En la semana mundial del Parto Respetado se reivindicó el poder de parir con el que cuenta cada mujer
La intención este año apuntó a recordar los derechos de las madres a la hora de dar a la luz desde las leyes de Parto Respetado y Protección Integral de las Mujeres, como del recién nacido. Contar con una atención digna, evitar la vulnerabilidad y las microviolencias obstétricas, entre otras cuestiones esenciales. La creciente elección de un parto domiciliario.
Con el objetivo de que el nacimiento vuelva a ser considerado un proceso natural en el que la madre y el bebé sean los verdaderos protagonistas, desde el 13 y hasta el 17 inclusive, como ocurre desde 2004, se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado.
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Durante este período las distintas ciudades del país buscan generar conciencia sobre la existencia de la Ley Nacional 25.929, que refiere a las precauciones necesarias para evitar todo tipo de violencia obstétrica. Este año el lema que rige al mundo es “El poder de parir está en vos”, que tiene como objetivo revelar la necesidad de recordar los derechos, entre ellos el de tener una atención digna al momento de dar a luz.
Un buen lugar para comenzar es desnaturalizar todo tipo de violencias. Poder reconocer esos pequeños y sutiles ejercicios de poder sobre las mujeres y sus cuerpos, que son moneda corriente en las embarazadas y que, en un momento de tanta vulnerabilidad como el del parto, se vuelven imposibles de manejar.
La parturienta tiene derecho a un parto que respete los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificadas. Como a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las distintas alternativas, si es que existen. En este sentido, el equipo de salud y la institución deberán respetar sus requerimientos, en tanto no comprometa la salud de madre e hijo.
Un parto respetado siempre es aplicable
Desde la concepción que brindó el médico ginecólogo y obstetra Tomás Guanella, el embarazo “es respetado desde el primer día”. En este sentido celebró la Ley vigente que deja de lado usos que se ejercían en “la prehistoria”, como el rasurado, enemas evacuantes, la episiotomía obligatoria o rotura de bolsa precoz. Aunque aseguró que eso prácticamente ya no existe, es evidente que hay lugares donde se sigue haciendo.
“Respetar a la paciente significa hacerlo desde todo punto de vista, desde lo social como mujer, así como a su pareja y familia que son los protagonistas”, señaló. En este sentido enumeró la posibilidad de elegir las posiciones más cómodas de dar a luz, estar acompañada por la persona que quiera, como la analgesia que eventualmente se puede aplicar o no, aunque lo correcto es no hacerlo.
Por otro lado, distinguió que no hay que confundir lo que es el parto respetado con el control obstétrico del parto, porque tanto la partera como el médico no son importantes hasta el momento en que tienen que intervenir. Con esto explicó que, cuando los profesionales tienen que actuar, la mujer debe saber que es porque algo se está saliendo de la normalidad.
Por último, remarcó que el parto respetado siempre es aplicable y que, de hecho tiene que ser así, incluso al tratarse de una cesárea programada. “Hay que darle los tiempos normales y que evolucione naturalmente, ya que cuando menos nosotros toquemos probablemente mayor éxito tengamos”, explicó, recordando que sí es necesario intervenir cuando las cosas no están saliendo como se esperaban.
Tal como destacó, este acato también tiene mucho que ver con la confianza, la relación y el trato que exista entre médico y paciente.
Como para reflejar a lo que se refiere describió la situación que atravesó el mismo día de la entrevista con una de sus pacientes. La mujer estaba con seis centímetros de dilatación, la bolsa íntegra, sin suero y con su marido en la habitación. Ellos llevaron lucecitas como las de Navidad para decorar ese cuarto y además las llevarán a la sala de parto. “Pasa por ahí, porque cada uno lo viva de la manera que quiere y respetarlo”, dijo Guanella.
¿Y si quiero parir en casa?
Hay una parte de la población mundial que está optando por los partos domiciliarios planificados, como era en un principio, y va generando cierta tendencia. Sin embargo, todavía es un asunto que en muchas familias genera miedos de antemano. Cuando este temor es ejercido por los propios profesionales, se considera como otra forma de microviolencia, ya que inciden en la decisión de los padres condicionándolos con inseguridades.
También en estos las mujeres suelen ser tratadas de negligentes al cuestionar su deseo y necesidad, sin siquiera permitirles informarse de lo que implica un parto la casa, con sus riesgos y sus beneficios.
“Más que humanizar habría que mamiferizar el parto”, parafraseó la doula tandilense Silvia Gómez a Michel Odent, el prestigioso obstetra francés referente a nivel mundial defensor de los partos fisiológicos. Cabe destacar que siempre existieron mujeres que acompañan a sus pares en el curso del embarazo y parto, sólo que alguna vez se les puso el nombre de “doulas”.
Aseguró que en esta semana tiene una sensación de ambivalencia al considerar que, si fue necesario nombrar una fecha para el parto respetado, es por el gran porcentaje de mujeres que han sufrido y sufren violencia obstétrica al dar a luz. “Aun así claramente la celebro, pues de esta manera este tema se hace visible y espero que cada año sean más voces solicitando una distinta forma de atención”, añoró, refiriéndose a una forma respetada de parir y de nacer.
Referenciando nuevamente a Odent, enfatizó que las hembras mamíferas para alumbrar necesitan estar en un sitio sin tanta luz, alejadas de los depredadores, sintiendo confianza, con el nivel más bajo de adrenalina posible, en un lugar oscuro y cálido, conociendo a las personas que las acompañan en este proceso.
“A mí parecer no existe mejor lugar que nuestro propio hogar. Parto Respetado también es respetar dónde, cómo y con quién parir”, afirmó quien tuvo a sus cuatro hijos en su domicilio.
No se puede estandarizar el parto
Asimismo Gómez consideró oportuno diferenciar lo que hoy día se llama “parto natural” de “parto fisiólogico”. Entendiendo que el segundo es la única forma respetada, ya que el llamado “natural” se refiere al acto vaginal de alumbrar y no a través de cesárea, que muchas veces también es ápice de intervenciones como la rotura artificial de membranas, maniobras de Hamilton, mabiobra de Kristeller, posición acostada o reclinada en un sillón llamado de partos, oxitocina sintética y epidural entre otras.
Así remarcó que no es lo mismo un parto vaginal intervenido, que un parto fisiológico respetado. “Para quienes acompañamos en estos procesos, el segundo significa venerar los tiempos de cada mujer al parir, viéndola como individuo único, con su historia personal, su bagaje emocional y su familia”, expresó. Por consiguiente, distinguió que eso no se repite de una mujer a otra, por lo que no puede estandarizarse como lo pretende hacer la sociedad con todas las cosas.
Manifestó entonces que, como cada mujer, cada parto es único e irrepetible, y en ese aspecto hay que entender que algunas puedan necesitar un sillón de partos para parir, mientras que a otras su instinto las pueden llevar a colgarse de una tela, a ponerse en cuclillas o a apoyarse en su compañero.
“El parto fisiológico se da inicio espontáneamente al final de la gestación, donde cada una tiene sus propios tiempos incluso en la gestación, o en la dilatación, por lo que tampoco puede generalizarse”, explicó. Siguiendo estas manifestaciones, aseguró que el trabajo culminará en el nacimiento de un bebé sano, que no necesitará nada más que estar en brazos de su mamá, generar un vínculo de apego que le brinde amor cuidados y alimento. “No hay ninguna intervención que necesite ese bebé recién nacido, menos aún de la mano de otras personas ajenas a su familia”, determinó, indicando que “esa mujer en proceso de trabajo de parto y posterior puerperio no necesita nada más que contención y acompañamiento”.
Derechos de la madre
- Elegir lugar y forma en la que va a transitar su trabajo de parto y la vía de nacimiento.
- Ser considerada como persona sana y ser protagonista de su propio parto.
- Contar con información sobre la evolución de su alumbramiento, el estado de su hijo y la situación en general.
- Puede estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y posparto, cualquiera sea la vía de parto, ya sea vaginal o cesárea.
- Tener al hijo a su lado durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
- Ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar, así como debe ser enterada sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el hijo y ella misma.
Derechos del recién nacido
- Ser tratado en forma respetuosa y digna; a la vez a que a su inequívoca identificación e internación conjunta con su madre en sala.
- Que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
- Con bebés prematuros o nacidos en otras situaciones de riesgo, el padre y la madre pueden exigir recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
- Acceso continuado a su hijo mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
- Consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño.
- Que se facilite la lactancia materna del recién nacido y recibir asesoramiento e información sobre sus cuidados especiales.