar. El domingo secuestramos veinte vehículos con los caños de escape adulterados, con los decibeles muy altos. Generalmente es gente muy violenta”, aseguró. 

“Nosotros hicimos la denuncia correspondiente y cuando llegó la Policía ya estaban los móviles destrozados”, detalló.

Villarruel contó que la maratón de agresiones comenzó el sábado, cuando un grupo de motociclistas arremetió contra un agente de tránsito en Belgrano y Chacabuco, “al intentar detener a una motociclista oriunda de San Miguel que lo terminó embistiendo. El agente terminó en el hospital”,  especificó.

 “Se suman a los que hacen desorden en la vía pública, que provocan sonido, andan en contramano o que pasan el semáforo en rojo. La gente que estaba ahí se sumó en defensa de este muchacho con amenazas de todo tipo. Rompieron los móviles”, siguió contando. 

Moto Sierras Tandil se deslinda

En coincidencia con los hechos, durante el fin de semana hubo una reunión que congregó a motociclistas de la región, organizado por Moto Sierras Tandil. Sin embargo, desde la organización salieron a deslindarse de los hechos de violencia ocurridos. 

Martín Pasarín, vicepresidente de la organización, relató a El Eco Multimedios que justamente hace seis años decidieron no realizar más caravanas porque “se sumaban motos que no eran de nuestro entorno”. Esto podía ocasionar “accidentes en la vía pública porque iban haciendo wheelie  o cosas indebidas”.

Según detalló Pasarín, el sábado festejaron su 23° aniversario con una fiesta que comenzó a las 10.00 hasta la medianoche del domingo. “No hacemos más encuentros de motos, no se puede lamentablemente”, afirmó.

Y agregó: “El que nos sigue ya sabe cómo son las condiciones de nuestro club. Son motos de alta cilindrada. Un repuesto se dolariza, así que no nos vamos a poner a hacer corte con una moto que vale un montón de dinero. No es nuestra cultura”. 

Pasarín lamentó “muchísimo esos hechos. No estamos para nada de acuerdo con la modalidad que manejan. Ellos se convocan por redes sociales. Es muy fácil encontrarlos si se investiga un poco. Seguramente habrán venido de otras ciudades, así que ahí debería haber un control en el acceso a la ciudad. El que viene a nuestros encuentros tiene todo en regla”.

“Si les falta luz, patente o algún requisito para circular, es fácil no dejarlo entrar, pero hay que actuar”, cerró.

Infracciones en números

Días atrás, la dirección de Estadísticas presentó el informe de infracciones de tránsito. De allí surgió que a fines de septiembre se habían aplicado 657 multas por circular sin casco. 

“Uno de los desafíos más grandes que tenemos es el control de los desmanes que producen las motos. No trabajamos a las críticas ni a la intervención. Las herramientas no son muchas pero el desafío más importante que tenemos porque se viene el verano, es hacer un control más riguroso en las motos articulando más con la Policía y la Justicia”, dijo en ese entonces Villarruel.

“Nosotros trabajamos con la Policía y hacemos los operativos, trabajando con las herramientas que tenemos y nos arriesgamos a que pasen estas cosas”, agregó ahora el funcionario.

Una ordenanza acorde

El 15 de diciembre del año pasado el Concejo Deliberante local aprobó por unanimidad la ordenanza n° 17.837 que prohíbe los ruidos molestos en la ciudad. Si bien la iniciativa fue presentada por el Pro, contó con el agregado de modificaciones de otros partidos que la optimizaron. 

Juan Manazzoni, impulsor del proyecto, consideró en diálogo con este medio que “es muy importante el reconocimiento del estado de situación del flagelo que tenemos en la convivencia ciudadana de la ciudad”.

 “La ordenanza es una herramienta que dio al Municipio más poder para controlar. Mientras aumentan los reclamos de los vecinos por la situación de desbordes, ayer asumieron las nuevas autoridades del área de Protección Ciudadana. Se vuelve cada vez más urgente redoblar operativos de control, asignando más recursos, más personal y tecnología”, sostuvo.

La ordenanza prohíbe la circulación de motos con caño de escape libre, sin silenciador o adulterados con sistemas expansivos. Además, permite la retención de la moto y el decomiso del escape adulterado para su compactación.

Para el retiro de los vehículos que hayan sido infraccionados y retenidos, plantea que “será necesario no tener deuda de patente municipal, haber abonado la multa correspondiente, deberá ser retirado por el titular y se deberá proveer el escape de repuesto, que será reemplazado en el lugar por el titular de la moto donde se encuentra en custodia”.

Por último, estipula que “los funcionarios que estén a cargo de los controles podrán proveer, además del acta contravencional, material fotográfico o fílmico probatorio para ser elevado al Juzgado de Faltas Local”.