Día Mundial de la Psoriasis

Este 29 de octubre se celebra el Día Mundial de la Psoriasis, una enfermedad autoinflamatoria crónica que no sólo afecta a la piel y las articulaciones, sino también a otros órganos como las uñas, las mucosas y el endotelio. Es por eso que se considera una enfermedad sistémica que requiere un abordaje interdisciplinario con especialistas en dermatología, reumatología, cardiología y nutrición. 

A propósito de este día, El Eco de Tandil dialogó con el doctor Togo Bustamante, dermatólogo especialista en psoriasis, quien informó acerca de la importancia de la consulta y el tratamiento de la enfermedad. 

Los síntomas de la psoriasis se presentan con lesiones en zonas acrales, donde está la piel cerca del hueso, como codos, rodillas, manos, pies y también cuero cabelludo. Allí pueden desarrollarse placas o lesiones rosadas con una inflamación. Ante estos síntomas, los pacientes suelen concurrir a una consulta dermatológica y es entonces cuando el médico debe indagar profundamente para poder establecer un diagnóstico. “Un entumecimiento o cansancio extremo de la mañana o la hinchazón en algún dedo o en alguna articulación de la muñeca o del codo o incluso en el talón también nos puede llevar a pensar en tener una inflamación que puede estar asociada a la psoriasis”, dijo el médico.

Sin el tratamiento adecuado, la psoriasis afecta considerablemente la calidad de vida dado que, más allá de su manifestación cutánea, tiene repercusiones en el sistema inmune y en diversas áreas del cuerpo. 

Sin cura pero con tratamiento

Aunque no tiene cura, la psoriasis puede ser controlada con diferentes esquemas terapéuticos, desde cremas hasta terapia biológica. Esta última es una medicación de alto costo que se aplica subcutáneamente y tiene una gran eficacia en el control de la enfermedad en pacientes con un compromiso cutáneo severo. 

“En general no tiene cura pero en realidad tiene control, como otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el hipotiroidismo tampoco tienen cura y uno toma una pastilla o tiene una conducta para tener un buen control”, dijo Bustamante.

De acuerdo con Bustamante, además del tratamiento, es importante tener hábitos saludables para controlar la enfermedad, como evitar el alcohol y el tabaco, hacer ejercicio regularmente y tener un sueño reparador. En general, la psoriasis es una enfermedad crónica que requiere un buen control y estabilización para una buena convivencia con ella. 

La psoriasis afecta aproximadamente al 2 por ciento de la población mundial y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. Además de los síntomas físicos, como la descamación y el enrojecimiento de la piel, la psoriasis también puede tener un impacto psicológico en los pacientes, incluyendo ansiedad, depresión y baja autoestima. 

Al respecto, el dermatólogo declaró que “tenemos que concientizar que la psoriasis también está por dentro, que hay una inflamación. Es muy importante el control de esa psoriasis para que nos vaya mejorando toda nuestra condición corporal y también en general este tipo de pacientes tienen un compromiso emocional que en general está bueno poder acompañarlo con terapia psicológica que es parte de estas conductas saludables, poder manifestar este grado de estrés que uno puede tener”. 

Es importante también destacar que esta enfermedad no es contagiosa y que los pacientes pueden llevar una vida plena y activa con el tratamiento adecuado y el apoyo emocional. La educación y la conciencia pública sobre la psoriasis son fundamentales para reducir el estigma y mejorar la calidad de vida de los pacientes. 

Por último, cabe informar que la enfermedad afecta por igual a cualquier persona, de cualquier género y edad. Si bien hay dos picos, uno a edad temprana en la adolescencia y otro en edad tardía, hoy la psoriasis se puede presentar en cualquier momento de la vida.

En general, si es psoriasis del tipo 1 tiene que ver con antecedentes familiares o genéticos y se desarrolla en menores de 40 años. La psoriasis tipo dos, en cambio, tiene que ver con la falta de hábitos saludables, el estrés y se puede desencadenar en forma inespecífica el desarrollo de la enfermedad a partir de los 40 años.