El sector panadero pide más controles para frenar la ilegalidad
Señalan que los emprendimientos puertas adentro atentan contra la actividad y contribuyen en la baja generalizada del consumo en panaderías que ya alcanzó el 50 por ciento menos
En el primer trimestre del 2019 ya cerraron más de 150 panaderías en la Argentina, con un avance importante de la informalidad, lo cual complica aún más el volumen de ventas, que en el circuito formal se derrumbó un 40 por ciento en lo que va del año.
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Fuentes de la Federación Argentina de Industrias de Pan (Faipa), que este año decretó la “emergencia nacional” luego de que 1000 comercios bajaran sus persianas en el 2018, señalaron que “de acuerdo a nuestros registros, más de 150 panaderías cerraron en los primeros tres meses del año”.
Las autoridades de Faipa están solicitando al Gobierno que las panaderías sean alcanzadas por la reducción de cargas patronales, como dispuso el Ejecutivo para ciertas economías regionales y sectores industriales.
El estado de emergencia nacional se mantiene “por no poder afrontar el pago de los servicios de luz, gas y agua; la agobiante presión tributaria; y la dolarización de las materias primas”, deslizaron desde la cámara. “Hicimos un urgente pedido de audiencia al presidente, efectuado el 21 de diciembre, que todavía no nos pudo recibir. Ahora estamos dialogando con autoridades del Ministerio de Producción para conseguir alguna medida que impida que la crisis se agudice”, ampliaron.
Durante el 2018, la harina de trigo -principal insumo para la elaboración de panificados- subió un 131 por ciento, siendo por lejos el producto alimenticio que más se incrementó el año pasado. “Las ventas bajaron entre un 40 y un 50 por ciento el año pasado, frente al 2017, o sea que nosotros estamos trabajando a pérdida”, dijeron desde Faipa.
Tandil
La ciudad no escapa al panorama nacional. El presidente de la Cámara de Panaderos de Tandil, Víctor Barzola, dialogó con El Eco Multimedios, y se refirió a la situación del sector.
“Todo lo que se dice a través de los medios del estado del sector es real y Tandil no escapa a esto”, señaló.
Barzola puntualizó que “no solamente son panaderías, basta con recorrer el centro y ver la situación de los comercios. Nosotros estamos aguantando y aguantando. Esperamos estos días de Semana Santa para tratar de revertir un poco el tema de la venta”.
“El incremento del costo de los insumos es terrible para nosotros. La luz, el gas y el agua son tremendos”, dijo sobre la inversión diaria que realizan para poner a la venta los productos.
El referente panaderil sostuvo que “si nosotros vendieramos podríamos comprar los diferentes insumos . Pero no hay ventas, la gente no tiene plata. No le pagan como para que les sobre dinero”.
“Las facturas son complicadas de comprar ni que decir lo que son las masas finas. Por ejemplo a veces se hacen postres o tortas pero luego de algunos días sin venta se tiene que tirar porque no duran tanto en heladera”, describió.
Según los datos de la Cámara de Panaderos de Tandil “hubo una baja del 50 por ciento en la venta, incluyendo al pan. Si uno va a la panadería el kilo está 70 u 80 pesos, pero la gente va comprando de 20 o 30 pesos. Eso no nos sirve. No cierran los números. Entonces es ahí que las panaderías cierran y siguen trabajando puertas adentro y empiezan a venderlo a comercios y diferentes lugares que no son los habituales”.
Barzola destacó además que “la semana pasada tuvimos una reunión con Bromatología para poder generar algunas pautas porque queremos que el pan se venda en las panaderías o sucursales. También estamos pensando en hacer una ordenanza para que no siga pasando esto”.
El camarista además se quejó de la situación que considera desequilibrada entre los panaderos, que “pagan todos los impuestos y cargas sociales y además tienen controles semanales por parte de Bromatología” y aquellos que pusieron un emprendimiento en su casa y salen a vender por la calle. “Eso nos está matando también, de igual modo que las camionetas que en mal estado salen a repartir pan, cuando a nosotros nos exigen todas las habilitaciones para hacerlo”, subrayó.
“A nosotros siempre nos controlan. Pero los que trabajan de manera ilegal nadie los revisa”, resaltó Barzola.