El principio de esfuerzo compartido primó en un año complejo para los alquileres
Matías Martínez Marini, titular de la OMAI, dialogó con El Eco Multimedios acerca de cómo afectó la pandemia a los alquileres y de qué manera impactó la nueva ley sancionada a mediados de año a fin de beneficiar a los inquilinos. Según informó, se hicieron muchas mediaciones y primó el principio de esfuerzo compartido.
El titular de la Oficina Municipal de Asistencia para Inquilinos, Matías Martínez Marini, manifestó que en este año tan particular, atravesado por la pandemia del coronavirus, lo que ha primado en las relaciones locativas ha sido la mediación y el principio de esfuerzo compartido entre locadores y locatarios.
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En comunicación con el programa radial Buenas y Santas, que se emite por Tandil FM 104.1, Martínez Marini sostuvo que si bien han trabajado en diversos temas, en este 2020 lo primordial han sido las consultas por la nueva Ley de Alquileres y por el Decreto de Necesidad y Urgencia promulgado a fin de beneficiar a quienes vieron afectados sus ingresos por las medidas adoptadas a fin de prevenir los contagios de coronavirus.
“La Oficina tiene un poco más de un año y medio, es la continuidad de la aplicación de diversas políticas públicas que se fueron llevando a cabo a lo largo de la gestión del Gobierno municipal”, comenzó mencionando y agregó que “Se han tratado durante todo este tiempo diversos temas y se han ido dando diversas discusiones”.
Explicó que lo particular de este año es que coexisten un DNU, que recientemente se prorrogó hasta el 31 de enero, la nueva Ley de Alquileres, que entró en vigencia el 1 de julio, y el Código Civil y Comercial de la Nación.
Respecto al Decreto indicó que en principio tenía vigencia hasta el 30 de septiembre pero que posteriormente se fue prorrogando. Destacó que entre sus principales puntos se encuentra la suspensión de desalojos, la extensión de los contratos y el congelamiento de los alquileres.
“Si el locatario decide adherir al congelamiento, se va a ir generando una deuda por esa diferencia de precio que va a tener que ser abonada a partir del primero de febrero en un mínimo de tres y un máximo de seis cuotas”, aclaró.
Contó que es por eso que muchos deciden hacer un esfuerzo, en caso de ser posible, y continuar pagando el canon locativo establecido anteriormente a efectos de que esa deuda no se genere.
De cualquier forma, sostuvo que “todo es conversable” y aseveró que a lo largo del año se registraron muchas instancias de mediación, para las cuales fue de vital importancia que estuviera presente un profesional.
“Se han arreglado muchísimos conflictos y muchas diferencias a partir del esfuerzo compartido. Este principio es aquel en el que mediante el diálogo se trata de llegar a un acuerdo en donde los dos resignen una parte pero no pierdan tanto; se procura arribar a un punto común”, detalló y completó: “De esto ha habido mucho”.
Buena voluntad de la gente
Enfatizó el titular de la Oficina Municipal de Asistencia para Inquilinos que si bien han sido -y aún lo son- épocas difíciles para los inquilinos, en nuestra ciudad se ha advertido un alto grado de resolución de conflictos, tanto en espacios públicos como en privados. “Y eso habla muy bien de los ciudadanos en general; de la buena voluntad de solucionar los problemas”, refirió.
Manifestó que las complicaciones no solo se pusieron de manifiesto en los inmuebles habitacionales sino que también los alquileres comerciales experimentaron algún tipo de contratiempo producto de los meses que debieron estar cerrados los locales.
“Incluso también muchas veces los inquilinos quieren cumplir pero les es imposible, porque estamos atravesando épocas difíciles. Y no sabemos cómo seguirá esto”, esgrimió Martínez Marini y añadió: “Entonces también es cuestión de conservar el inquilino que uno tiene seguro antes de quedarse un inmueble que después no se alquila”.
Mucha oferta y poca demanda
Reveló que desde la parte habitacional hoy se está dando una situación “bastante especial” porque hay mucha demanda y poca oferta, pero que de a poco se va observando cómo actúa la nueva ley.
“Algunos inmuebles fueron sacados de alquiler o por ahí el locador metió a un familiar para ver qué es lo que pasa. Porque la nueva ley establece, por ejemplo, el canon locativo inicial como un acuerdo de partes. Pero para el segundo y tercer año, los valores no se pueden dejar establecidos, sino que se ajustan anualmente con un índice que será publicado mensualmente por el Banco Central”, contó.
Si bien la normativa fue promulgada con la intención de generar una situación de igualdad entre las dos partes intervinientes en una relación locativa, genera tanto una incertidumbre para los dueños de los inmuebles como para los inquilinos.
“Entonces, ante este panorama, lo que se ve es que se han subido los valores ‘por las dudas’. Aquellos departamentos que se estaban alquilando en 10 mil, hoy están en 12 o 14. Y los precios están altos pero se terminan alquilando, porque no hay otros valores de competencia en el mercado. Y eso termina siendo contraproducente para el inquilino. Esta ley tiene muy buenos puntos, igual que el DNU, pero hay que observarlas en funcionamiento”, concluyó.