El 4 de abril se cumplirán nada menos que 200 años de la fundación de la Fortaleza de la Independencia que dio origen a la ciudad.Con motivo del aniversario realizamos la primera entrega de El Año del Bicentenario, serie de notas audiovisuales y gráficas en las que abordamos diferentes hitos de esta historia que nos une.Para comenzar viajamos en el tiempo, incluso más allá del año 1823 para conocer a las poblaciones originarias que habitaron este valle entre las sierras más antiguas del mundo, y los sucesos que marcaron el inicio de una nueva etapa para esta región. Un territorio que muchos años antes de la llegada de la campaña que fundó el Fuerte, ya era conocido como Tandil, piedra que late.¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron a que el brigadier general Martín Rodríguez asumiera en persona el comando de la expedición más grande hasta ese momento conocida, con casi 3 mil hombres y 7 mil caballos?¿Cómo influyeron los contextos nacionales e internacionales en la búsqueda de la expansión geográfica al sur del Río Salado que dio como resultado la concreción del Fuerte?Fueron estas algunas de las preguntas a partir de las cuales el historiador y referente de la cultura local, <a href="https://www.eleco.com.ar/la-ciudad/tandil-mas-de-200-anos-de-historia-la-obra-que-indaga-la-epoca-anterior-al-fuerte-independencia">Eduardo “Tony” Ferrer</a>, narró la fundación de la ciudad.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/02/toni_ferrer_y_museo_2.JPG" alt="Toni Ferrer y Museo - 3"></figure><h3 style="margin-left:0px;">Más de 200 años atrás</h3>Frente a uno de los primeros planos conocidos del Fuerte de la Independencia, rescatado del archivo de El Eco de Tandil, Tony Ferrer comenzó su relato brindando una precisión histórica."Los 200 años pertenecen a la fundación de la Fortaleza de la Independencia, no a Tandil. Tandil era un territorio, un espacio geográfico donde vivían distintas etnias indígenas. Vivían miles de personas en este lugar en donde hoy estamos pisando”, definió.Tras dar cuenta de las diferentes menciones a “Tandil” halladas en documentos del año 1707, en archivos de vaquerías que se realizaban en la zona y expedientes judiciales, el historiador resaltó que el nombre actual de la ciudad es un topónimo de origen mapuche con distintos significados conocidos como “piedra que se mueve”, “piedra que se desbarranca” o “lugar de las piedras para la reunión”.“En realidad Tandil, como lo llamamos nosotros hoy es Piedra que Late. Y no está mal que a veces transformemos el topónimo. Lo hacemos en homenaje al símbolo identitario de todos los tandilenses que es la piedra Movediza”, precisó.La historia, se sabe, comienza más allá de lo que marcan los relatos oficiales. En la zona de Tandil, mucho antes del 4 de abril de 1823 existió lo que Ferrer consideró “una parte invisibilizada de la historia, que debemos poner a la luz para que sea analizada, porque es parte innegable de la identidad de los tandilenses”.<figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=c8LJeqS65Wo"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/c8LJeqS65Wo" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure>En este sentido relató que hubo en la zona una serie definida de parcialidades indígenas, los Pampas, los Tehuelches, y tiempo después los mapuches. A su vez, habitaban en el lugar los Serranos, que pertenecían a un subgrupo de los Tehuelches, los cuales “en corrales de piedra de las sierras de Tandil encerraban su ganado vacuno, ovino y equino”.Y también antes de la fundación funcionó en la región la Feria del Chapaleofú, a la que concurrían tribus de diferentes lugares a comercializar sus productos. Existió un gran intercambio comercial intertribal, pero también una fluida relación con los hispano criollos.“La frontera del Salado no significó siempre enfrentamientos. Por el contrario, entre 1780 y 1820 existió un período de pacificación relativa donde ambas comunidades intercambiaban productos”, precisó el historiador, quien agregó que fundamentalmente se comercializaban sal y ponchos mapuches, que por su gran calidad fueron usados hasta por las tropas argentinas.<h3 style="margin-left:0px;">Rumbo a la fundación</h3>Sin embargo para comprender las causas que dieron origen a la fundación de la Fortaleza de la Independencia, es necesario indagar en el contexto histórico nacional, provincial e internacional. Y remontarse al año 1820, cuando se quebró la hasta entonces relativa paz existente.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/03/restauracion_canon_museo_14_03_23_8.jpg" alt="restauracion cañon museo 14-03-23 - 9"></figure>Fue después de la batalla de Cepeda cuando se produjo la histórica ruptura de Buenos Aires con el resto del territorio. Las provincias se volvieron autónomas y comenzaron a sancionar sus propias normativas.Buenos Aires resultó entonces una privilegiada porque fue menos afectada por el conflicto bélico, y en el reparto de beneficios se quedó con mejores condiciones por su vínculo directo con el comercio ultramarino.“Estamos en la etapa de auge de los productos pecuarios. Hay una gran demanda de cuero y cebo. Y también una demanda de tasajo, carne salada. El cuero y el cebo que iba a Europa y la carne salada a los países esclavistas como Brasil y Cuba”, señaló el historiador.Fue frente al crecimiento de esta demanda internacional que los mismos comerciantes ganaderos porteños comenzaron a presionar sobre el entonces gobernador de la provincia, Martín Rodríguez, para que se haga cargo personalmente de la expedición al sur del Río Salado para obtener nuevas tierras para la cría de ganado. Este fue el objetivo fundamental de la expansión que dio origen al Fuerte.Antes de que Rodríguez iniciara la campaña, hubo intentos fallidos. Incluso una primera expedición alteró la relación que existía entre las poblaciones indígenas y el gobierno provincial, a tal punto que hubo un retroceso de la frontera.Ferrer relató cómo el brigadier general tuvo que escuchar a Pedro Andrés García, un influyente militar al que se lo conoce como “primer geógrafo de la Argentina”. Éste había tenido participación durante la Revolución de Mayo y a su vez contaba con un mejor vínculo y posibilidades de negociación con los sectores indígenas.“Martín Rodríguez inició este trayecto con la expedición más grande hasta ese momento conocida”, destacó Ferrer. Aunque existen diferencias en aspectos cuantitativos, se calcula que avanzó por el territorio bonaerense junto a más de 2700 hombres, 7 mil caballos de marchas y operaciones, 250 carretas, tablas, materiales, instrumentos, hachas, palas, sogas y demás materiales para la construcción.El 4 de abril fue el día señalado, cuando se firmó el acta fundacional de la “Fortaleza de la Independencia” de la que hoy se conservan marcas, como las existentes en la esquina de la calle Belgrano y Rodríguez.La maqueta de la Sala Fundacional del Museo Histórico o la placa ubicada sobre la vereda de la iglesia del centro son certeras representaciones de lo que fue la primera edificación, registrada en el plano realizado por Felipe Senillosa y José María de los Reyes en el año 1825.“Fue un hecho importante”, sostuvo el historiador. “Si uno mira la ocupación de la Provincia en 1820 y la mira en 1823 va a poder observar que hubo una expansión de la frontera con distintos fuertes como 25 de Mayo, Azul, Tapalqué, la Blanca Grande que es Olavarría. Y se cuadruplicó el territorio para la población hispano criolla”, agregó.<h3 style="margin-left:0px;">Los comienzos de la aldea</h3>El propio brigadier general firmó una nota a las autoridades en la que les anunciaba que la Fortaleza sería algún día "una ciudad populosa y rica”. Sin embargo, mucho tiempo tuvo que transcurrir hasta que sea algo más que lo que fue al momento de su fundación.“Uno piensa que Tandil inmediatamente se convirtió en esa ciudad populosa que todos sabemos que es, y no fue tan así. Pasaron 40 años donde no dejó de ser un fuerte con algunas casas, un pequeño poblado muy rústico. Así lo dijo el inglés William Mc Cann, en su libro Viaje a Caballo”, sostuvo Ferrer acerca de uno de los tantos viajeros que dejaron testimonio de su visita a este territorio al que arribaron en búsqueda de una extraña piedra que oscilaba en un barranco.Fue recién llegando al año 1870 cuando empezó un proceso de transformaciones que harían que la Fortaleza se convirtiera en una ciudad. “Pasados 40 años tuvo una aceleración a la urbanización, comenzaron los loteos, solares, quintas, chacras, la delimitación de las calles, los alumbrados a querosén, el diseño de la plaza, todo el proceso que acompañó a lo que va a ser nuestra ciudad”, relató Ferrer.Y tiempo después, agregó el historiador, “llegará la oficina del telégrafo, el Banco Provincia y en el año 1883 el Ferrocarril que comenzó a acelerar los tiempos históricos que tienen que ver con toda la producción”El investigador planteó también una reflexión en torno a los vínculos entre el pasado y el presente, los cruces de la memoria y su relación con la identidad de la ciudad que conmemora su Bicentenario.“Creo que mirando hacia atrás, mirando hacia aquellas comunidades originarias, y mirando al futuro en esta línea histórica que continúa, vamos a poder al menos entender la identidad de los tandilenses. Y de los bonaerenses, esa identidad que debe ponerse en valor con la diversidad. Los indígenas, los hispanos criollos, los inmigrantes que han poblado este territorio que hoy pisamos y que tanto queremos”, concluyó.

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El año del Bicentenario: Los secretos de la fundación de Tandil

Junto a "Tony" Ferrer viajamos en el tiempo, mucho más allá de 1823, para conocer los secretos del origen de la ciudad.