Enfocada en la importancia de los voluntarios se realizó la colecta anual de sangre del Hospital
El servicio de Hemoterapia del Hospital Santamarina llevó adelante la novena colecta externa de sangre en el Teatro del Fuerte, que registró menos donantes que años anteriores. La donación voluntaria es el sustento que tiene el sistema para cubrir las demandas de los pacientes.
Como es habitual durante el transcurso de año, el servicio de Hemoterapia del Hospital Municipal Ramón Santamarina en colaboración con el grupo No me olvides y la ONG Jano por Todos organizó la colecta anual de sangre que tuvo lugar ayer en las instalaciones del Teatro del Fuerte. La misma se había suspendido el 18 de junio por cuestiones climáticas y finalmente se llevó a cabo este martes.
Recibí las noticias en tu email
La médica Susana Battistelli, jefa del servicio, confirmó que donaron más de 30 personas y fue un número mayor el que se acercó, pero algunos no pudieron completar la donación por presentar algún cuadro leve de salud propio de la época invernal. Esta cifra representa una baja con respecto a campañas anteriores, en las que la cantidad de donantes se ubicó en el orden de las 80 personas.
“Seguimos con este tipo de campaña porque nos da resultado y necesitamos sangre, donantes voluntarios que se acerquen porque los pacientes siempre están. Este fin de semana hubo varios accidentes importantes en cuanto a riesgo de vida y con muchas transfusiones, además se transfunden placas, plaquetas, glóbulos rojos, lo que se precise, más los pacientes crónicos y los pacientes oncológicos que hay que sustentar a lo largo de todo su tratamiento, por eso seguimos apelando a la comunidad y a la buena voluntad”, describió la especialista.
Oro rojo
La sangre es un producto que no puede ser reproducido de manera artificial y por eso la única alternativa posible para los pacientes que la requieren es la donación y transfusión, lo que se logra a través de la solidaridad de la gente que desinteresadamente se ofrece en pos de contribuir a mejorar la vida de alguien.
Al respecto, Battistelli señaló: “Piensen que es un ratito y se ayuda tanto a alguien, es un tratamiento importante como cualquier otro”.
El circuito de la sangre es dinámico y solidario, entre los diferentes distritos se ayudan y abastecen para poder cubrir las demandas diarias. En este caso, Tandil forma parte de la región sanitaria VIII en la cual se trabaja de forma mancomunada desde el Centro Regional de Mar del Plata que procesa la sangre y la distribuye a al centro de salud que la solicite. “Se pide lo que se necesita pero para eso tenemos que tener también nuestro caudal de donantes sino no podemos pedir nada, es un círculo solidario”, aclaró.
Hay localidades que tienen menos demanda pero en Tandil -por su población y características- hay mucho movimiento en el banco de sangre y se necesita una respuesta inmediata a los requerimientos del sistema de salud.
“Hay que pensar que el Hospital es el lugar donde todo el mundo va primero por cualquier accidente o problema en la vía pública. La idea es que tenga un servicio de sangre bien abastecido y que no tengamos que andar pidiendo”, expuso la médica. Con el objeto de sacar el banco de sangre del hospital e instalarlo en diversos espacios públicos es que se realizan las colectas y el servicio se traslada a distintos lugares como el teatro, la Cámara Empresaria, la Universidad o actores privados.
Escasez de donantes
La donación de sangre y sus derivados es un problema en toda la Argentina, donde se registra una falta del tres por ciento de donantes. Según las estimaciones oficiales, si cada localidad tuviera un cinco por ciento de su población como donantes habría abastecimiento suficiente. Quizás por miedo, desconocimiento o porque hay quienes son impresionables, es que la gente no se acerca voluntariamente a donar. Pero sólo basta con derribar ciertos mitos y destacar el valor intrínseco del acto y sus consecuencias positivas en la vida de un paciente.
“Muchas veces escucho que no se animan, que les da miedo, que piensan que les va a doler pero no es más que un pinchazo, la extracción dura un ratito y lo demás es venir bien preparado”, reforzó Battistelli.
Desde el servicio se recomienda no asistir en ayunas, desayunar bastante líquido y algo dulce. Pueden consumirse sin problemas pan con dulce, jugos, té, mate o café, pero no derivados grasos y lácteos porque los reactivos que se usan para detectar las enfermedades son sensibles a ellos. Además, los voluntarios deben tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilogramos y no fumar durante las dos horas previas. Vale aclarar que quienes padecieron hepatitis después de los 10 años o quienes se hayan hecho un tatuaje en el lapso del último año no pueden donar. Sólo se necesita concurrir con el DNI y responder con sinceridad y responsabilidad una entrevista personal confidencial efectuada por los profesionales a cargo.
Es útil reseñar que el servicio de Hemoterapia del Hospital Santamarina opera de lunes a sábado de 7:30 a 11 en el nosocomio y reciben también ahí a los voluntarios que quieran acercarse, inclusive los feriados. “El servicio de Hemoterapia es un servicio de urgencia que no puede parar”, destacó.
Médula ósea y células hematopoyéticas
Desde el espacio también se promueve la donación de médula y de células progenitoras hematopoyéticas, productos que se necesitan para el tratamiento de leucemias y otras patologías.
Sobre este punto, Battistelli refirió que Jano por Todos se dedica es captar posibles donantes de médula y a difundir y promocionar este tipo de donación, ejerciendo una labor de concientización en la sociedad.
La facultativa explicó que la médula ósea se encuentra en los huesos grandes (no es la médula espinal) y sirve inscribirse en el registro donando apenas una muestra pequeña de sangre que se hace en el momento de la donación. Esta información es la que se usa si en algún momento alguien en el mundo es compatible y se puede llegar a la donación. Todas estas acciones son coordinadas por el Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) y la ciudad es un lugar de referencia.
“Este reconocimiento se dio cuando se habilitó el hecho de que el donante pudiera conocer al receptor de la médula, en esa oportunidad apareció una señora de 50 años y una niña pequeña”, recordó con emoción la entrevistada.
Cuando una persona necesita un trasplante de esta índole lo primero que se hace es llamar a la familia pero muchas veces no son compatibles, entonces por este motivo es necesario que haya una articulación a nivel mundial. El Incucai está inserto en el mundo y las compatibilidades pueden de este modo traspasar fronteras y unirse así los donantes y receptores según el índice de compatibilidad que tengan, independientemente de su país de origen o residencia.
“Uno nunca sabe lo que le puede pasar, y el problema es cuando se tiene un familiar internado y los allegados empiezan a desesperarse buscando un donante, la gente se mueve mucho de esa forma, se agotan, se ponen en mal y es un sufrimiento. El hecho de donar voluntariamente sirve para evitar todo eso”, concluyó.