Exigieron protocolo de visita para geriátricos, lograron apoyo Municipal pero la última palabra la tiene Provincia
En una protesta que realizaron en la explanada del Municipio, advirtieron sobre el deterioro de los abuelos que residen en geriátricos ante la falta de afectos y la imposibilidad de tener cerca a sus seres queridos. Desde la Agyart presentaron un nuevo protocolo, obtuvieron el aval del Ejecutivo y aguardan con expectativa la aprobación de Provincia para resolver la situación.
Ayer por la mañana, familiares, empresarios y trabajadores de residencias para ancianos se manifestaron en las puertas del Municipio para pedir que vuelvan las visitas a los geriátricos. En ese contexto, los representantes de la Asociación de Geriátricos y Afines regional Tandil (Agyart) fueron recibidos por parte del Ejecutivo, a quienes entregaron un petitorio acompañado por un nuevo proyecto de protocolo
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“No nos prohíban lo único que tenemos, nuestra familia” y “hasta el último suspiro tengo mis derechos”, fueron solo alguno de los mensajes plasmados en los carteles que fijaron en las sillas de ruedas y andadores que representaron al sector. Sin dudas, el que mayor riesgo corre en el marco de la pandemia por el Covid-19, pero también el que más necesita de consideración.
“Venimos de ocho meses de cautiverio”, describieron desde la Agyart, refiriendo al largo tiempo sin visitas que llevan transitados los adultos mayores. Ellos, como empresarios, referentes y personal de los asilos han asumido la responsabilidad de ocupar un poco el rol de familiar para acompañar a los residentes en las fechas importantes como cumpleaños y también en momentos más vulnerables, pero ahora llegan las fiestas y aseveraron que ya no hay lugar para esas ausencias tan sentidas.
Por eso decidieron encauzar la visibilización y lograron entregar en mano los documentos a la directora de Discapacidad y Adultos Mayores, Lucía González; al subsecretario de Coordinación, Juan Martín Pissani; y a la secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Marcieri.
La tristeza los está deteriorando
Describieron la angustiante situación por la que están atravesando los ancianos y así también sus familias, y decidieron protestar pacífica pero públicamente sobre la imperante necesidad de que las visitas puedan volver a darse, buscando representar a quienes no pueden salir para hacerlo.
Gabriela Giorgi, tesorera de la Asociación, consignó que si bien los residentes la han venido llevando “bastante pasable”, ahora están viendo que en varios de ellos el deterioro cognitivo que se ha acentuado “muchísimo”. “Esto lleva a la tristeza, e incluso algunos dejan de comer”, reveló.
Unidos en la protección de esos derechos de los que son portadores los abuelos, desde la Agyart recordaron que desde que se conformaron como asociación han llevado adelante constantes conversaciones y proyectos para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y a la vez preservar su salud.
“Somos muy conscientes de la vulnerabilidad de los abuelos, somos los primeros en querer cuidarlos y eso también se corresponde con darle la posibilidad de que puedan tener un acercamiento con su familia”, aseveró Javier Justel.
Por su parte, Darío Barrionuevo, presidente de la Agyart, fue drástico: “No se están muriendo por Covid sino de tristeza”. Respaldó esta afirmación con que no quieren comer, se están deteriorando cognitivamente y sus patologías se van agudizando cada vez más. “La falta de afecto es fuerte, nosotros lo vivimos todos los días”, indicó.
“El adulto mayor no es político”
Los integrantes de la Agyart llevaron un petitorio en mano y también un nuevo protocolo de visitas con la buena expectativa de ser recibidos por el Ejecutivo. Así fue y pudieron ser entregados en manos.
En una reunión que duró alrededor de dos horas, las partes conversaron e intercambiaron sobre la angustiante situación que atraviesan los residentes y desde el Municipio reflejaron la voluntad de apoyarlos.
Así, Pissani, Marcieri y González avalaron el proyecto presentado al que adjuntaron también el pedido escrito para enviar al Gobierno provincial y sumar al resto de la documentación que ya había sido dirigida semanas atrás al director de Registro y Fiscalización Sanitaria, Juan Canela, y al jefe de Gabinete, Carlos Bianco.
De hecho, allí mismo, durante el encuentro intentaron realizar una comunicación virtual con los funcionarios bonaerenses, pero al no estar disponibles dejaron asentada y pendientes una reunión.
Luego de esto, conforme con lo conversado y la buena predisposición de quienes los recibieron, Barrionuevo exclamó que” los adultos no tienen tiempo”, por eso destacó la expectativa de que Provincia pueda otorgar una respuesta prontamente. “Creo que tienen que aflojar”, dijo.
Asimismo, consideró que la demora se debe a una cuestión burocrática que el adulto mayor no la necesita, sino que requiere soluciones más ágiles. “No es un ser político, son vidas sin más tiempo”, determinó y planteó que podrían ser las últimas fiestas para ellos.
Por otro lado, aclaró que si bien el Municipio puede tomar ciertas decisiones, hay cuestiones que los excede en potestad, como ahora, porque desde el ámbito de la salud los geriátricos dependen del Gobierno de Kicillof.
Finalmente, garantizó que están todas las condiciones dadas para que los protocolos sean aprobados e incluso consideró que Tandil podría ser “punta de lanza” para que el resto de los 135 Municipios de Buenos Aires tomen la normativa como modelo.
Qué propone el último protocolo
Entre otras exactitudes, el último proyecto de medidas preventivas a considerar para el retorno de las visitas en el ámbito de las residencias geriátricas contempla que deben contar con 14 días sin casos de coronavirus para aplicar el protocolo, siendo que con la aparición de algún caso sospechoso se interrumpe el permiso.
Asimismo, plantea que el lugar deberá contar con un espacio acotado y delimitado para el ingreso dl visitante, según las condiciones edilicias y posibilidades de cada uno, se deberá asegurar el correcto aislamiento respecto al resto de la institución y ser acondicionado con todos los elementos de bioseguridad.
Dichas visitas podrán ser solo individuales, no se permiten menores de edad, y podrán extenderse solo por el lapso de media, con otros 30 minutos entre una y otra para dar lugar a la correcta desinfección. Siempre sin contacto físico y presentando declaración jurada al ingresar, así como las medidas de higiene y registro de temperatura.
Por otro lado, la propuesta insiste en la importancia de sostener las “videollamadas” como vía alternativa y complementaria.
En el caso que el adulto mayor no pueda ser trasladado a un espacio destinado para visitas, por su condición física o por encontrarse en una etapa terminal de la vida, el responsable médico de la institución o quien lleve adelante el control clínico, dejará debida constancia en la historia clínica a los fines de poder otorgar una excepción para que el visitante ingrese a la residencia más allá del espacio destinado a tal fin.
“Soy el único familiar que tiene y necesita verme”
Horacio es una de las tantas personas que se acercó a manifestar por el derecho de los residentes geriátricos. Él tiene a su mamá en uno de ellos, que presenta un parkinson cognitivos y una fuerte depresión por la pérdida de una hija y su marido.
“Soy el único familiar que tiene, necesita verme y no podemos seguir con la videollamada”, enfatizó. Destacó así que existen estos protocolos que se presentaron, que pueden ponerse en práctica y ser estrictamente cumplidos.
“Yo veo a los compañeros de mi mamá del geriátrico y se están viniendo abajo, se están achicharrando. En el caso de ella particularmente su depresión se agudiza al no poder ver a su único hijo”, describió.
Reveló que su madre le pide que saque fotos de la casa y se las muestre, además, contó que tiene un nieto que vive en Buenos Aires y no viaja justamente porque son sumamente cuidadosos.
Se refirió, entonces, a la serie de actividades que se vienen habilitando en la ciudad donde “ahora está todo abierto” y pidió que le digan qué protocolo pueden poner en práctica para revertir esta situación.
“Parece que estamos en un velorio largo”, analizó y planteó que pueden turnarse o por lo menos que contesten. “Digan algo”, exigió a las autoridades que saben de salud.