El sistema llegó a su máxima tensión y ya no quedan plazas en terapia
En el mediodía de ayer, la médica infectóloga Florencia Bruggesser alertó que se habían ocupado las 36 camas de cuidados intensivos que están operativas en el distrito, tanto del sector público como privado, con la salvedad de que no todas las internaciones corresponden a pacientes con Covid-19. Mientras se buscan estrategias para descomprimir la demanda, la profesional solicitó a la población que se cuide y evite circular innecesariamente. “El año pasado el sistema nunca llegó a la tensión que tenemos en este momento", declaró.
En medio del panorama de restricciones producto de la segunda ola de contagios, la médica infectóloga Florencia Bruggesser, directora médica de la Clínica Chacabuco e integrante del Comité de Seguimiento de Covid-19 de Tandil, le confirmó a El Eco Multimedios que ayer al mediodía no quedaban más camas de terapia intensiva disponibles en toda la ciudad.
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Aunque se trata de un recurso fluctuante y el escenario cambia constantemente, lo cierto es que en la jornada de ayer se evidenció el ahogo del sistema sanitario, que llegó a un punto crítico. En este aspecto hay que recordar que no todos los pacientes alojados en las unidades de cuidados intensivos de los tres efectores sanitarios locales están allí por complicaciones derivadas del coronavirus, sino que en algunos casos se trata de personas que cursan otras patologías o se recuperan de cirugías.
Según el parte del día anterior, en la noche del jueves había 23 camas de terapia intensiva e intermedia ocupadas con pacientes infectados con Covid-19. El cupo total de camas operativas de terapia en el distrito es de 36; 18 pertenecen al Sistema Integrado de Salud Pública, 8 al Sanatorio Tandil y 10 a la Clínica Chacabuco.
“El sistema está muy tensionado. En terapia intensiva tenemos una ocupación del ciento por ciento, tanto en el sector público como privado, porque trabajamos todas las instituciones juntas para gestionar las camas”, afirmó.
La profesional destacó que se espera que lleguen más equipamientos y respiradores a la brevedad, y recordó que están disponibles las instalaciones del Hospital de Niños, pero que el cuadro es muy complejo porque el personal de salud que atiende a los pacientes en estas condiciones está muy estresado y la velocidad de los contagios no da tregua.
No obstante, más allá de que se puedan conseguir insumos materiales y aparatología, el problema también es la escasez de recursos humanos especializados para atender el área de terapia y cuidados críticos.
“Hoy más que nunca pedimos que se cuiden, que nos entiendan, el sistema hace el mejor trabajo que puede en todos los lugares, pero si la población no colabora, va a llegar un momento en el que no se va a dar abasto”, suplicó.
Un bien escaso
De este modo, Bruggesser insistió en que la saturación del sistema imposibilita que se les brinde a los pacientes la atención que requieren y que se van a tener que pedir derivaciones, algo difícil de conseguir actualmente por el compromiso que tienen los efectores sanitarios de la región en general. En tanto, se buscan estrategias y alternativas para externar pacientes que puedan transitar una internación domiciliaria o que presenten mejorías y criterios clínicos aptos para pasar a una sala común, y así liberar camas.
“La idea es siempre tener disponibilidad de camas críticas y no como pasa ahora que están todas las camas ocupadas”, remarcó, y explicó que, de persistir este escenario, en el caso de que llegara un paciente que necesite ser internado en el área cuidados intensivos, se le dará el soporte necesario en el lugar donde esté para estabilizarlo y se tendrá que solicitar una derivación para que reciba una atención adecuada.
“Hasta que pueda llegar a otro lugar -y a veces eso no sucede-, la persona estará controlada en un ámbito que no será de terapia intensiva”, señaló con pesar.
“Es un momento difícil”
La médica, que permanece aún en aislamiento por haber contraído coronavirus, comparó el escenario actual con el de 2020 y aseguró que “el año pasado el sistema nunca llegó a la tensión que tenemos en este momento, se pudo manejar y estuvo bien, pero ahora la situación es mucho más crítica”.
Asimismo, exhortó a la población a “ser responsable” y tratar de no circular de forma innecesaria para proteger, fundamentalmente, a los adultos mayores y personas con comorbilidades.
En este sentido, apuntó a la vacunación como uno de los pilares para mitigar la virulencia de la enfermedad e indicó que “la vacuna es importante porque reduce el riesgo de sufrir cuadros graves y hace que el impacto del virus sea el menor posible, además de reducir la transmisibilidad”, aunque recalcó que “nos tenemos que cuidar igual”.
“No es para llevar pánico, pero es un momento difícil. El personal está muy agotado”, cerró.