El proyecto de circuitos electorales avanza a la última instancia y se acerca su aprobación
Se cumplió el plazo establecido para que los partidos políticos efectúen objeciones. Sin presentaciones, la propuesta de división de la ciudad en circuitos electorales se prepara para ingresar en la última instancia. Las expectativas apuntan a que se pueda votar en 2019 con este sistema vigente.
El proyecto que contempla el sistema de votación mediante circuitos electorales se encamina hacia su etapa final con miras a implementarse a partir de los comicios del año entrante.
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La iniciativa, que busca mejorar la accesibilidad a los centros de votación en futuras elecciones, reduciendo la distancia que deben recorrer los ciudadanos, ingresará en los próximos días a la Dirección Nacional Electoral, la última instancia tras haber superado un extenso trámite.
Lo cierto es que el trabajo desarrollado por la mesa integrada por concejales, representantes de partidos políticos y de la Unicen a través del Centro de Investigaciones Geográficas, determinó la subdivisión en doce circuitos electorales.
La tarea requirió un estudio profundo de las características geográficas y de la infraestructura edilicia disponible, variables a partir de las cuales se planteó una redistribución que determinó la asignación de los ciudadanos a un centro de votación ya no por orden alfabético sino por cercanía a su domicilio.
Con el acompañamiento unánime del Deliberativo, el proyecto comenzó a transitar por las instancias correspondientes.
Tras el visto bueno que recibió por parte de la Cámara Electoral, el expediente pasó a la Justicia Federal a la espera del cumplimiento de los plazos que marca la Ley Electoral para permitir a los partidos políticos que realicen sus descargos.
Sin impugnaciones, los jueces electorales deberán rubricar su dictamen para habilitar su paso a la Dirección Nacional Electoral, la encargada de emitir la aprobación y publicación en el Boletín Oficial.
Una vez que se apruebe, la Subsecretaría de Asuntos Parlamentarios se encargará de la implementación de todo el sistema para ajustar los detalles y agilizar los tiempos para la confección final de los padrones.
“Sería muy importante si la aprobación de la Dirección Nacional Electoral saliera para diciembre, lo que nos daría tiempo para poner en marcha este sistema”, destacó la concejal Matilde Vide (UCR–Cambiemos).
El proceso
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Género, Garantías y Seguridad del Concejo Deliberante expresó su entusiasmo por el avance que presentó el expediente, que “ya pasó por todas las instancias correspondientes” sin mayores complicaciones y que ahora sólo resta su aprobación final.
En ese proceso, el proyecto sufrió una modificación cuando llegó a la Cámara Nacional Electoral, que solicitó establecer un límite en uno de los circuitos y verificar una de las zonas que no estaba cubierta con establecimientos educativos.
Por eso se remitió un listado con las organizaciones de la sociedad civil disponibles para ese sector y finalmente se propusieron como eventuales centros de votación el club social y deportivo Kramer y el centro de jubilados Hacer.
“Con sólo poner dos mesas en esas instituciones alcanzaba a cubrir la demanda de la población votante de esa zona”, indicó.
Superada esa etapa, avanzó hacia la Justicia Federal para el cumplimiento de la Ley Electoral, que se completó sin impugnaciones ni descargos, y habilitó su paso hacia la Dirección Nacional Electoral.
“Es importante que los jueces electorales cumplan con lo que establece la ley, que reserva diez días para que los partidos políticos pudieran presentarse en los juzgados federales para hacer sus descargos”, destacó.
El trabajo
Los integrantes de la mesa de trabajo comenzaron a darle forma a la iniciativa desde comienzos de año.
En marzo los representantes del Centro de Investigaciones Geográficas de la Facultad de Ciencias Humanas, Santiago Linares e Inés Rosso, presentaron los avances que lograron en la primera etapa, consistente en la creación, recolección y armonización de los datos necesarios.
Esa línea de trabajo refiere a la población votante, los centros de votación y la red de desplazamiento los días de votación.
Para armar el modelo recurrieron al censo de 2010 con proyección hacia 2017, junto a la tasa de crecimiento anual estimada en 1,75 por ciento.
La segunda etapa se denominó “modelización exploratoria” y consistió, entre otros puntos, en la elaboración de un mapa de asignaciones de población votante a instituciones educativas con restricción según capacidad de los centros de votación habilitados, tomando como base los centros utilizados en los comicios de 2017.
Fue clave la identificación de zonas colapsadas por población que debe desplazarse más de ocho cuadras y de los centros de votación que no lograron contener a la población lindante.
En julio se presentó el proceso metodológico implementado que llevó a la conformación de tres alternativas. La primera establecía una subdivisión del casco urbano en seis sectores, la segunda en diez y la tercera en catorce.
Con ese encuadre el espacio analizó las tres opciones y decidió que la más conveniente sería la segunda. Sin embargo, en un abordaje más preciso advirtió que dos de los circuitos presentaban un área de influencia muy amplia, por lo que se determinó un desdoblamiento que llevó a una última propuesta de doce espacios.
En agosto, el expediente ingresó al recinto y fue aprobado. Desde allí recorrió las instancias correspondientes hasta alcanzar la última etapa.