En busca de políticas culturales que los acompañe y reconozca, los artistas volvieron con el reclamo
Otra semana más con la creatividad como bandera, los trabajadores culturales claman por la Emergencia. Hablaron de “desidia y ausencia”. Piden ser tomados en serio y que su trabajo sea considerado como tal. Bienvenidos los fondos de Impulso a modo paliativo, esperan conseguir derechos. Además, propusieron una serie de espacios al aire libre para poder reactivar.
Como cada semana, desde hace más de un mes, ayer los trabajadores del arte y la cultura expusieron su creatividad de cara al reclamo pro la Emergencia Cultural. Como el miércoles anterior, pares de zapatos, instrumentos y una gran variedad de elementos de trabajo se distribuyeron en la explanada municipal.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSumando arte a la manifestación, y por qué no actores, las estatuas de la Plaza Independencia jugaron a su favor. Se vistieron con ropas distinguidas, narices de payaso y se colgaron carteles alusivos al grito urgente de atención al sector.
A pesar del desgaste y lejos de bajar los brazos, los artistas destacaron la fortaleza adquirida para seguir luchando por eso que creen un derecho no solamente para ellos sino para la sociedad en general, además de ser claramente su trabajo y medio de sustento.
“Desidia y ausencia” fueron las palabras utilizadas en esta oportunidad para referirse a la falta de respuesta y representación por parte del área de Cultura del Municipio.
Más que una ayuda temporal
Uno de los voceros del Colectivo, Ignacio Ansa, contó que están conformes con los Fondos de Impulso Cultural que otorgarán desde la Subsecretaría de Cultura y Educación del Municipio de Tandil y el Área de Cultura de la Universidad Nacional del Centro (Unicen). De hecho, señaló que ya están procediendo a apuntarse en la convocatoria.
Vale recordar que se trata de una partida de 500 mil pesos para cubrir gastos tanto de los espacios como de los trabajadores. Cada proyecto puede optar por recibir entre 5 y 15 mil pesos, según sus necesidades. Así, la distribución de los recursos cubriría un máximo de 33 proyectos de 15 mil pesos cada uno. Una vez concluida la etapa de inscripción, cuya fecha límite es el 1 de noviembre, se revisarán todas las aplicaciones para evaluar cómo se distribuirán los fondos.
Sin embargo, Ansa destacó que se trata de un paliativo. “No tenemos ni para pagar el alquiler y con este dinero a la vez tenemos que producir algo”, sostuvo con la intención de puntualizar que su solicitud va más allá de una ayuda temporal. Necesitan políticas culturales por lo menos de acá a un año, tal como detalla en proyecto de Emergencia presentado el 25 de septiembre en Banca 21.
En busca de un trato serio y de derechos
“Siento que no nos están representando. Le llevamos una propuesta para que la pasen al Concejo Deliberante, pero el subsecretario de Cultura (Alejo Alguacil) no lo está haciendo”, lamentó.
Por otro lado, siguen sin respuesta formal sobre la conformación de una mesa interdisciplinaria, a la vez que recibieron un contacto informal para avanzar en tema de protocolos.
Ante esto, el actor exigió que “de una vez por todas” desde el Municipio los tomen como trabajadores y no “como los chicos que hacen arte”. “Esto no nos da seriedad y no nos da derechos”, planteó.
En este sentido, consideró que hay una cuestión sociológica al respecto, donde la misma sociedad lo piensa como un trabajo más informal. Por lo tanto, determinó que el cambio debería ser aún más profundo y que si el Municipio los reconoce como trabajadores, así también lo hará la población.
El arte en valor
Cuando estuvo el ministro provincial de Producción, Augusto Costa, y los artistas tuvieron la posibilidad de conversar unos minutos sobre su situación, se escuchó la sugerencia de que la intendencia habilite el Anfiteatro Martín Fierro como espacio de exposición al aire libre y a disposición del arte y la cultura local.
Así como este espacio, Ansa recordó que el Procrear también cuenta con un escenario similar y así los distintos barrios de la ciudad ofrecen contextos posibles. Sin ir más lejos señaló la amplitud del Dique o la subida que lleva a la entrada del Castillo Morisco. “Podrían instalar artistas plásticos, literarios, actores músicos, artesanos y demás, así llenar el cerro con arte”, figuró.
“Estamos hablando de Tandil, es mirar un poco más allá, ligarlo al turismo y ver que es un crecimiento para todos los sectores de la ciudad”, reflexionó, invitando a pensar en el arte como parte de la sociedad, de la idiosincrasia del país. “Hay que visualizarlo y valorarlo”, pidió.