El circuito La Cascada podría venderse para relocalizar la actividad y armar un proyecto inmobiliario

Desde hace algunos años, las autoridades del Tandil Auto Club tienen interés en vender las tierras del circuito La Cascada para perseguir otros objetivos y la aparición de un potencial comprador reavivó el tema en la actualidad. No obstante, la condición es asegurarse que el Municipio otorgue los indicadores urbanísticos pertinentes –en el marco del PDT- para poder subdividir el macizo y armar allí un ambicioso proyecto inmobiliario. 

Fuentes consultadas por El Eco de Tandil afirmaron que la entidad podría desprenderse del predio para construir un autódromo en otro sector de la ciudad. En paralelo, las constantes quejas de los vecinos de la zona de Don Bosco, donde está emplazada la histórica  pista de automovilismo, también son objeto de preocupación para la institución. Si bien el circuito tiene 45 años de antigüedad, a lo largo del tiempo el área se fue poblando y desembarcaron allí la mayoría de los emprendimientos de cabañas, atraídos por la belleza del paisaje, y desde entonces ambos estilos de vida conviven trabajosamente. 

Quejas vecinales

De este modo, cansados de los ruidos molestos que aquejan a la zona, un numeroso grupo de vecinos de Don Bosco decidió encarar un reclamo por la contaminación sonora proveniente de los circuitos del Tandil Auto Club y el kartódromo. La problemática escaló al punto tal de no dar tregua porque presenta un movimiento diario y continuo, según describieron los residentes. En los encuentros informales mantenidos entre los vecinos y la comisión directiva del Tandil Auto Club, la entidad se mostró flexible en cuanto a la relocalización de la pista para adaptarse a los nuevos tiempos y no generar rispideces en zonas habitadas.

Cabe destacar que el 7 de diciembre pasado un grupo de vecinos ingresó una nota al Municipio, dirigida al intendente Miguel Lunghi, para solicitar que el Estado local arbitre los medios necesarios para regular el funcionamiento de los circuitos de carrera (La Cascada y el kartódromo) emplazados en Don Bosco y Yugoslavia. En la misiva, señalaron que se torna “muy dificultoso” vivir de esa manera y alegaron que no sólo afecta la calidad de vida de los residentes sino que impacta directamente en el turismo, por tratarse del principal sector de cabañas de la ciudad. 

Además, creen que se debería prestar atención al crecimiento y dinamismo de la ciudad, que fluctúa planteando nuevos desafíos y que, por lo tanto, sería factible pensar en una reubicación de las mencionadas pistas. 

Relocalización 

Asimismo, si el imponente macizo de tierra cambia de manos, la actividad automovilística deberá trasladarse a otro sector apto para el desarrollo de las carreras. La topografía, la proximidad a la planta urbana, los accesos y la dimensión del predio son aspectos fundamentales a tener en cuenta. Claramente, no es tarea sencilla relocalizar un espacio de estas características. 

El predio del circuito La Cascada tiene alrededor de 100 hectáreas, pero no se puede sembrar ni producir en esa porción de tierra, es decir, tiene valor en tanto y en cuanto sea posible levantar algún tipo de desarrollo inmobiliario o turístico. Para ello, es indispensable que se le asignen  indicadores que habiliten la construcción en ese sector. 

Mientras las partes negocian, la comuna todavía no se expidió respecto de los indicadores y la fijación de precio va a ir en correlación, pero es evidente que el desembolso sería multimillonario para que, además, el club obtenga los recursos económicos necesarios para construir el tan ansiado autódromo, 

Así, la nueva ubicación debería localizarse en un área no turística para evitar inconvenientes, orientándose hacia las rutas provinciales 30 o 74, o la Ruta Nacional 226, en dirección a la VI Brigada Aérea.