El cese de Metalúrgica abrió el debate sobre la Zona de Equipamiento y su impacto en el barrio
La Comisión de Gestión Territorial observa con atención el sector comprendido entre Lunghi, Del Valle, Santa Fe y Luis María Campos, la única zona de equipamiento prevista en el PDT. Se definió hace dos décadas, en torno a la gran planta industrial, fundiciones más pequeñas y talleres, pero también admite centros de logística y grandes superficies comerciales. Hoy el uso residencial ganó presencia en relación a actividades que generan molestias. La concejal Marina Santos adelantó que buscan establecer lineamientos sobre qué tipo de proyecto se podría admitir tras el desmantelamiento y cierre de la fábrica.
El cese industrial de Metalúrgica Tandil y la caída de emprendimientos asociados a la época de su apogeo dispararon el debate sobre el impacto de la Zona de Equipamiento prevista en el Plan de Desarrollo Territorial (PDT) y el avance del uso residencial sobre actividades más molestas para el entorno. Además, comenzó un intercambio entre el sector político y los profesionales sobre qué tipo de proyecto sería deseable a futuro para las manzanas de la emblemática planta.
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La concejal Marina Santos, exdirectora de Desarrollo Urbano e integrante de la Comisión de Gestión Territorial desde su primera reunión (en 2007), adelantó esta discusión en la última sesión legislativa, en ocasión del tratamiento de un pedido de excepción para la instalación de un gimnasio, uso que está prohibido en la zona de equipamiento.
El área en cuestión está delimitada por Lunghi, Del Valle, Santa Fe y Luis María Campos, donde se encuentran los predios de Metalúrgica Tandil y Metan, declarados Zonas Especiales de Interés Urbanísticas (ZEIU) por ordenanza, en abril del año pasado. Es decir que al no contar con indicadores urbanísticos, el Estado municipal deberá intervenir en cualquier proyecto que proponga el privado y desde la Comisión de Gestión Territorial buscan anticiparse con los lineamientos de las propuestas que podrían aprobarse en esa zona de la ciudad.
La planta y su entorno
En principio, la concejal Santos advirtió que el Plan de Desarrollo Territorial mereció un diagnóstico que se realizó desde 2001 en adelante y se aprobó en 2005. Cuando Miguel Ángel Lunghi asumió la Intendencia, en 2003, se incluyeron algunos temas en la norma, como el Área Protegida de las Sierras de Tandil que no estaba prevista. Es decir que el PDT hoy trabaja sobre la zonificación que se definió hace dos décadas.
“Obviamente, la zona de Metalúrgica y todo ese sector se determinó como una Zona de Equipamiento, porque Metalúrgica no solamente era una industria de tercera categoría que históricamente subsistió en ese lugar sino que además tenía una serie de industrias satélites, pequeñas fundiciones que hacían trabajos para la fábrica o desprendimientos de la empresa a través de emprendimientos familiares”, describió.
Durante el apogeo de la planta industrial, esa porción de la ciudad experimentó el desarrollo de otras fábricas más pequeñas, como fundiciones, tornerías, talleres, etc. “Todo lo que estuvo asociado, en su momento, al auge de Metalúrgica como una situación central y emprendimientos satélites de la actividad principal”, resumió la exdirectora de Desarrollo Urbano.
En tanto, señaló que a partir del cese de Metalúrgica y de discusiones que surgieron por la cantidad de talleres de fundiciones que operaban en esa zona, se plantearon inquietudes en la Comisión de Gestión Territorial, mesa que estableció el PDT y que está integrada por representantes de los colegios profesionales que intervienen en los proyectos urbanísticos y constructivos, por representantes del Departamento Ejecutivo y concejales de los bloques políticos mayoritarios.
Rediscutir los usos
“La Zona de Equipamiento la prevé la ley provincial y es donde se radican todas las actividades molestas, por decirlo de alguna manera”, definió y enumeró que admite industrias, depósitos que impliquen mayor grado de peligrosidad, logística, mayoristas y grandes superficies comerciales, entre otros usos.
“Incluso, esa zona tenía al principio, cuando el PDT se aprobó, un espíritu de desalentar la cuestión residencial. La realidad es que en la Zona de Equipamiento subsisten barriadas históricas que tienen sus propios desarrollos y obviamente vive gente, y se empezó a tratar de revisar esa cuestión. Más allá de que las actividades más complejas de la ciudad se pueden instalar ahí, también es cierto que la cuestión residencial no está negativizada”, expuso Marina Santos.
En esa línea, indicó que cuando se inició el debate público por el cese de la actividad en Metalúrgica, “se empezó a discutir desde el punto de vista técnico, fue volver a mirar esa zona y establecer qué parámetros va a tener de ahora en adelante, teniendo en cuenta que una de las principales actividades por las cuales se había definido la zona de equipamiento se cerró”.
En tanto, anticipó que en un par de años, “probablemente tengamos un cambio de toda esa zona, cambiándole los usos y también algunos indicadores para ver cuál es la foto que tenemos y hacia dónde está yendo ese lugar”.
El punto de partida
Aún incipiente, el debate sobre ese sector toca aristas como la reconversión de las instalaciones de Metalúrgica Tandil pero también de depósitos, galpones y demás; la fuerte incidencia de actividades de logística, con depósitos de mercadería y materiales, y la venta mayorista, en un lugar de fácil salida a la Ruta 30 a través de la avenida Lunghi.
“Es un sector que hay que volver a revisar, donde se están asentando nuevas actividades que el día de mañana, seguramente van a dejar de ser prohibidas y van a empezar a ser permitidas. Hoy es una cuestión que se está debatiendo. Cuando recibimos alguna solicitud, se analiza en el marco de la Comisión Municipal de Gestión Territorial”, explicó la concejal.
Si bien aclaró que aún no existen diagnósticos formales, comenzaron a identificar la ausencia específica que tiene ese sector y algunas características, los usos que hoy están, cuáles subsisten y cuáles no. Sumado a eso, se enfocan en prever algún lugar semipúblico, un espacio verde, y en trabajar con plan de circulación, con la posibilidad de abrir calles.
En resumen, Marina Santos indicó que apuntan a “tratar de mirar qué tipo de proyectos queremos antes de que vengan. La idea de la comisión es poner algunas líneas base sobre qué nos gustaría que el día de mañana allí se desarrollara para tener una idea de qué proyecto podríamos aprobar en algún momento”.
Sin embargo, aclaró que “nosotros podemos discutir la cuestión normativa y hacia dónde queremos que vaya, por supuesto eso después requiere un debate bastante más extenso que tiene que ver con lo que el privado finalmente va a determinar hacer”.
“Hay un componente residencial muy fuerte”
En cuanto a la posibilidad de reconvertir ese sector de la ciudad, la concejal Marina Santos señaló que “ya tuvimos la discusión de cambiar la zona de equipamiento y sacarla de ahí. De hecho, cuando se discutió la zona para depósitos de fitosanitarios y agroquímicos se evitó que se instalaran, porque estaban permitidos, entendiendo que hay un componente residencial muy fuerte”.
Evaluó que “probablemente, lo que nos está mostrando la realidad es que el componente residencial está ganando sobre las actividades de la zona de equipamiento, entonces hay que tratar de que las actividades no generen inconvenientes al entorno y que el entorno pueda desarrollarse como en cualquier barrio de la ciudad”.
Cierto es que en el proceso de crecimiento acelerado que experimentó Tandil, la Zona de Equipamiento quedó muy cerca del área central. Con lo cual, amerita un relevamiento “muy finito” sobre qué tipo de actividades de esas características todavía están en ese sector.
“La idea general es discutir y tirar ideas sobre cuál es el sector que hoy por hoy puede asimilar más ese tipo de proyecto y fundamentalmente, en el tema de Metalúrgica, tratar de empezar a establecer qué cosas serían deseables el día de mañana”, definió.
El cierre definitivo aún no se concretó
Hoy en pleno proceso de desmantelamiento, Metalúrgica Tandil aún no alcanzó el cierre, que deberá certificar la Provincia, a cargo de verificar el pasivo ambiental a través del OPDS.
“Se cierra desde el punto de vista ambiental cuando todos los procesos de posible impacto de contaminación se mitigan. Incluso, la ley incluye cambio de tierra y un montón de pautas”, expuso Marina Santos.
En ese sentido, advirtió que los requisitos que abarcan más que la demolición y están vinculados a mitigar el impacto ambiental que pudo provocar la actividad. Y resaltó que “más allá de que la fábrica quede cerrada, el objetivo es que eso no sea un lugar contaminado y fundamentalmente donde se pueda desarrollar algún otro tipo de actividad el día de mañana”.
Una sociedad interesada en su política urbana
“Estamos en una ciudad que discute mucho su política urbana y en la que hay debates públicos sobre política urbana. Cada actividad que viene da lugar a un debate, no sé si esto pasa en otras ciudades, pero Tandil tiene una sociedad muy activa con respecto a los debates sobre su política urbana y territorial”, consideró Marina Santos, dos veces concejal por el radicalismo y funcionaria del área de Obras Públicas.
“Siempre es muy bueno para los debates públicos tener todas las voces posibles y esto también habla del tipo de ciudad que tenemos. Hoy en Tandil es difícil que un proyecto se desarrolle sin un debate público y me parece que es la mayor garantía que todos tenemos cuando tenemos que tomar las decisiones que tomamos”, dijo.
En esa línea trabaja la Comisión de Gestión Territorial, que se puso en funcionamiento en 2007 y que Santos integra desde la primera acta registrada.
“Siempre es un placer escuchar otras voces, más allá de que estén en contra o a favor de lo que pienso. También sirve para formarme la idea de si estoy o no equivocada en la construcción de ese tipo de cuestiones”, dijo sobre el espacio que comparte con Rogelio Iparraguirre, en representación de la bancada del Frente de Todos.
De la comisión, destacó que tiene el componente de los colegios profesionales que se sientan a discutir política urbana ad honorem dos veces por mes.
Y desde el Concejo Deliberante, sostuvo que la comisión “es un ámbito en el que participamos y que respetamos mucho, porque nos parece muy importante que aquellas personas que integran la mesa en representación de los colegios tengan la mirada y la posibilidad de establecer sus propias opiniones. De hecho me parece que esa es también la garantía de tener participación ciudadana y de poder discutir con todos los actores en la mesa”.
Por último, aclaró que en la comisión se discuten los temas macro y si bien analizan los pedidos de excepciones, esas cuestiones dan lugar a la discusión de otras más amplias y generales de lo que luego figura en los expedientes.