El protocolo ya está disponible
Elaboraron una guía para la extracción de sangre en personas con dificultades en el desarrollo
La organización TejiEndo Lazos y dos profesionales se abocaron a la tarea de desarrollar un protocolo de extracción de sangre para niños y/o adultos con desafíos en su desarrollo intelectual, comunicación, integración sensorial y otros. El documento surgió ante la necesidad de generar un mecanismo para establecer un procedimiento ante situaciones que suelen darse en atención de la salud.
En función de experiencias propias, y tras un relevamiento realizado para conocer las dificultades a la hora de realizar determinadas prácticas, surgió la necesidad de avanzar en el desarrollo de un esquema que contenga las pautas para la extracción de sangre en personas con dificultades intelectuales, comunicacionales o sensoriales.
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La guía fue elaborada por la terapista ocupacional, Mariana Fariña, la psicopedagoga Paola Pena e integrantes del espacio TejiEndo Lazos, un grupo de padres de personas con condición del espectro autista que llevaron adelante la inquietud.
Actualmente, se encuentra disponible en la mayoría de los laboratorios de análisis clínicos privados.
El planteo surgió ante la necesidad de establecer parámetros adecuados a la hora de generar este tipo de prácticas ante el vacío existente especialmente sobre el procedimiento y el respaldo que deben tener para guiar la realización del estudio.
Las personas con desafíos en el desarrollo intelectual, percepción y/o en la comunicación experimentan situaciones en muchos momentos de su vida, especialmente cuando son pequeños, relacionados principalmente con espacios de salud, como “la visita al dentista, un estudio médico, ponerse una vacuna o hacerse una extracción de sangre”.
La iniciativa comenzó a gestarse hace un tiempo cunado Sandra, mamá de Gastón, perteneciente al grupo “Tejiendo lazos”, un espacio que reúne a padres de personas con condición del espectro autista.
En ese marco, se volcaron a la tarea de pensar y diseñar un protocolo de extracción de sangre dirigido a niños y adultos con desafíos en su desarrollo intelectual y/o en la comunicación o integración sensorial, entre otros, es decir que “se vean afectados en la comprensión, lenguaje, percepción y/o comportamiento”.
La necesidad de elaborar una guía que establezca el procedimiento en estos casos se basó en las dificultades en el proceso de extracción de sangre luego de los datos relevados a través de cuestionarios realizados a extraccionistas y familias de niños y adultos con diversos desafíos en su desarrollo.
“Esto suele ocurrir de parte de los extraccionistas y personal de la salud que no distinguen cómo referirse y ayudar en el proceso, así como también de los padres que no pueden encontrar un ambiente adecuado para dicho procedimiento”, explicaron.
Otro de los puntos relevantes que mostraron y concluyeron las encuestas fue que “faltan herramientas para que los niños y adultos logren comprender la práctica, anticipándolos y ofreciéndoles información entendible para ellos”.
Con estos elementos, confeccionaron un protocolo que ya se encuentra disponible en algunos laboratorios de la ciudad, con los pasos a seguir desde el momento de sacar el turno hasta la extracción.
En ese sentido, para activar el protocolo, es de “suma importancia” que la persona encargada de solicitar el turno “consulte si la guía está disponible en el laboratorio”, y, en caso de ser así, “avisar en administración con claridad sobre la necesidad para poner en marcha el procedimiento”.
Distintas herramientas
“Estos apoyos son imprescindibles para acceder a la información y facilitar la comprensión del mundo que nos rodea y/o de una situación particular, como en este caso la extracción de sangre”, expresaron las responsables del proyecto.
En concreto, señalaron que los apoyos visuales deben ser individualizados y que también “podemos utilizar de forma sencilla imágenes que ayuden a comprender y anticipar una futura situación”.
“Cuanto mayor es la afectación y menor capacidad de abstracción, las claves visuales serán más simples y tangibles”, enfatizaron.
En efecto, “pueden basarse en objetos reales, pictogramas, fotografías, gestos, letra escrita o cualquier estímulo que ofrezca información a través del canal visual”, y en este caso “utilizaremos pictogramas que suelen ser facilitadores para ayudar a estructurar un espacio; anticipar y estructurar el tiempo; posibilitar mayor autonomía de la persona que los utiliza; sirve como base para comprender el lenguaje verbal; apoyo para organizar una conducta”.
También se utiliza lo que se denomina historias sociales. “Apoyándonos en esta fortaleza visual, son también una forma de ayudar a entender un poco más el mundo”, señalaron.
Se emplean con niños o personas con dificultades en su comunicación para aclarar situaciones difíciles o confusas. Más concretamente, “una historia social se escribe para proporcionar información sobre lo que la gente, en una situación dada, piensa o siente”.
A más datos, indicaron que representan una serie de experiencias donde se reflejan las señales sociales y su importancia y el guión de lo que se debe o puede hacer y decir; “en otras palabras, el qué, cuándo, quién y porqué de las situaciones sociales”.
“Un largo camino”
“Somos conscientes que nos queda un largo camino por recorrer para tener una sociedad más inclusiva y que las personas con desafíos en su desarrollo intelectual y comunicación cuenten con los recursos necesarios para tener una mejor calidad de vida, mayor accesibilidad a las diferentes actividades o situaciones cotidianas”, reconocieron.
No obstante, la posibilidad de contar con los dispositivos adecuados disminuiría el nivel de estrés que determinadas situaciones generan en las personas con mayores desafíos y sus familias.
Por eso es que la posibilidad de contar con espacios accesibles y con la información pertinente de forma adecuada se transforma en un “gran paso que deseamos facilite la vida de muchas personas y se expanda en otros proyectos similares”.
Par finalizar, las responsables de la propuesta agradecieron la labor conjunta, “el apoyo y la predisposición de las instituciones de salud, particulares y familias que se sumaron a este proyecto tan importante para la comunidad”.