Experto defensor de la agroecología aseveró que "se está alterando la genética de la descendencia"
Lucas Landivar pertenece a la Red Nacional de Abogados de Pueblos Fumigados y representa a la Junta Vecinal por un Ambiente Saludable. El destino de Tandil está en manos de la Justicia y espera que en la nueva ordenanza contemple la voz de la población. Lejos de estar en contra de la producción agropecuaria, aseguró que se va camino a la transición de sistemas.
En poco más de dos meses casi 27 mil personas personas firmaron el petitorio que lanzó de manera virtual la Junta Vecinal por un Ambiente Saludable para que las fumigaciones cesen en Tandil y el partido esté libre de agroquímicos.
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Los agrupados, que vienen haciendo incluso presentaciones judiciales al respecto, aspiran a la promoción de otras formas de producir, orientadas a la agroecología. Asimismo, consideraron urgente que se respeten las leyes existentes sobre derechos ambientales y humanos.
A esto precisamente, entre otras cosas, se refirió Lucas Landivar, abogado de la Junta e integrante de la Red Nacional de Abogados de Pueblos Fumigados, al conversar con el programa radial ¨Viejos Conocidos¨, de Tandil FM (104.1).
Confirmó que se puede hablar de que está defendiendo los derechos y las garantías. ¨Desde que nacemos adquirimos el derecho de tener una calidad ambiental que nos permita tener una vida saludable y que podamos respirar tranquilos, criar bien a nuestros hijos¨, indicó, recordando que en su niñez, y las de muchos adultos, era común meterse en los arroyos cosa que hoy se dificulta porque las aguas están ¨muy cargadas¨.
Consideró que hoy se utiliza mucho veneno en la producción agrícola industrial, por lo que es imperante defender esos derechos que están absolutamente vulnerados¨, aseveró, calificando de preocupante que haya que discutir tanto sobre el tema, cuando existe un sinnúmero de elementos de pruebas científicas que lo respaldan.
En este sentido, destacó que hay recomendaciones dela Auditoría General de la Nación, como de la Defensoría del Pueblo de Nación y Provincia de Buenos Aires, además de los reconocimientos del propio Estado de que ¨esto es peligroso¨ y una decena de resoluciones judiciales que alejan las fumigaciones entre 800 y 1500 metros.
A pesar de estas decisiones, lamentó que los jueces encuentren la manera para ¨esquivarle a la responsabilidad que tienen de acuerdo al rol social que asumieron¨.
La alteración genética
Vale resaltar que el letrado marplatense forma parte de la organización Bios, de la Red Nacional de Municipios que fomentan la Agroecología (Renama) y colabora con la asociación Consumidores Argentinos.
Pero, además, es parte de un colectivo integrado no solo por abogados, sino por científicos, doctores en biología, química, médicos, pediatras y neonatólogos de distintos lugares del país. Este grupo viene trabajando desde la década del 90, cuando se impuso por decreto la soja transgénica y el paquete de agroquímicos asociado a los organismos genéticamente modificados.
Con los años de conocimiento a cuestas, manifestó que estas sustancias alteran el organismo, lo confunden, entonces los niños que están en un proceso madurativo se ven perjudicados. La información científica acredita que en poblaciones expuestas a los pesticidas a menos de 1095 metros se perciben daños genéticos en los menores.
Para él es importante tomar conciencia de que se está alterando la genética de la descendencia.
Entonces, cuando se dio a conocer el estudio de Unicen sobre los restos de plaguicidas en suelo y agua de las escuelas rurales del partido, Landivar junto a su colega Miguel Ibarlucía, hicieron una presentación.
Allí señalaron que en el 2011 se aprobó una ordenanza de 150 metros de distancia con los establecimientos educativos, pero que hoy reflejan residuos agroquímicos en los pozos de agua, dejando en evidencia que esa medida no funciona.
¨Las buenas prácticas agrícolas no funcionan¨, aseveró y agregó que lo menos que se tienen que poner son las restricciones que establece la jurisprudencia de los máximos Tribunales de Justicia de la Argentina, entre ellos el de Chaco, Córdoba y la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que establecen al menos mil metros de alejamiento.
En el caso puntual de Tandil, donde mientras todo esto ocurre la Comisión de Salud, Trabajo y Medioambiente del Concejo Deliberante analiza la modificación de la reglamentación vigente, Landivar exaltó que con esas 26.800 firmas mucho más del diez por ciento de la población está pidiendo por un ambiente libre de agroquímicos. Contempló que este clamor debe ser escuchado y considerado.
A su entender, en este momento el destino está en manos de la Justicia, con una responsabilidad ¨muy importante¨ que tiene en sus manos el juez Francisco Augusto Blanc, porque ya Asesoría de Menores dijo que tienen que ser protegidas y custodiadas las comunidades.
Ya es necesario porque hay un montón de personitas que están creciendo y no podemos seguir en esta situación y quienes producen usando venenos tiene que asumir esa responsabilidad¨, dijo determinante.
A favor de la producción agropecuaria
Por otro lado y para evitar malos entendidos, el abogado aclaró que todo esto no significa estar en contra de las producciones agrícolasganaderas, sino ¨todo lo contrario¨.
¨Por lo menos desde 2015 le decimos de absoluta buena fe al productor, al empresario y a quien invierte en el agro que cuanto antes se especialicen, estudien y escuchen a las voces que están trabajando en agroecología, menos problemas van a tener y menos plata van a perder¨, compartió.
Si bien planteó que a lo mejor en la transición exista una merma en las ganancias, eso va a ser redituado en tranquilidad, por lo tanto sugirió que cuanto antes hagan el salto mejor. De lo contrario, estimó que la conflictividad social va a ser cada vez mayor, porque va de la mano con el avance del conocimiento en cuanto al daño que ejercen los químicos.
¨Las medidas cautelares no dejan los campos improductivos, sino que hace que se muden de sistema sin poner en jaque la calidad ambiental¨, especificó, recordando que los agroquímicos que se encontraron en las escuelas rurales de Tandil son de la última generación. ¨Desde la década del 70 que vienen sucediéndose múltiples errores u horrores que siguen contaminando lo que es de todos¨, agregó.
En este sentido, estimó que el año que viene o más tardar en 2022 el glisfosato se va a prohibir, pero que ya apareció el glusfosinato de amonio, que es más fuerte porque las malezas se hacen resistentes y necesitan productos cada vez más agresivos.
Asimismo, reflexionó que en el primer mundo suceden las producciones industriales pero están mucho más controladas, de hecho mencionó que en Francia están trabajando fuertemente en la agroecología. Consiguientemente desde su visión la creación de la Dirección Nacional de Agroecología es una luz de esperanza para el país.