Desesperado pedido de ayuda de una madre para rescatar a su hijo de la drogadicción
Consideró que en Tandil no existen las herramientas necesarias para rehabilitar a una persona con adicción a las drogas. Clamó por la necesidad de algún centro de rehabilitación donde se pueda internar a los casos más severos, para evitar que sigan consumiendo.
Una madre se acercó a El Eco de Tandil para contar la desesperante situación que vive porque su hijo es adicto a las drogas y a pesar de haber golpeado diferentes puertas, no logra rescatarlo. En ese punto, resalta que siente que las instituciones están fallando en la rehabilitación y ya no sabe qué hacer.
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Sandra Caminos contó que su hijo de 26 años, comenzó con la adicción a las drogas desde los 18 o 19 años, aunque aseguró que podría ser antes de esa edad y que ella aún no lo supiera.
“Cuando él estaba terminando el secundario estaba con las drogas y de hecho no terminó la escuela, le quedaron materias. Yo ya lo venía detectando y también sabía quién le proveía la droga pero no podía denunciarlo porque también tengo dos hijos chicos, tengo una vida, y corría peligro”, admitió.
Asimismo, agregó que “la Justicia sabemos que es lenta porque hoy denunciás y hasta que actúa puede pasar mucho tiempo, así que no podía hacer nada y tenía que cuidar de mis dos hijos más chicos”.
En cuanto a la asistencia que recibió de instituciones dedicadas a la rehabilitación de personas con adicciones, indicó que en septiembre del año pasado comenzó a asistir al Centro de Prevención de las Adicciones (CPA) pero no siente que lo estén sacando adelante.
“No es que yo sienta falta de contención, sino que no me dieron la contención debida, faltan las herramientas para darme una solución”, sostuvo.
Y explicó que “ahora él está con una esquizofrenia declarada a causa del consumo, que no se sabe exactamente si es por eso o porque ya la tenía de antes y no se había detectado”.
Su hijo vivía con el padre pero después se fue a vivir solo. “Un día me llamó diciendo que lo querían matar. Me acerqué a su casa y se encontraba en estado deplorable. Se había puesto chapas en su cuerpo porque decía que se había hecho armaduras porque lo iban a matar y ahí fue cuando decidí concurrí al CPA a ver cómo podían ayudarlo”, recordó.
Sin lugares específicos
A partir de ese momento, estuvo varias veces internado en el Centro de Salud Mental y ahora vive en un hogar de contención.
“El tema que yo vengo a plantear es que no hay lugares específicos para personas que padecen este tipo de adicciones. La señora del hogar recibe dinero del Municipio para contener gente en situación de calle. Los contiene, les dan de comer, están limpios, y ahora le están mandando personas con adicciones que también van ahí. Entonces ella si el chico quiere salir, lo tiene que dejar”, indicó.
En el caso de su hijo, explicó que “sale a hacer malabares pero cuando va a la calle consume. Supuestamente en este momento él dice que consume marihuana solamente, pero en momentos que lo han internado le han encontrado otras sustancias en sangre. Ha consumido de todo seguramente”.
Si bien él comenzó a ir al centro de día del CPA, aseguró que últimamente no estaba yendo y las veces que iba lo hacía en “muy mal estado”.
“Él estaba medio en situación de calle y recibía ayuda del Municipio, pero le consiguieron un trabajo pero no respondió, iba en mal estado, andaba sucio por la calle, la gente que lo veía me decía que hiciera algo pero no es fácil, no sé cómo ayudarlo, no sé qué hacer, además más de una vez estaba agresivo conmigo”, admitió.
Y contó que “del CPA me terminaron mandando a terapia porque dicen que mi hijo va bien y que yo voy muy seguido a ver cómo va, pero él no está bien, porque sale a la calle y se sigue drogando”.
“Una vez el doctor me dijo que mi hijo era mayor de edad y que no tenía por qué preocuparme, pero él es esquizofrénico, y tengo un certificado que es discapacitado ya por ese motivo. Yo lo veo en la calle haciendo malabares y los autos lo esquivan, entonces atenta con su vida y contra la de los demás”, afirmó.
En ese contexto, expresó que “yo no quiero que él termine mal aunque ya sabemos dónde conducen las drogas. Ahora mi preocupación es que no haya en Tandil un lugar cerrado para pacientes que tengan que estar aislados un tiempo, yo creo que con todo el problema de drogas que hay en Tandil y que no debe ser único el de mi hijo, debería haber un lugar específico para tratarlos”.
Explicó que el Tandil al paciente lo internan en Salud Mental, lo compensan, le dan un tratamiento, van al centro de día, a los talleres, los ve todos los días al psicólogo y vuelven al hogar o a la actividad que ellos quieran hacer pero “no hay un lugar para los chicos que deberían estar aislados y no salir a la calle”.
Sandra Caminos expuso su preocupación además porque ahora quieren internarlo en el Borda y es la única alternativa que le dan por el momento ya que tramitó la pensión por discapacidad que podría permitir que lo internen en alguna localidad más cercana pero por el momento no tiene novedades de eso.
Buscando ayuda en este problema, contactó al presidente de la Asociación Antidrogas de la Nación Claudio Izaguirre, quien le dijo que en 2020 calculan que estos dispositivos como el CPA van a desaparecer, porque “no funcionan y porque se ve que nadie quiere que funcionen, porque yo creo que tendrían que funcionar”.
El problema es que en el hogar mandan chicos con diversas adicciones y la persona que lo maneja no tiene capacitación para hacerse cargo de esas patologías.
“El ultimo día fuimos a internarlo las dos juntas porque estuvo toda la semana queriendo drogarse incluso dentro del hogar donde hay chicos que no tienen adicciones, entonces yo creo que con lo que está creciendo la ciudad y con estos casos tienen que hacer algo que funcione. Hoy todos los lugares donde internan chicos con adicciones son pagos, yo averigüé, acá hay dos clínicas pero son pagas, y el que no tiene plata le pasa esto”, lamentó.
“El CPA no lo está sacando adelante”
“El CPA no lo está sacando adelante”, confió. Y explicó que habló con el psicólogo del CPA que le dijo que su hijo “nunca va a dejar de consumir, usted se tiene que despreocupar, déjelo que se fume un porro porque no le va a hacer mal”.
“Yo lo estoy llevando ahí para que lo rehabiliten. A la señora del hogar que tenía un chico con alcoholismo, le dijo `cómprele una latita de cerveza de vez en cuando`. Yo entiendo que no es fácil salir y que a veces tenés que darle un permiso para que no le falte de golpe y no se altere, pero que un profesional te lo diga creo que no está bien”, manifestó.
En tanto, sostuvo que “yo estoy agradecida con la ayuda que me dieron con el hogar pero creo que no es fructífero para nadie, tendría que haber un lugar donde los adictos estén contenido y no que salgan cuando quieran”.
“Yo pido que se haga un lugar que sea específico para estos casos severos de adicción que tengan que estar sí o sí aislados de la calle donde encuentran la droga hasta que puedan salir de la adicción”, afirmó.
Ahora desde Salud Mental sugirieron que esté uno o dos años internado en el Borda para que no tenga contacto con drogas pero “es horrible que lo manden allá, no sé cómo voy a hacer para ir a verlo”.
Desesperante
“A veces pienso que o lo van a matar las pastillas que le dan los médicos o lo va a matar la droga y no sé qué hacer. Es desesperante para una madre, porque los médicos me dicen que nunca se va a curar y que nunca va a salir de esto”, expresó.
Y agregó que “él está medicado, pero su cabeza ya no le responde, tiene una esquizofrenia dual que es más grave porque por ejemplo llegó al hogar un chico que consumía alcohol y el empezó a tomar alcohol, después llegó un chico que limpiaba vidrios y ahora está limpiando vidrios. Es insostenible”.