Economía
El máximo dirigente mundial del cooperativismo cierra el Congreso de la Economía Social
Ariel Guarco, egresado de Veterinarias de la Unicen y presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), cierra este viernes el III Congreso Nacional de la Economía Social y Solidaria. En diálogo con El Eco de Tandil, anticipó su visión sobre el sector, analizó el impacto de la crisis y destacó el entramado productivo de la ciudad.
“Hay que centrar la gestión en las personas, en el servicio a los asociados, tener una visión innovadora, apostar a la formación continua, mantener una gobernanza abierta y transparente y lograr una inteligente gestión del capital como un medio para el bien común”, evaluó Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en una entrevista con El Eco de Tandil. Fue en la previa a su disertación prevista para este viernes, a las 18.3o, en el auditorium del Centro Cultural Universitario, como cierre del III Congreso Nacional de Economía Social y Solidaria.
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-De visita en Tandil, sabemos que lo une un vínculo estrecho con la ciudad, ¿cómo comenzó? ¿Estudió en la Unicen?
-Efectivamente, tengo un vínculo estrecho y guardo muy bellos recuerdos de mi paso por Tandil y, puntualmente, por la Universidad del Centro, donde estudié veterinaria. Pasaron varios años, me gradué en 1993, pero cada vez que estoy en Tandil vuelven a mí las imágenes de aquellas épocas en las que disfrutábamos la actividad académica en el Campus, que era mucho más chico que el actual pero igual de acogedor. Había un ambiente muy familiar y teníamos una excelente convivencia, tanto entre los estudiantes como con los docentes y las autoridades. Era una gran comunidad educativa. Por supuesto la Universidad creció, la ciudad creció, pero se sigue sintiendo aquí la calidez y la hospitalidad tandilense, y la tranquilidad de una ciudad que invita a disfrutar su hermoso paisaje, su gastronomía y a valorar su potente entramado productivo dentro de lo cual incluyo, obviamente, la producción académica de conocimiento.
-¿Qué temas abordará en su disertación del Congreso Nacional de Economía Social y Solidaria?
-Lo que sobrevuela la agenda de este congreso y que, al fin y al cabo, marca gran parte de los debates que estamos dando a escala global, es la necesidad de posicionar a las cooperativas y a distintas formas de economía social y solidaria como el camino más directo hacia un futuro sostenible. Esto es, ser herramientas para una estrategia de desarrollo que esté en manos de cada comunidad. Que cada comunidad pueda autogestionar los recursos que necesita para desarrollarse y resolver de manera soberana su destino, tomando en cuenta que la sostenibilidad social, económica y ambiental implica dejar a las próximas generaciones un mundo en mejores condiciones que el que nos toca habitar actualmente.
Para eso hay que avanzar en distintas cuestiones como el reconocimiento de trabajo asociado como una forma distinta pero igual de importante al trabajo asalariado y al trabajo autónomo, que requiere un marco normativo específico. Queremos avanzar rápidamente en modelos de inclusión financiera que aporten, al mismo tiempo, a la democratización del sistema financiero. Esto se vincula con la idea de que la transformación digital debe tener una matriz cooperativa, es decir que las innovaciones no solamente deben apuntar a incluir a las personas sino a darles más herramientas para controlar sus medios de vida. Mi idea, en definitiva, es aportar una mirada integral desde una perspectiva nacional y global a estos y otros temas que preocupan y ocupan al movimiento cooperativo y que queremos seguir trabajando de la mano de universidades como la Unicen.
-¿Cuáles son las expectativas para este tipo de encuentros?
-Creo que, después de la pandemia y a pesar de que todo el tiempo mantenemos encuentros y reuniones a distancia, por medios digitales, valoramos hoy mucho más aun este tipo de encuentros donde las personas que nos sentimos hermanadas por principios y valores comunes, por ideas y miradas del mundo, podemos vernos las caras, dialogar, abrazarnos, compartir momentos.
El cooperativismo es un movimiento centrado en las personas. Hablamos de economía, y en este encuentro vamos a hablar fundamentalmente de economía, pero de la economía gestionada desde la perspectiva del ser humano y del ambiente, no desde la perspectiva de la ganancia y de la acumulación de dinero. Entonces, creo que es muy bueno que podamos confluir en Tandil, convocados en un ámbito tan cercano a esta idea de economía como es la Unicen, en torno de una agenda que nos marca la Red Universitaria de Economía Social Solidaria (RUESS). Estoy seguro de que todos los debates e intercambios que mantendremos nos van a enriquecer para seguir construyendo un país y un mundo más próspero y más justo para todos.
-Un año difícil para la economía, ¿cómo están las cooperativas? ¿Contaron con herramientas para surfear esta marea brava?
-Las cooperativas son empresas que están arraigadas en territorios locales y están conformadas por sus comunidades, por lo cual sufren de manera directa los impactos económicos, sociales y ambientales que puedan ocurrir en esos territorios. La pandemia, por ejemplo, fue un duro golpe. La sequía, en el ámbito de la producción agroalimentaria, también. Casi la totalidad de cooperativas son parte del vasto universo pyme de la economía nacional, por lo cual sufren también las dificultades económicas y financieras de la gran mayoría de este segmento. De todas formas, tienen por naturaleza un gen asociativo que las lleva a integrarse y a adoptar mecanismos de resiliencia que las ayudan a sobrellevar mejor que otro tipo de empresas los períodos de crisis. Hay estudios a nivel mundial de cómo las cooperativas de trabajo, por ejemplo, preservan mejor las fuentes laborales que las empresas de capital en momentos de contracción del mercado laboral. Y, además, en lo que respecta a nuestro sector, el Inaes y las organizaciones representativas a nivel nacional están trabajando codo a codo para brindar herramientas que permitan a las cooperativas y mutuales seguir creciendo y mejorando su desempeño aun en contextos complejos.
-¿Cuántas unidades productivas con esta conformación hay en el país? Si tuviera que mencionar a las más exitosas, ¿cuáles son y por qué?
-El Inaes calcula que existen casi veinte mil entre las cuales hay de quince mil de trabajo asociado, otras de vivienda, de producción, de servicios, de salud, de educación, y de muchos otros rubros… Entre todas tienen unos 18 millones de miembros y un dato a resaltar es que nueve de cada diez están localizadas por fuera de los grandes centros urbanos. Mencionar una o algunas cooperativas sería injusto, pero podemos decir que hay cooperativas líderes en mercados como el de seguros, que tenemos la cooperativa de consumo más grande de Latinoamérica, que tenemos un banco que es el primero de capital nacional en manos de sus asociados, que tenemos uno de los cinco de operadores de telefonía móvil a nivel nacional, que somos vanguardia en el mundo en cuanto a recuperación de empresas en crisis a través del modelo de trabajo asociado, que gestionamos los servicios públicos en más de mil localidades de todo el país….
-A partir de su rol como presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, ¿cómo es la realidad del movimiento cooperativista argentino respecto al resto del mundo?
-Hay cuatro entidades argentinas que están dentro de las 300 cooperativas más grandes del mundo. Como decía antes, el cooperativismo de nuestro país tiene gran presencia en distintos mercados a nivel nacional y también en el comercio exterior, hay cooperativas exportadoras de granos y oleaginosas, vinos, yerba, miel… Tenemos una inserción desde el punto de vista económico que se fue complementando en los últimos años con el liderazgo asumido en la Alianza Cooperativa Internacional, que es la organización que integra y representa a todas las cooperativas del planeta. Creo que no es casualidad que estemos en ese lugar, y no es meramente una cuestión de liderazgo personal, sino que es el fruto de un proyecto común del cooperativismo argentino integrado a través de sus entidades de segundo y tercer grado. Es importante remarcar también que en Argentina tenemos un modelo de codiseño y cogestión de políticas públicas que es inédito en el mundo, mediante la presencia de nuestros representantes en el Directorio del Inaes.
-¿Conoce cooperativas de Tandil y la región? ¿Qué análisis hace de ellas?
-Como dije antes, es posible reconocer en Tandil un potente tejido productivo, agropecuario e industrial, en el cual las cooperativas están presentes desde hace muchas décadas. La Cooperativa Rural de Electricidad, fundadora de la federación a la cual pertenezco, Fedecoba, fue y es una empresa de vanguardia en la conectividad primero de energía y ahora de internet en el área rural y en parajes cercanos a Tandil. Esta ciudad tiene también una reconocida cooperativa de vivienda, como es Falucho, que es un ejemplo a nivel nacional de cómo resolver la cuestión habitacional desde una matriz asociativa. Hay cooperativas de producción agropecuaria, de trabajo, empresas industriales recuperadas, que también conforman el ecosistema cooperativo y de economía social de la zona. Por supuesto, contamos dentro de ese ecosistema a la Universidad, aliada fundamental de todo este desarrollo.
-¿Cuál es el eje de su libro Principios Cooperativos en Acción frente a los Desafíos de la Agenda Global? ¿A quién se lo recomendaría?
-El libro es un abordaje conceptual pero también donde se recogen muchas experiencias concretas de cómo los siete principios que sustentan la Identidad de las cooperativas se ponen en acción en diversos campos, como el trabajo, la producción, la gestión financiera o el desarrollo de las telecomunicaciones. También hay un análisis -otra vez, desde la teoría pero también desde la praxis- de cómo las cooperativas impactan positivamente en cuestiones como la equidad de género y la paz. Es un libro que pude realizar gracias al diálogo cara a cara con cooperativistas de más de 50 países, en recorridos por países de todos los continentes que realicé desde que asumí en 2017 la presidencia de la ACI. Por lo tanto, creo que es un buen instrumento de autoconocimiento para todos los que nos sentimos parte del amplio universo de la economía social y solidaria y también para quienes busquen acercarse y conocer la potencia de nuestro modelo a nivel mundial.
-Como reflexión final, ¿qué aspectos de la organización considera centrales para el desarrollo y éxito de una cooperativa?
-Las cooperativas tenemos un modelo socioempresarial con casi dos siglos de trayectoria, con principios y valores que nos identifican. Esa identidad está consensuada a nivel global y nos define como una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Entonces, quien quiera desarrollar una cooperativa tiene en ese modelo y en esa identidad la mejor brújula. Y, como decíamos antes, hay miles de experiencias en distintas comunidades y territorios, muchas con más de cien años de trayectoria, que nos permiten ver cómo y por qué las cooperativas son empresas que perduran y logran sus objetivos de manera más eficaz que otros modelos. En síntesis, hay que centrar la gestión en las personas, en el servicio a los asociados, tener una visión innovadora, apostar a la formación continua, mantener una gobernanza abierta y transparente y lograr una inteligente gestión del capital como un medio para el bien común, que es hacia donde orientamos nuestra misión empresarial día a día.