Estudiantes de la Escuela Municipal de Danzas participaron del tradicional Balcón Patrimonial

El Balcón Patrimonial, la intervención artística del espacio público que se realiza una vez al mes con variadas propuestas y formatos, donde los transeúntes se chocan con el arte al caminar por las cercanías de la Casa de Cultura, se fusionó este con la educación, en una performance realizada por estudiantes de 8vo y 9no grado de la Escuela Municipal de Danzas.

Allí, bajo la coordinación y acompañamiento de las docentes Jesica Porfilio y Soledad Ravazzoli, se pudo observar el trabajo de las propias alumnas en la cátedra de Producción Coreográfica, abarcando elementos de técnica de la danza clásica, contemporánea e improvisación. 

Ante la atenta mirada del público presente, que se ubicó en la vereda de enfrente de la institución cultural, más la atención captada de algún vecino que circulaba por allí y se quedó a disfrutar del espectáculo, una por una, de manera individual, las alumnas fueron apareciendo en escena, realizando parte de la coreografía en las escaleras del lugar y continuándola luego en la vereda, que fue previamente iluminada y decorada.  

Con una destreza y emocionalidad destacables, fueron llevándose los aplausos de los espectadores, que a medida que avanzaba la intervención iban sumándose para disfrutar de la velada, que duró tan solo 30 minutos, algo que está planificado por la Dirección de Patrimonio Cultural, entidad organizadora del evento, para no influir en demasía en el transcurrir rutinario de los ciudadanos y ofrecerles una pequeña porción de arte “al paso”. Finalmente, las bailarinas realizaron todas juntas una escena final, dando cierre al show.

Intervenir los espacios con danza y movimiento

Soledad Ravazzoli, una de las docentes que acompañó la presentación, dialogó con El Eco de Tandil,  mostrándose orgullosa de sus alumnas, y relatando las sensaciones de lo vivido en una experiencia totalmente nueva para ambas partes. 

“Cuando nos invitaron desde patrimonio, nos pareció algo interesante poder llevar un trabajo que vienen haciendo las chicas en producción coreográfica, que es una materia que tienen los ciclos superiores, donde crean sus propias coreografías, tanto en clásico como en contemporáneo, y que junto con Jesica Porfilio, otra de las docentes las guiamos en ese camino”, relató.

A su vez explicó que fue todo un desafío ver como las jóvenes podrían adaptar esos trabajos a un espacio totalmente distinto al que están acostumbradas, pero que finalmente fue resuelto con mucha soltura, incursionando también en la improvisación, otra de las materias que tienen en la escuela. “Sabían cuál iba a ser la música, pero tenían que ver como jugar con el espacio, con la altura de la escalera por ejemplo y poder conectarse con lo que estaba pasando”.

Aseguró que antes de salir a bailar, estaban muy nerviosas, pero al final les gusto y lo pudieron disfrutar. “Es bueno sacar la escuela a la calle, a la ciudad, a la comunidad, a ellas les gusta bailar, y venimos de años donde estuvimos con poca danza, la escuela siempre tiene dos espectáculos anuales y recién este año va a volver a tenerlos, después de la pandemia, así que esta bueno volver a salir, a estar en contacto con el público, y mostrar parte de lo que se hace en la institución”, señaló.

Por ultimo indicó que como profesoras quedaron sumamente satisfechas, ya que es vital mostrarles a las alumnas que se puede bailar en cualquier e intervenir los espacios “con danza y movimiento”, ya sea con una técnica clásica o contemporánea que son las carreras que se dan en la escuela. 

“Tienen muchas herramientas, expresión corporal, interpretación, improvisación. Que puedan jugar con toda esa mochila de información, y generar nuevos espacios para la danza es algo muy positivo y que ayuda a romper con la dinámica de ir de la escuela al teatro y del teatro a la escuela” finalizó.