Emprendedores locales recibieron una certificación orgánica y se esperanzan con la exportación
Diego Delavanso lleva adelante junto a su mujer una fábrica de fideos orgánicos en la ciudad de Tandil que en las últimas semanas recibió una certificación que valoriza sus productos. A partir de haber sido reconocidos con ese sello de calidad, se esperanzan con la apertura del comercio hacia otros países.

La producción de Tandil sigue siendo noticia no solo por las grandes cadenas que han logrado imponerse en distintos mercados, sino también por emprendedores de menor tamaño pero con productos que sobresalen. En ese sector se ubica la fábrica de pastas orgánicas que llevan adelante Diego y Josefina, la cual acaba de recibir una certificación orgánica que solamente poseen cuatro empresas en la ciudad.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa distinción para “Doña Dominga” llegó después de que se audite cada una de las etapas del proceso productivo. “Eso certifica que el alimento ha sido producido de manera orgánica, es decir, sin utilizar ningún tipo de agroquímicos”, contó Diego Delavanso a este medio y diferenció: “Si ese proceso no se certifica se puede decir que es un alimento agroecológico, pero cuando interviene una empresa certificadora que se encarga de auditar cada una de las etapas del proceso, ahí podemos decir que el alimento es orgánico”.
En ese sentido explicó que en el campo donde se siembra el trigo con el que hacen los fideos hay un periodo de tres años hasta que se puede empezar a sembrar la semilla nuevamente. “La empresa empieza a auditar durante tres años que el campo descansa y no se aplica ningún tipo de agroquímicos”, contó.
“Para nosotros recibir la certificación orgánica fue un paso muy importante. Estuvimos todo un año trabajando. Para que se den una idea, acá en Tandil nosotros somos la cuarta empresa orgánica, esto significa que hay que trabajar muchísimo para conseguirlo. Lo que nos permite es dar un paso más en lo que es la comercialización y poder llegar a grandes clientes o incluso, el sueño que tenemos en un futuro, de la exportación”, explicó Diego.
La producción de manera orgánica representa una dificultad por encima de la media. Implica hacer muchos cambios en el proceso habitual, desde el trabajo de la tierra, hasta un control más cuidadoso en todos los demás pasos. Esos detalles minuciosos son los que se observan antes de entregar una certificación. A partir del sello orgánico es donde el cliente puede tener la confianza de que todo el proceso se realizó bajo las normas necesarias.
Historia y crecimiento
“Doña Dominga” nació en 2017 luego de que Diego y Josefina decidan regresar a Tandil luego de una experiencia en Tierra del Fuego. Ambos trabajaban como docentes en el sur del país. Por ese entonces, un proyecto alrededor de un molino de harina integral estaba ganando terreno en la ciudad. Además se tuvo en cuenta que esta zona, debido al clima, es muy buena para el crecimiento del Trigo candeal.
“Hay una tendencia mundial en el cual el consumo de alimentos orgánicos está creciendo. En Argentina se vio muchísimo y sobre todo a partir de la pandemia”, contó Delavanso que desde entonces notó que se empezó a tomar muchísimo más conciencia y cada vez más se pueden ver alimentos orgánicos que anteriormente solo se podían encontrar en tiendas especializadas.
A partir de ese crecimiento en la demanda, también fueron perfeccionando su trabajo. La fábrica arrancó en un galpón prestado y luego fueron invirtiendo en maquinarias hasta tener su espacio propio. Actualmente la misma la llevan adelante la pareja y Manuel, el cuñado de Diego.
“Nosotros no tuvimos ningún salto mágico, todo lo hicimos con mucho esfuerzo, con mucha cabeza y con mucho lomo”, contó y luego detalló que producen entre 600 y 800 kilogramos de fideos por semana la cual se vende de manera mayorista, gran parte en Tandil, pero también en Buenos Aires, Rosario, Mar de Plata y Bahía Blanca, o cuando participan de ferias, como va a suceder en Semana Santa, o los festivales de la ciudad.