Día Nacional de la Conciencia Ambiental
El fiscal general Gustavo Gómez disertó sobre delitos ambientales
Se conmemoró ayer el Día Nacional de la Conciencia Ambiental que nació con el fin de promover prácticas y actitudes responsables con el medio ambiente. La fecha se estableció por ley en 1995, para recordar a las víctimas de la tragedia en Avellaneda, fallecidas a raíz de un escape de gas cianhídrico.
En una iniciativa conjunta de AMAFUTAN (Asociación de Magistrados y Funcionarios de Tandil) y la AAT (Asociación de Abogados de Tandil), el fiscal general Gustavo Gómez estuvo disertando, a principios de este mes, sobre delitos ambientales y acceso a la justicia.
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Gómez fue categórico desde sus primeras reflexiones: “El derecho penal ambiental no está pensado dentro de los programas de estudio universitarios y, mientras en el mundo se está discutiendo la idea de ecocidio como delito contra los derechos humanos -un movimiento que comprende desde el Papa Francisco hasta numerosas organizaciones internacionales- en Argentina todavía no sabemos de qué se trata el derecho penal ambiental. Deberíamos replantearnos si este atraso no será intencional”, subrayó.
Luego, para referirse al derecho ambiental, propuso un breve pero necesario análisis. “Si lo pensamos desde el punto de vista filosófico, debemos invertir el análisis y desterrar la idea antropocéntrica del derecho ambiental para dar paso a una concepción ecocéntrica. Si estamos pensando en nuestra casa, nuestro barrio y no somos capaces de cuestionar aquellas ordenanzas que delimitan –no prohíben- el uso de agrotóxicos, también estamos perdiendo el sentido de humanidad. Qué pasa con los que no son alcanzados por esas medidas y qué pasa con nuestra madre Tierra”.
Gómez fue fiscal federal durante más de 10 años en Chubut y luego se trasladó a Tucumán. “Desde el punto de vista del ejercicio profesional el derecho indígena me ha enseñado muchísimo porque, en su concepción, es fundamentalmente ecocéntrico y la Pachamama como sujeto de derecho nos marca una línea filosófica de acción para todo el Derecho”, enfatizó el magistrado.
La trampa de la economía ambiental
En relación al rol de los organismos administrativos, cuestionó algunas medidas que, lejos de mitigar los niveles de contaminación, convalidan la continuidad de las malas prácticas funcionales a los grandes intereses económicos. “Hay que pensar con otro tipo de visión en el derecho penal, en un derecho penal ambiental como materia autónoma, como sucede con el derecho penal tributario”, sostuvo.
Finalmente, en relación a las nuevas formas de tipificación que comprendan los delitos contra el medioambiente, Gómez señaló: “debemos comenzar a hablar de delitos ambientales de lesa humanidad toda vez que se interprete como un ataque sistemático contra la población y con conciencia de dicho ataque”.
Los modos de abordar los problemas ambientales están sujetos a esas interpretaciones y representaciones de los entornos sociales pero también los problemas medioambientales son inseparables de la responsabilidad colectiva e individual. De esas cuestiones también se refirieron los Dres. José Zárate y Juan Claudio Morel, quienes antecedieron en la palabra al fiscal invitado.