El testimonio del ganador
“Entendí que a veces podía decir más, si hablaba a través de la fotografía”
Sebastián Miquel, quien recibió el primer puesto en “Postales del Bicentenario”, dialogó con El Eco de Tandil, donde relató los detalles de su elección, y su mirada de la fotografía como modo de vida, y a la vez de disfrute.
Tras conocerse el podio ganador de “Postales del Bicentenario”, Sebastián Miquel habló con El Eco de Tandil. El fotógrafo de 48 años narró parte de su historia y su forma de trabajar, a su vez, brindó algunos detalles acerca del porqué de la elección de la imagen ganadora, y del desarrollo de su profesión.
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Si bien no nació en Tandil, Miquel tiene aquí gran parte de su familia, y vivió varios años en un campo ubicado en la inmediaciones. Afirmó que vuelve muy seguido a visitar a su padre, y que tiene un gran afecto por la zona serrana, ya que asegura que “está llena de rincones para explorar y disfrutar”.
Actualmente vive circunstancialmente en Villa Elisa, localidad cercana a la ciudad de La Plata, aunque viaja frecuentemente, gracias a su labor fotográfica independiente. Además, da clases sobre la materia en diversas universidades.
“La fotografía como medio de vida y de expresión surgió hace muchos años, yo trabajaba también como politólogo, y entendí que a veces podía decir más, o lograba mayor atención, si hablaba a través de la fotografía”, explicó.
Esta labor le ha dado la oportunidad de recorrer varias partes del mundo, y también del país, del que no reniega de su inclinación por los paisajes de la provincia de Buenos Aires. “Me dedico a andar y documentar diferentes estilos de vida, tradiciones, colores, texturas, y hoy vivo de eso” relató.
Cuando, por su afinidad y cercanía por Tandil, le llegó la noticia y leyó las bases del concurso, le pareció que en su archivo tenía la foto indicada, la cual tomo hace varios años en las compuertas del Murallón del Dique, donde se puede ver a niños de distintas edades dándose en baño en ellas, jugando y disfrutando del verano.
En ese sentido los jurados de “Postales del Bicentenario” seleccionaron las obras que “demuestran una significativa sensibilidad transmitida por la mirada original y plural, la gran mayoría de ellas fue escogida no solo por sus cualidades compositivas sino también por el hecho crucial de habitar lo humano”, según expone la gacetilla emitida por los organizadores.
Una foto casual
La elección del fotógrafo cumple a rajatabla con lo indicado por los jueces, y tiene la particularidad de que no fue preparada ni construida, sino que es “si se quiere, una foto casual, situaciones que uno ve, que uno observa, y que le gustan o le llaman la atención”. El politólogo la tomó en el Dique porque le parece un lugar interesante, “el más elocuente, y significativo de la ciudad, a mi forma de verlo”, que está integrado a ella y que tiene un contacto cotidiano con los vecinos.
“El trabajo creativo pasa muchas veces por mirar situaciones que a uno le resultan familiares, o que le hacen viajar a su niñez, y para mí el agua, el dique, donde yo pase por ahí cuando era niño muchas veces, con mis padres que andaban por esa zona, tiene mucho valor. Entonces tenía ahí una cuestión sentimental”, indicó, a la cual le sumó su criterio profesional, sosteniendo que la forma de ese espacio le pareció ideal para fotografiar, “por una cuestión de ángulos, grises y demás, que en blanco y negro podrían funcionar bien”.
Por último, sostuvo que le pareció una buena toma, que podría contribuir también a la memoria, “la fotografía también es eso, es memoria, el día de mañana estará dando vueltas por ahí. Cuenta una época y a la vez una manera de vivir, que ojala podamos seguir teniendo, disfrutar del agua con cierta libertad, divirtiéndote con amigos y amigas”, concluyó.